Fuente: Diario Financiero
México nuevamente se pone en el camino de Cornershop. Si en junio del año pasado el problema fue que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) rechazó el negocio entre la aplicación y Walmart, el tema ahora es que la revisión de la operación impulsada con Uber está siendo objeto de una disputa entre reguladores locales.
La norteamericana ofreció adquirir el 51% de Cornershop por US$ 459 millones, pero a casi cuatro meses de que se notificara la operación al regulador de libre competencia, aún no hay claridad de si será Cofece el que deberá pronunciarse. Esto, porque el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se puso en el camino y acusa que son ellos los que tienen que aprobar la operación. El tema incluso escaló a tribunales locales.
Uber informó ante la Cofece sobre la compra con Cornershop el 11 de octubre del 2019, pero al mes la IFT le indicó al organismo antimonopólico que la concentración de las dos entidades debería ser investigada por ellos, ya que a su juicio, se trata de la fusión de dos empresas digitales que prestan servicios de internet y permiten a los usuarios comunicarse y conectarse a través de medios electrónicos. Argumentan además que su relación como prestadores de servicios de telecomunicaciones justificaría que el IFT fuera el encargado de mediar la transacción y analizar su impacto en el mercado.
Cofece estima todo lo contrario. A través de un comunicado, declaró que ‘la concentración entre Uber y Cornershop no generará impacto alguno en el sector de telecomunicaciones, puesto que ninguna de estas empresas es operadora de redes públicas de telecomunicaciones y las condiciones de competencia en los mercados en los que participan Uber y Cornershop no influyen en las condiciones de competencia de los mercados de telecomunicaciones o radiodifusión’.
Por esto, indicaron que la compra trata sobre el mercado de logística y venta minorista de alimentos y abarrotes, usando internet solo como insumo. También puntualizaron que Cornerhsop ofrece ‘servicios relacionados con la logística para la recolección, envío y entrega de abarrotes y bienes comestibles, y sus ingresos se derivan directamente de la prestación de estos servicios’. En tanto, Uber obtiene sus ingresos ‘por la intermediación para el transporte de personas, entrega de comida y renta de bicicletas’. Así, ninguno de estos servicios son de competencia del IFT, ya que no corresponden al sector de las telecomunicaciones y radiodifusión, comentaron en el comunicado.
Las diferencias entre ambos órganos se han alargado y ahora está en manos del Poder Judicial de México la decisión de quién será el encargado de visar la transacción, la que en Chile también enfrenta un proceso de revisión más extenso de manos de la Fiscalía Nacional Económica.