El «efecto mariposa» implica trabajar en políticas que garanticen que todos tengan la oportunidad de beneficiarse de las ventajas de la tecnología, por el beneficio que entrega a las personas y su calidad de vida. Denisse Garnica da a conocer los pasos que debe dar Chile para avanzar en transformación digital.
En esta era digital y de constante transformación, es primordial atender las necesidades de las personas para asegurar que la tecnología sea una fuerza que empodere a las distintas generaciones, instándolas a innovar para tener una mejor calidad de vida y una sociedad más informada, conectada y resiliente a los cambios. Tomando esto como propósito de sociedad, es fundamental que el punto de partida sea el Estado, promoviendo políticas y acciones de formación e instalación de competencias digitales considerando la equidad en el acceso a la tecnología, ya que por un lado nuestra sociedad está envejeciendo y tenemos un alto porcentaje de adultos mayores, y por otro, la adopción de tecnologías desde etapas tempranas permite que jóvenes estén más capacitados de cara a su futuro laboral.
Para que este cambio se geste de manera efectiva se requiere de un “efecto mariposa” con un proceso de transformación digital que avance con la rapidez que la ciudadanía requiere y necesita. Es ahí donde enfrentamos un gran desafío por los rezagos respecto de la Ley de Transformación Digital del Estado, que entró en vigor en 2019 y que establecía este año como el plazo para su implementación total y obligatoria, sin embargo, dado que este era un objetivo que no se cumpliría por los avances mínimos de los últimos años se redefinió el objetivo al 2027. Asimismo, según el Índice de Gobierno Digital 2023 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Chile cayó 10 puntos desde el primer informe piloto en 2019 y se ubicó en el penúltimo lugar del ranking, superando sólo a Costa Rica, aspecto que levanta una alerta respecto al cómo estamos gestionando la evolución de la tecnología.
Este “efecto mariposa” implica trabajar en políticas y normativas que promuevan mayor conectividad, acceso a equipamiento y telefonía celular, entre otros recursos, que garanticen que todos tengan la oportunidad de beneficiarse de las ventajas de la tecnología, por el beneficio que entrega a las personas y su calidad de vida. Por ejemplo, una cita de telemedicina, una compra a través de una app o el uso de la clave única para realizar diversos trámites en línea y otras acciones nos demuestran que la transformación digital es parte de nuestra cotidianeidad, es dinámica y no se limita a la mera adopción de las últimas tecnologías, sino que a cómo la vamos incorporando en nuestro día a día para vivir, trabajar y relacionarnos con nuestro entorno a través de ellas.
Para lograr los objetivos nacionales y mejorar estos índices, es fundamental estandarizar, poner en práctica y supervisar las iniciativas de transformación digital, abordándolas desde enfoques formativos, metodológicos, adaptativos y técnicos. Esto implica desarrollar un plan detallado y seguirlo rigurosamente para progresar en acciones que promuevan una efectiva adopción mediante estrategias de capacitación e implementación, priorizando la experiencia de las personas y encaminándolas hacia el mundo phygital que empodere e inste a innovar para contar con una sociedad más informada, conectada y resiliente a los cambios.
⁎ La autora es Head of Health, Insurance & Public Sector de NTT DATA Chile