Fuente: La Tercera
Para 2020 las fintech entregaron créditos por US$850 millones a pymes, cuyas evaluaciones de riesgo se hicieron en gran medida con datos de entidades financieras y otros actores de la economía. Para 2021 los créditos otorgados con estos sistemas bordearían los US$1.600 millones.
Son cientos de operaciones mensuales y también cientos de millones de dólares en financiamiento. Eses es el tamaño que el sistema de finanzas y datos abiertos implica hoy en Chile, y que la Ley Fintech viene reconocer y regular. Su trámite avanza con rapidez en el Congreso; y a ello se sumó hace algunas semanas la firma de un acuerdo marco entre la Asociación de Bancos y FinteChile para afinar la interacción entre la banca y las fintech de cara a implementar la ley.
Entre los actores hay conciencia de que la iniciativa viene a poner un marco de acción a algo que ya está en funcionamiento desde hace años. Ángel Sierra, director ejecutivo de FinteChile, dice que “las Finanzas Abiertas son el corazón de la Ley Fintech y es un concepto que permitirá llevar el sistema financiero del país a un siguiente nivel en materia de innovación, competencia e inclusión financiera. Al definirse la gobernanza y regulación de las Finanzas Abiertas, la Ley Fintech viene a reconocer una realidad existente hace más de 7 años y la cual seguirá creciendo exponencialmente dados los beneficios que ya están recibiendo personas y empresas”.
¿Pero cual es el tamaño actual del sistema de finanzas abiertas en el país? En el país el financiamiento pyme a través de fintech en 2020 llegó a US$850 millones, según datos del BID, y gran parte de las evaluaciones de riesgo de crédito se realizó mediante open banking (datos de bancos) y open data (datos de todas las entidades económicas de un país, como el SII, la banca o la CMF)- Y se pronostica – los datos están en elaboración-, que en 2021 el financiamiento debió alcanzar US$1.600 millones.
Roberto Opazo, director ejecutivo de Khipu dice que “usamos webscraping para open banking, ya que por el momento no hay APIs estandarizadas en la banca. Ya llegamos a 1.5 millones de operaciones de open banking o webscraíng al mes. Eso es contando consultas, pero si contamos registros descargados por separado, ya pasamos los 10 millones al mes”.
En tanto, Pablo Andrés Vicencio, sales manager de Chile de Finerio- fintech que entrega una solución de administrador de gastos para cliente final, y que brinda conexiones con bancos y otras fuentes de información para el procesamiento de datos– explica que si en 2021 tenían 50 entidades financieras como clientes, para 2022 ya tienen a 95.
Por su parte, Alfonso Maira , CEO de Floid – firma que ofrece a bancos y fintechs herramientas para que usuarios puedan compartir su información de cara a una evaluación de riesgo- detalla que “en los tres primeros meses de este año procesamos 71,5 millones de transacciones bancarias y vamos con un crecimiento mensual promedio del 40%. Cada vez más gente está dispuesta a usar su información de cartolas bancarias, como un “comprobante” de que tan sano está financieramente de cara a obtener productos financieros online. También hay muchas empresas que usan Floid para conciliar pagos conectando sus cuentas bancarias”.
En tanto, Cristóbal Griffero, CEO y fundador de Fintoc – empresa de open banking cuyo sistema permite que cualquier aplicación se conecte con instituciones financieras de sus usuarios para recibir pagos o automatizar la conciliación bancaria-, cuenta que en Chile y México ya trabajan con 80 clientes, entre ellos con Banco Falabella, Rappi y Fintual.
“Además del crecimiento en número de clientes y usuarios finales, hemos logrado hacer partnerships muy importantes con distintos bancos, cómo por ejemplo el acuerdo con Banco Estado, para operar con ellos siguiendo altos protocolos de seguridad”, dice Griffero.
Los desafíos de implementar la ley
A fines de junio la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), BancoEstado y la Asociación de Empresas Fintech de Chile (FinteChile), alcanzaron un acuerdo que establece estándares de seguridad, responsabilidad y mecanismos de lectura de datos de clientes de manera controlada.
Si bien en el documento, así como en la ley, se establecen una serie de mecanismos y responsabilidades, aún existen desafíos respecto de la implementación de los sistemas para acceder a los datos de las instituciones.
Según Opazo, “internet se ha vuelto complicada y hay muchos temas de tratamiento de datos personales que se deben cuidar. Es muy complejo hacerlo porque los datos de las personas hoy son procesados de formas tan sorprendentes, que en cuanto esté aprobada la ley Fintech y la nueva ley de tratamiento de datos personales, ya tendremos que ver cómo se integra eso con inteligencia artificial y sobre todo con grandes proveedores de tecnología que acceden a los datos, pero ni siquiera operan en Chile. Esto se ha vuelto un problema mundial y ya no es posible pensar en una regulación que resuelva el problema en los países por separado. Visto así, el desafío resulta intimidante, pero en todos los escenarios, esta Ley Fintech representa un avance muy importante”.
“Los desafíos son varios, en términos sencillos la Ley va a permitir que los clientes de las instituciones financieros, previo su mismo consentimiento, permitan que terceros (en general Fintechs) puedan iniciar pagos y tengan acceso a su información con la promesa de poder contar con mejores productos y servicios, dado esto las instituciones financieras van a tener que desarrollar las interfaces para que estos terceros puedan acceder su información y escribir en sus sistemas”, dice Pablo Andrés Vicencio.
Por su parte, Alfonso Maira apunta a que “el desafío está en que quienes hagan la ley entiendan la importancia de que se implemente de buena manera. Permitiendo el uso, por ejemplo, del webscrapping como un método alternativo si las conexiones de Open Banking implementadas no funcionan bien, o no entregan toda la información que los usuarios (dueños de los datos) desean compartir con un tercero”.
En tanto, Cristian Oppliger, Head of Legal de Fintoc, dice que “la principal prioridad de la ley es que el sistema tenga una regulación sólida de protección de datos personales, además de una estandarización o consenso sobre estándares de comunicación y acceso vía APIs a las instituciones financieras”.
Sigue la discusión
Uno de los aspectos clave de la discusión de la Ley Fintech es la seguridad de los datos de las personas y su uso. El proyecto, que a principios de mayo aprobó el Senado y que ahora debe verse en particular, está siendo discutido en la Comisión de Hacienda, recibió a fines de junio una serie de cuestionamientos por parte de los senadores respecto de la seguridad y finalidad de la información de los clientes.
El miércoles acudieron a la instancia los comisionados de la CMF Bernardita Piedrabuena y Kevin Cowan, donde expusieron que el proyecto de ley incluye los resguardos adecuados para la protección de los datos personales y enfatizaron que, bajo el nuevo marco de finanzas abiertas propuesto, las instituciones financieras estarán obligadas a facilitar que sus clientes, de manera voluntaria y una vez que otorguen su consentimiento, compartan información con terceros.
Según dijo la CMF en un comunicado, los consejeros también “subrayaron la importancia de otorgar facultades regulatorias a la CMF en este ámbito, puntualizando que actualmente existen múltiples Fintec que operan con datos personales sin un marco de regulación específico”.