La banca española es la segunda más eficiente de Europa y la mejor entre los países de la UE, colocándose como un modelo para el resto del continente. Esta alabanza se fundamenta en que la entidad más eficiente es Banco Popular y otras cuatro españolas se codean entre los veinte bancos mejor gestionados de Europa, según un estudio elaborado por la consultora Arthur D. Little, en el que se han analizado las 51 firmas europeas más importantes.
La ratio de eficiencia se calcula dividiendo los costes operativos, -los gastos que la entidad debe afrontar para funcionar, de los que los salarios ocupan la mayor parte- por los ingresos totales de la entidad. Este dato muestra cuánto debe desembolsar una firma para ingresar una unidad productiva. A menor ratio, menos gasto y más eficiencia. El menor índice corresponde a Islandia, con un 40 por ciento, frente a España y Reino Unido, que quedan en segunda y tercera posición, respectivamente con un 50,5 por ciento .
Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca mejoran la media europea en términos de eficiencia de costes, mientras que Italia, Bélgica, Portugal, Austria, Suiza, Holanda, Francia y Alemania no alcanzan la media y son los peores clasificados. Uno de los factores que contribuye a la gran eficiencia de la banca nórdica es la alta tasa de penetración de internet, lo que permite la gestión de muchos clientes vía on line. Otro de los factores es la densidad de oficinas.
La existencia de muchas sucursales pequeñas dificulta realizar economías de escala y penaliza la eficiencia. España, pese a contar con una de las redes más amplias de Europa, consigue la medalla de plata en eficiencia.
El trabajo concluye que el éxito de la banca española se debe principalmente a las inversiones en nuevas tecnologías, salarios basados en la consecución de objetivos aunada a un gran nivel de preparación de la plantilla. Estos elementos se han combinado además con una etapa expansiva de la economía española.
El análisis se refiere al período comprendido entre 2004 y 2006, aunque los autores del estudio vaticinan que España mejoró su eficiencia a lo largo de 2007, situándose en valores medios cercanos al 42 por ciento. «Los bancos españoles, británicos y nórdicos demuestran que pueden entender las necesidades de sus clientes y producir resultados de forma más eficiente», indica Gerrit Seidel, responsable de Servicios Financieros de Arthur D. Little. «Para los bancos franceses, suizos y alemanes va a ser complicado mantenerse en sintonía con los cambios del mercado, especialmente si la consolidación sectorial y la penetración de internet continúan aumentando como en otros mercados europeos»,