Por Manuel Jurado Gras, Director General de Bigmouthmedia en España
Un cliente cada vez más exigente y un mercado cada vez más dinámico y basado en tecnología web están revolucionando el sector de servicios financieros. Si bien desde la cúpula directiva se ha asumido que hay que ofrecer experiencias digitales atractivas a los clientes para diferenciarse en un entorno muy competitivo, en realidad la mayoría de las empresas que se han lanzado el mundo de los servicios en línea, no están aprovechando los beneficios que ofrece la tecnología disponible hoy en día.
La tecnología móvil en concreto juega un papel protagonista en la próxima generación de servicios digitales y la razón es simple: los clientes esperan poder acceder a sus servicios dónde y cuándo lo deseen y, sin embargo, la variedad de plataformas digitales y sistemas operativos que se utilizan para acceder a Internet, como Facebook, Apple y Android, pone de relieve que llegar a nuestro público objetivo es complicado.
La revolución móvil es una realidad. Los grandes bancos ya han lanzado importantes iniciativas móviles que son tan útiles como el servicio que prestan en el mostrador de sus sucursales. La banca es quien está abriendo el camino pero está claro que el resto de proveedores de servicios financieros deben seguir la estela para amoldar su oferta a la demanda actual de consumidor.
El desafío se centra en qué plataforma seleccionar que ofrezca la funcionalidad que el cliente demanda y que, a la vez, sea accesible para la mayoría de ellos. El dilema es si desarrollar aplicaciones móviles, optimizar el sitio o dar cabida a ambas posibilidades.
El desarrollo de un site accesible a través de dispositivos móviles sigue reglas sencillas que permiten la interacción del usuario con la marca y que, a menudo, son muy útiles cuando se buscan determinadas funciones que no necesariamente tienen que pasar por el proceso de descarga asociado con las aplicaciones.
Por su parte, el uso de una aplicación es, con frecuencia, una mejor opción, pues requiere más interacción que funcionalidades de búsqueda o compra, aunque también suponen una importante inversión en desarrollo que, en ocasiones, es difícil de justificar en términos de ROI.