Los celulares son un canal novedoso y seguro que viene creciendo rápidamente. No obstante, falta educación y algunos cambios normativos para darles un mayor impulso.
Según lo indicado en www.dinero.com los teléfonos celulares se están convirtiendo en una de las mejores armas de las instituciones financieras para bancarizar más clientes, dado el alto nivel de penetración que ha alcanzado esta tecnología en todos los segmentos de la población. Mientras 15,1 millones de personas adultas (55,5%) tienen acceso al menos a un producto financiero, los servicios celulares llegan al 85% de la población, con más de 38 millones de líneas en servicio. Además, el grueso de estas líneas está en los estratos de menores ingresos donde la incursión de los servicios financieros es muy baja.
En la actualidad, entidades como Bancolombia, AV Villas, Davivienda, BBVA y Banco Caja Social Colmena (BCSC), entre otros, han habilitado numerosos servicios desde los celulares. De hecho, sus clientes pueden hoy consultar saldos, realizar pagos y transferencias, pagar servicios públicos y hasta comprar recargas celulares, a cualquier hora del día, de un modo fácil y donde se encuentren.
Según Germán Martínez, gerente de soluciones de Gemalto, la empresa que habilita las tarjetas SIM de los celulares para banca móvil, el servicio surgió con la premisa de ser masivo, por lo cual tiene un diseño muy básico y amigable que funciona igual incluso en teléfonos de gama baja. «Los menús son parecidos a los que usan los cajeros electrónicos, con la misma organización y nombres en los equipos de los tres operadores celulares«, dice. En este momento, los usuarios disponen de 21 transacciones básicas en sus equipos celulares, que pueden realizar sin ningún costo (incluso si tienen planes en prepago sin saldo disponible).
De esta forma, muchas entidades trabajan intensamente en implementar políticas que direccionen cada vez más a sus clientes hacia la banca móvil. Por ejemplo, Bancolombia, que fue el primero en instaurar este canal en 2007, trabaja en contar con más transacciones y servicios por este medio, por lo que «en un futuro tendremos pagos y consultas de saldos de tarjetas de crédito, créditos y otros productos bancarios«, afirma un representante de la entidad. «Además, se complementará muy pronto con el uso de alertas y notificaciones de seguridad enviadas al teléfono, según como el cliente desee«.
Las instituciones también están desarrollando nuevas herramientas para reemplazar las tradicionales tarjetas débito y crédito con los teléfonos móviles. «Estamos trabajando para que los clientes paguen sus compras en establecimientos de comercio a través del celular, incluso al momento de pagar un servicio a domicilio o un taxi«, afirma Tatiana Nogales, directora de desarrollo comercial de BBVA Colombia.
Por su parte, el Banco de Bogotá adelanta junto con la Federación Nacional de Cafeteros y Movistar un programa piloto en algunos municipios de la zona cafetera, que busca extender sus servicios de banca móvil a más de 300.000 caficultores del país.
La banca móvil es un canal que comienza a posicionarse y presenta unas tasas de crecimiento significativas. En la actualidad se realizan a través del mismo alrededor de 800.000 transacciones al mes, y desde su lanzamiento, hace dos años, se han realizado unas 11 millones de operaciones por este medio, sin presentar quejas por falta de seguridad o fraudes.
El principal reto para lograr una mayor penetración es el factor cultural. Esto es, que los clientes de las entidades comprendan las bondades de este canal en términos de ahorro de tiempo, disponibilidad y seguridad. Para esto se requerirá un mayor acompañamiento y capacitación por parte del sistema financiero.
Por otra parte, se requiere que los operadores de celulares y las entidades financieras generen nuevas condiciones para seguir disminuyendo los costos. Actualmente, una transacción en una oficina física le cuesta en promedio al banco US$1,07, mientras desde el teléfono celular vale US$0,08. Incluso es más económica que por internet (US$0,1) o un cajero electrónico (US$0,27).
Y, finalmente, la regulación tendrá que avanzar a la velocidad de los cambios tecnológicos para que no se convierta en un impedimento y le permita a la banca aprovecharlos con el objetivo de llegar cada vez a un mayor número de colombianos