Apple y Google están trabajando para convertir sus softwares móviles en billeteras rápidas que reemplacen a las tarjetas de crédito en las tiendas físicas.
En los últimos 60 años, el plástico ha reemplazado gradualmente al dinero y a las monedas cuando llega la cuenta en un restaurante. A pesar de toda su relativa sencillez, las tarjetas de crédito todavía requieren que el ocupado personal de ventas y servicios transporte material con información privada del cliente hacia terminales especializados y devuelva recibos que deben ser firmados y con un mayor procesamiento.
En la última década, las compañías de pago han estado intentando resolver cómo aprovechar los dispositivos móviles para hacer el proceso más fácil y seguro. Luego de unos pasos en falso, el próximo cambio revolucionario en los pagos está tomando impulso. Las transacciones de pagos móviles a nivel mundial totalizarán US$ 235.400 millones en 2013, un aumento de 44% desde los ?US$ 163.100 millones en 2012, según la firma consultora Gartner, que proyecta un salto de 38% a US$ 325 mil millones el próximo año.
El nuevo modelo?
La nueva ola de pagos móviles no se parece en nada a lo que era hasta hace unos años. En ese entonces, una tecnología llamada Comunicación de Campo Cercano (NFC, su sigla en inglés) prometía a los consumidores una forma de almacenar los datos de las tarjetas de crédito en un chip seguro para un smartphone, que se podía acercar a un terminal para pagar a través de una onda corta de radio segura. Pero el NFC nunca se puso de moda, ya que quienes están en la vanguardia de la tecnología no dejaron de usar sus tarjetas. Apple se negó a probar los chips en su iPhone, y otras compañías que sí estaban interesadas –Google, Verizon, AT&T y Visa– no pudieron ponerse de acuerdo sobre quién administraría la plataforma de pago del cliente. NFC “no resolvió ningún problema del mundo real”, afirma David Marcus, presidente de PayPal.
En la mayoría de las versiones del modelo actual, los datos de pago del cliente son almacenados en Internet para acceder a través de las aplicaciones del smartphone, como la versión móvil del sitio de PayPal o aplicaciones especializadas desarrolladas por un comercio en particular. Los clientes de Starbucks pueden descargar su aplicación, llenar la información sobre su tarjeta de crédito o débito y luego pagar en la mayoría de los 11.437 locales de la cadena en EEUU al abrir la aplicación y ubicar el aparato bajo un escáner. La compañía asegura que más de 11% de los pagos ahora se hacen con dispositivos móviles gracias, en parte, a un programa de descuentos y premios.
Otros comercios han jugado con variaciones sobre ese modelo. Las 26 mil sucursales de la cadena de sándwich Subway en EEUU no tienen escáneres de código de barras especializados, pero sus cajas registradoras pueden imprimir códigos de barras para un cliente con la aplicación de la empresa para escanearlo con la cámara del teléfono y usarlo para autorizar un pago en línea.
Además de reducir las barreras para el pago, esto le puede dar a los retailers una mejor forma para contactar a un cliente, y una mirada más cercana de su comportamiento a largo plazo, según Richard Crone, director ejecutivo de la consultora de pagos Crone Consulting. “El verdadero valor es que ahora ellos saben quién es su cliente y pueden acercarse a él en cualquier momento”, explica.
Las compañías interesadas en contactar a compradores móviles están subiéndose al tren rápidamente. Apple y Google están trabajando para convertir sus softwares móviles en populares billeteras rápidas que puedan desplazar a Visa y a MasterCard como formas de pago en las tiendas físicas. La empresa de reservas en línea OpenTable anunció en el verano boreal que comenzaría a probar un servicio que permite a los usuarios pagar una cuenta y dejar propina con sus teléfonos en los restaurantes que utilizan su servicio, sin tener que pedir la cuenta.
“Todo está sucediendo hoy”, declara Chris Gardner, cofundador de Paydiant, una firma de pago móvil que ayuda a operar la aplicación de Subway. “Lo que veremos el próximo año es que los locales de abarrotes, almacenes y restaurantes todos contarán con pagos móviles”. En entre tres y cinco años, prevé, los consumidores serán capaces de realizar la mitad de las transacciones a través del teléfono, sin hacer malabares con un montón de aplicaciones diferentes, un escáner o una fotografía de un código de barras.
En septiembre, PayPal introdujo Beacon, una alternativa que podría simplificar las cosas. La compañía está distribuyendo un aparato pequeño con forma de varita mágica entre los comercios, que pueden conectarlo a un computador o simplemente a un enchufe. El dispositivo emite una señal inalámbrica de corto alcance que activa la aplicación de PayPal en el teléfono de un cliente cuando entra a la tienda. Si el usuario ha aprobado explícitamente el servicio para dicho lugar, el vendedor automáticamente verá su perfil, incluyendo el historial de compras e imagen, en el terminal computacional del retailer. También puede cargar automáticamente la cuenta del cliente sin tener que presentar el recibo. PayPal sostiene que probará el servicio en distintos locales, incluyendo Telegraphe Café, una cadena de sándwiches de Manhattan, antes de lanzarlo más ampliamente en 2014.
Las aplicaciones móviles como el servicio de taxis Uber, hace las transacciones de pagos aún menos visibles. Uber, que opera en más de 50 ciudades en 20 países, almacena las credenciales de pago de sus clientes en sus servidores. Cuando un cliente solicita un viaje, la foto del conductor y su ubicación en un mapa aparecen en su teléfono a medida que el auto se acerca. Es una experiencia sin interrupciones que puede ser un poco desconcertante cuando el viaje termina: la tarifa plana es descontada automáticamente de su tarjeta de crédito; el pasajero sale del taxi sin tener que pagar o darle propina al conductor.
La aplicación de pago de Uber es alimentada por Braintree, una startup de seis años radicada en Chicago, que PayPal pretende comprar por cerca de US$ 800 millones. Braintree procesa anualmente cerca de US$ 4 mil millones en pagos móviles para Uber y otras aplicaciones, incluyendo las firmas para reservar habitaciones Airbnb y HotelTonight la bolsa de trabajos TaskRabbit. Las transacciones para todos estos servicios son completadas con un click, o incluso automáticamente. Bill Ready, CEO de Braintree, asegura que toda una gama de experiencias de venta se ofrecerán de esta manera pronto. “La gente está dispuesta a comprar y navegar en aparatos móviles, pero no quieren ingresar datos”, apunta. En cinco años pagar en la caja “parecerá tan extraño como sucede hoy con los terminales de pantalla verde”.
Impacto en empresas tradicionales?
A medida que los smartphones se conviertan en el método preferido para pagar, los consumidores tendrán que luchar con las implicancias para la privacidad. Desde Google y PayPal hasta su lugar favorito para pedir pizza y la cafetería de la esquina, las empresas sabrán más sobre sus hábitos de compra, qué compra y cuándo. A cambio de esta información personalizada, probablemente le ofrecerán beneficios y descuentos, al menos al comienzo. Los consumidores y los reguladores tendrán que decidir si es que la compensación vale la pena y asegurar que las firmas obtengan un consentimiento explícito del usuario, y que ellos puedan proteger la información que están recolectando. “Un gran tema con los pagos móviles es simplemente la privacidad y la seguridad del propio teléfono”, acota Lee Tien, abogado senior de Electronic Frontier Foundation.
El cambio puede ser mucho más perturbador para las compañías tradicionales de pago. La mayoría de los compradores móviles compra ingresando los números de su cuenta de Visa, MasterCard o American Express en las aplicaciones de su teléfono y luego los olvidan. El volumen adicional de pagos es bueno para estas empresas ahora, pero en el largo plazo podrían tener problemas para mantenerse como relevantes. “La marca de MasterCard o Visa desaparece” en muchas transacciones móviles, de acuerdo a Keith Rabois, socio de la firma de venture capital Khosla Ventures. “Se puede decir que sus marcas son los activos más poderosos que Visa y MasterCard tienen. Ahora toda una generación va a comprar cosas en una forma sin marcas”.
Los gigantes de las tarjetas de crédito podrían tener poco tiempo para adaptarse. En Stein Beer Garden, donde los pagos móviles están siendo probados y una señal de neón morada de PayPal cuelga en la pared, el dueño Ted Kim puntualiza que sus clientes y su personal todavía no están cómodos con la idea de pagar con el teléfono. Recientemente un par de clientes regulares comió en el bar y trató de usar el sistema de código numerado, pero se fueron sin darse cuenta de que su transacción no se había completado exitosamente. Un barman tuvo que perseguirlos por la calle, a la antigua.
Fuente: DF