El crecimiento explosivo de las inversiones en IA está impulsando el mayor repunte de Wall Street en años. Los expertos de Forbes analizan si los inversores se están beneficiando de la ola ascendente o se arriesgan a una desaparición de la IA.
Los mercados están en alza. Las valoraciones se disparan. Y el entusiasmo por todo lo relacionado con la inteligencia artificial está invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en la tecnología más transformadora de la era moderna.
“La IA no es un tema más; es la culminación de décadas de evolución en la informática”, escribe Jon Markman, colaborador de Forbes que analiza acciones tecnológicas. “Cada capa del sistema, desde la generación de energía hasta los semiconductores y el software empresarial, se está reconstruyendo para un mundo donde la IA es lo primero. Se trata de una transformación estructural”.
¿Es este crecimiento sostenible o está a punto de estallar otra burbuja que podría borrar 40 billones de dólares de valor del Nasdaq y arrastrar a las empresas emergentes de inteligencia artificial más rápido de lo que surgieron?
Los expertos colaboradores de Forbes han estado observando la burbuja de la IA durante meses, rastreando señales confiables de estabilidad mientras advierten sobre puntos débiles que recuerdan el colapso de las puntocom de hace una generación .
“Veo tres escenarios”, afirma Peter Cohan, colaborador sénior de mercados de Forbes. “GenAI sigue en auge, hay un aterrizaje suave en el que las valoraciones bajan ligeramente, y el escenario de quiebra de OpenAI, que lo desploma todo si la empresa no logra recaudar más capital para financiar sus operaciones deficitarias”.
De hecho, OpenAI, la marca más reconocida en inteligencia artificial, se ha convertido en un símbolo y motor del auge.
Cada megaacuerdo que OpenAI cierra —con AMD , Broadcom, Nvidia , Oracle e incluso Walmart— añade un ladrillo de mil millones de dólares a la base de la IA o infla aún más la burbuja potencial. La ansiedad crece, mientras que el consenso de los inversores oscila entre un optimismo cauteloso y un optimismo desafiante .
Dentro de la nueva economía de la IA
Sol Rashidi, colaborador de Forbes y veterano de las grandes tecnologías, destaca las ambiciones de OpenAI de integrar verticalmente la computación, los datos y el entrenamiento de modelos a una escala sin precedentes. El director ejecutivo de la compañía, Sam Altman, y su equipo han “desarrollado discretamente un plan estratégico basado en el control del ecosistema, el apalancamiento de capital en las etapas iniciales y la implementación en el ámbito industrial, marcando la pauta para la siguiente fase de la evolución de la IA”, escribe Rashidi.
Markman coincide: «A diferencia de las especulaciones del pasado, la ola actual de IA no se basa en software improvisado ni en métricas a simple vista. Se basa en una demanda tangible, productos reales y requisitos computacionales astronómicos ».
Esas demandas informáticas son costosas y requieren cientos de miles de millones de dólares en inversiones en nueva infraestructura.
Los acuerdos contribuyen a impulsar la innovación , que es el motor del crecimiento de la economía estadounidense, observa Christer Holloman, colaborador de Forbes . Quizás el acuerdo más crucial en la economía de la IA sea la alianza de OpenAI con el fabricante de chips Nvidia, la empresa más valiosa que cotiza en bolsa y un referente tecnológico clave.
Fuente: Forbes Chile
