Fuente: idg.es
El solapamiento y duplicación de datos, tareas y procesos en las divisiones de antifraude y antiblanqueo de dinero de los bancos debería hacer pensar a estas entidades en buscar sinergias entre cumplimiento, gestión de riesgos y seguridad, según un informe de Datamonitor.
El informe “Usar la tecnología para combatir el delito financiero en la banca minorista” de Datamonitor concluye que la crisis económica agrava los actuales problemas de la banca, pudiendo llegar a generar una nueva ola de malas informaciones financieras, manipulación de cuentas o fraude interno. La reducida vigilancia podría, además, abrir nuevas ventanas para los blanqueadores de dinero y potenciales defraudadores.
Para Jaroslaw Knapik, analista de tecnología de servicios financieros y autor del informe, “el delito financiero nunca más será un simple lavado o robo de dinero. Se tratará de cuestiones de causa mayor como robo de datos de clientes, pérdida de informes financieros y muchos otros. Las severas condiciones dentro de la industria global de servicios financieros probablemente incremente el riesgo de intentos de fraude tanto internos como externos. Y aún más, la presión de recortar gastos puede afectar a los departamentos de antifraude y antiblanqueo de dinero”.
No obstante, los analistas se han percatado de que los bancos están cambiando su planteamiento reactivo por uno proactivo y basado en la inteligencia. La creciente adopción de modelos basados en riesgos para contrarrestar el delito financiero está impulsando la implementación de técnicas avanzadas de medida del riesgo y detección de la desviación mediante el uso de la tecnología.
Hasta el día de hoy, el foco se ha centrado en la automatización de los métodos y procesos de negocio existentes, según estiman desde Datamonitor. Sin embargo, en estos momentos esa atención ha cambiado hacia la precisión. De 194 bancos encuestados en todo el mundo, el 64% indicó que actualmente la principal prioridad para invertir es tecnología que les proporcione unas capacidades de detección y monitorización efectivas con un alto nivel de precisión de alertas.
Asimismo, la consultora apunta que la emergencia de programas de prevención y detección de delitos financieros ha hecho que los costes superaran las expectativas. También ha crecido el coste de los expertos en antifraude y cumplimiento tanto técnico como no técnico. Estos costes afectan, con frecuencia, a varios departamentos como operaciones, cumplimiento, riesgos y seguridad, e incluso solapan procesos que están integrados en las prácticas de negocio habituales, como pueden ser el proceso de pagos o el análisis de riesgos del crédito. Los bancos, a juicio de Datamonitor, han sido incapaces de mantener una visión unificada de todos estos costes asociados a las actividades de prevención del fraude y blanqueo de dinero, impidiéndoles tomar decisiones eficientes acerca de cómo direccionar mejor sus recursos para centrarse en las grandes áreas del riesgo del delito financiero.
A pesar del crecimiento de los delitos financieros, Datamonitor señala que hay una evidencia aún anecdótica de que los bancos estén cada vez más combinando sus departamentos de cumplimiento, fraude y seguridad en una única unidad para ocuparse de áreas de riesgo similares. La firma de análisis espera que este planteamiento dé como resultado una tendencia hacia la estandarización de los procesos de negocio y tecnología para crear una visión completa del riesgo de fraude y cumplimiento en toda la empresa.