Fuente:cincodías.com
Los 40 millones de móviles que hay en España suponen un enorme potencial para su empleo como forma de pago. Sin embargo, las compañías centradas en este negocio no han sabido captar el interés del usuario, un interés que sí ha demostrado por otros servicios como el envío de mensajes cortos o la descarga de melodías y logos.
Las tres plataformas que permiten el pago por móvil en España no han alcanzado los objetivos que se fijaron en sus inicios. La multinacional alemana Paybox ha restringido su actividad a las empresas y ya no ofrece servicio al consumidor final en Alemania, Gran Bretaña y Suecia. En España, continúa con la actividad en este segmento, pero también ha entrado en un proceso de reestructuración. Por su parte, el sistema de pago de Mobipay, que agrupa a la mayoría de las entidades financieras españolas, no ha logrado arrancar comercialmente en todo el territorio. Mientras, la modalidad de pago de La Caixa llamada Compra Segura tiene 150.000 usuarios, aunque la gran mayoría lo utilizan únicamente para recargar su terminal telefónico.
Paybox inició su actividad en España en noviembre de 2000. Entonces contaba con el respaldo del Deutsche Bank y su objetivo era alcanzar 300.000 clientes a finales de 2001. En la actualidad tiene 50.000 y la entidad financiera alemana ha salido del accionariado, dejando el capital en manos españolas. ‘El grupo Paybox ha decidido que cada país elija cómo operar en el futuro. En España hemos decidido mantener el pago por móvil para usuario final y ya no tenía mucho sentido que los alemanes participaran en el proyecto’, asegura Patrick Becker, consejero delegado de Paybox España. Es cierto que el usuario todavía puede pagar con el móvil con Paybox, pero ya no es una plataforma de pago. Antes, el importe de la compra se cargaba directamente en la cuenta bancaria cuando un cliente pagaba a través del móvil, pero ahora se ha abandonado este sistema y se ha vinculado el número del móvil a una tarjeta bancaria. ‘Así asociamos el pago por teléfono a un sistema establecido que ya funciona, y muy bien‘, explica Becker. Los cambios tecnológicos necesarios para esta nueva orientación han obligado a suspender el servicio ‘durante unas semanas ‘.
Tras esta reestructuración, Paybox se centrará en ofrecer sus servicios como consultora tecnológica para el desarrollo de sistemas de pago a empresas, entidades financieras y operadoras. La reestructuración conllevará una reducción de la plantilla de 15 trabajadores. A pesar de los cambios, Becker confía en el futuro de Paybox, «con este modelo empezaremos a obtener beneficios este mismo año«. La compañía asegura que los 50.000 clientes que tiene activos realizan una media de «dos o tres» operaciones al año. El objetivo de Paybox es «encontrar aquellas situaciones en las que el uso de la tarjeta no esté establecido, como puede ser la recarga del móvil» , explica.
Mobipay, estancada
Por otro lado, Mobipay (sistema promovido por las tres operadoras móviles españolas, Visa, Euro 6000 y 4B y un total de 92 entidades financieras) aún está en proceso de lanzamiento comercial. La compañía ha implantado el sistema en Valladolid, donde realizó una prueba piloto a mediados del pasado año. Tras seis meses de promoción del sistema, un total de 1.700 comercios y ciudadanos ya lo han adoptado para realizar compras vía móvil. Los resultados de la campaña ha impulsado a la compañía a plantearse su uso en toda España. Su propósito, según explica el director de desarrollo de negocio de Mobipay, Javier Díaz, es que el sistema cubra todo el territorio antes de que finalice el año, aunque no concreta cuándo ni cómo se va a producir esta implantación. La expansión geográfica del sistema lleva como mínimo un año de retraso. El presidente de Telefónica Móviles y de Mobipay España, Luis Lada, señaló, en mayo del año pasado, que Mobipay estaría operativo en toda España antes de final de 2003 y aseguró que el número de usuarios alcanzaría los cuatro millones en 2004. Según puntualiza ahora Díaz, Mobipay está más interesado en la apertura del sistema a nuevos servicios (como la reserva de entradas a través de móvil o la demanda de películas a través de las plataformas digitales) que en la cobertura geográfica del territorio.
La Caixa se desmarcó de la plataforma en la que se integraron la mayoría de las entidades financieras y lanzó Caixa Móvil a finales de 2000 con el objetivo de desarrollar los pagos a través del móvil. La caja catalana no ofrece en la actualidad la posibilidad de pagar de esta manera en comercios, pero sí permite, a través del servicio Compra Segura, pagar con móvil en Internet y recargar la tarjeta prepago de los propios móviles.
Los usuarios, reacios a la nueva fórmula
Un usuario de telefonía móvil que quiera utilizar su aparato para pagar no lo tiene tan fácil como hace un par de años se pensaba. En la actualidad, los clientes de Paybox pueden abonar el importe de sus compras en algunos comercios como Air Europa, Carrefour, Condisline, Mango, Fnac o Telepizza. Autotaxi Mercedes, una compañía de taxi barcelonesa, permite también el pago con este sistema en sus 170 vehículos. Pero la realidad es que los usuarios no se animan a usarlo. «En un día podemos encontrarnos con una media de tres clientes que abonan el importe de sus carreras con el móvil, suelen ser ejecutivos«, explica Pedro Álvarez, de Autotaxi Mercedes. Para realizar el pago, el cliente debe comunicar su número de teléfono al comerciante y éste llama a Paybox, comunicando el número de teléfono del cliente y el importe a cobrar. Por último, Paybox llama al móvil del usuario y le pide el número secreto para confirmar el importe del pago.
A pesar del poco éxito que ha tenido el sistema, Álvarez lo prefiere al pago por tarjeta. La razón es simple, las comisiones. Cuando se realiza un pago con tarjeta, la entidad bancaria aplica una comisión de entre el 2,5% y el 3,5%, mientras que la comisión que cobra Paybox a los taxistas cuando un cliente paga con móvil es del 1,75%. La compañía cobra 12 euros anuales a los clientes por tener activada esta forma de pago.
Salvador Aragón, profesor del Instituto de Empresas, considera que la aceptación por parte de los usuarios del pago a través del móvil depende de «si encaja a priori con hábitos ya existentes en amplias capas de la población«. En su opinión, el pago por móvil cuenta con el precedente negativo de las tarjetas monedero. Su fracaso puede explicarse por la falta de costumbre de pagar con tarjeta compras de importe muy bajo o por el poco interés del comerciante por sustituir el cobro en metálico libre de comisiones por un medio que sí las tenga.