Las empresas están integrando más tecnologías, mientras nuevos negocios se abren para generar nuevos puntos de entrada a los sistemas empresariales. Por eso, el desafío es proteger los datos con una mirada más holística.
Según datos globales de la consultora Cybersecurity Ventures, en 2015 ocurría un ataque cada 2 minutos y los costos empresariales asociados a ciberseguridad eran cercanos a US $325 millones. Hoy los ataques suceden cada 11 segundos y los costos ascienden a US $20 mil millones.
Y es que con el aumento de los dispositivos tecnológicos, crece exponencialmente la superficie susceptible de ataques. Cada vez hay más personas conectadas a internet, y por ende una mayor cantidad y variedad de dispositivos y de información. Por otro lado, a nivel de operaciones y procesos, contamos con más empresas que integran tecnologías para digitalizarse, y la apertura de los negocios requiere que las empresas colaboren con su ecosistema, lo que implica “conectarse” a una red ampliada que incrementa los puntos
de entrada a los sistemas empresariales.
Pero el aumento de la preferencia de los consumidores por lo digital, combinado con hábitos de seguridad laxos, significa que la carga de la seguridad caerá con fuerza en las empresas. En ese contexto, “se ha hecho imperativa una evolución de la seguridad digital desde la creación y el desarrollo de soluciones puntuales, hacia plataformas que permitan, desde el punto de vista de la administración, manejar y tener visibilidad de todo, de punta a punta, así como bloquear, tomar acciones, poner en cuarentena o sacar de la red cualquier dispositivo que represente una amenaza para las organizaciones. El desafío es integrar una mirada holística a la ciberseguridad, no solo técnica. Hoy el factor humano es el eslabón más débil de la cadena, y eso se debe cambiar con formación, educación y concientización”, asegura el director de Crecimiento de Fundación País Digital y vicepresidente de la Alianza Chilena de Ciberseguridad, Ricardo Dorado.
Para este 2022 las tendencias más relevantes de ciberseguridad están ligadas a la Inteligencia Artificial, utilizada en la defensa y detección de ataques en tiempo real; el uso de Blockchain para garantizar autenticidad en algunas operaciones y transacciones; la creciente amenaza del Ransomware; el Internet de las Cosas (IoT) -que puede hacer a las empresas más vulnerables a través de este tipo de dispositivos-; el teletrabajo, que llegó para quedarse con el desafío de la protección de los datos fuera de las empresas; el ataque a la cadena de suministro, donde hackean a las organizaciones a través de fallos en los sistemas de sus proveedores; y el crecimiento del modelo Zero Trust, que consiste en desconfiar de todo hasta que exista una validación de identidad del usuario. “Toda industria que cuente con la confianza de sus clientes para manejar sus datos debe valorarlos y cuidarlos. En especial, aquellas que también traten información sensible que permita conocer o predecir el estado de salud, financiero, gustos o conducta de su clientes y/o usuarios”, acota Fernando Graterol, Subgerente de Seguridad de Ecomsur, mientras añade que las principales industrias que se podrían ver afectadas durante este 2022 serían las de telecomunicaciones, banca, salud, “y cualquier empresa de productos y servicios, como las de retail, tecnología, supermercados o Ecommerce, que pueden ser vulnerables por manejar datos de sus clientes e información confidencial estratégica de su operación”.