Un informe económico revela que, a pesar del crecimiento en el uso de tarjetas de prepago en Chile, existen desafíos en su aceptación por parte de grandes comercios.
Un informe económico elaborado por Rodrigo Cifuentes, PhD en Economía de Harvard University, a petición de FinteChile, profundizó en la situación actual sobre la aceptación de tarjetas de prepago en los cmercios del país.
A través de un análisis detallado y cuantitativo, el estudio desgrana la situación de las tarjetas de prepago en comparación con las de débito y crédito, evaluando su impacto en el mercado y el bienestar de los usuarios.
Desde diciembre de 2019, se observa un importante aumento en el número de tarjetas de prepago vigentes, que pasó de 480 mil en octubre de 2021 a 7 millones en junio de 2023, marcando un hito en la inclusión financiera y la diversificación de medios de pago en Chile.
Sin embargo, el informe destaca una preocupación central: la exclusión de tarjetas de prepago por parte de grandes comercios, lo que podría estar limitando su potencial de uso y aceptación generalizada. Cabe recordar que varios emisores apuntan a Walmart Chile y Falabella.com por la no aceptación de este tipo de tarjetas.
Limitación termina excluyendo al 15% del volumen de ventas al por menor
De acuerdo con el informe de Rodrigo Cifuentes, la no aceptación de tarjetas de prepago por comercios importantes excluye potencialmente a estas de un 15% del volumen total de ventas al por menor.
De hecho, sin aludirla directamente, plantea que la participación de Walmart Chile es de un 10,6% de las ventas por menor a nivel nacional, lo que es con “La denegación de la participación en los pagos de los comercios mencionados cierra el acceso a un 15% de los pagos al por menor totales de la economía. Esta es una cifra muy significativa, más aún considerando que en su cálculo hemos sido conservadores”, dice la investigación.
Este dato plantea una barrera para la plena integración de las tarjetas de prepago en el ecosistema de pagos minoristas, afectando no solo a los emisores y operadores de estas tarjetas sino también a una porción importante de la población que podría beneficiarse de su uso.
“Si bien el número de comercios parece acotado, en todos los casos se trata de grandes cadenas, por lo que su participación en las ventas totales puede llegar a ser alta”, advierte el documento de Cifuentes.
Impacto en el bienestar de los consumidores
Al evaluar el impacto en el bienestar de los consumidores, el estudio utiliza modelos de economía del bienestar para estimar las pérdidas derivadas de la menor aceptación de tarjetas de prepago.
Según los cálculos, este impacto negativo en el bienestar podría situarse entre 3,8 y 6,1 millones de dólares mensuales, una cifra que evidencia no solo las limitaciones impuestas a los usuarios de tarjetas de prepago sino también el potencial económico que se está desaprovechando debido a las restricciones de aceptación.
El informe también resalta una expansión notable en el uso de tarjetas de prepago, con un crecimiento en el número de transacciones y en la intensidad de uso. Sin embargo, el tipo de uso muestra una preferencia por el retiro de efectivo sobre las compras, lo que sugiere una oportunidad para aumentar la aceptación de pagos electrónicos en el comercio minorista.
Finalmente, también aborda aspectos como la competencia en los medios de pago, dentro de los cuales menciona los programas de beneficios. “Por largos años, los proveedores de medios de pago han devuelto parte de la comisión que cobran a sus usuarios en la forma de beneficios, los que incluyen incluso la devolución de efectivo”, dice la investigación.
En ese sentido, sostiene que “esta devolución de la comisión es una forma de competencia en precio por parte de los proveedores. Esta forma de competencia es particularmente importante en el contexto que se estudia en este informe, que es uno de tarifas reguladas. Esto ocurría en el ámbito del modelo de tres partes en el que había un monopolio en la adquirencia. Con mayor razón puede ocurrir en el contexto actual del modelo de cuatro partes en el que hay libertad de entrada de adquirentes”.
Fuente: Chocale.cl