Fuente: BBVA
El proyecto para la creación de un ‘sandbox’ regulatorio para el ‘fintech’ en España ha sido aprobado este mes en el Congreso de los Diputados. La puesta en marcha de este espacio de pruebas controlado facilitará la experimentación con proyectos de tecnología financiera para los que no está claro cómo aplica el marco regulatorio o que aún no cuentan con marco regulatorio propio.
Un ‘sandbox’ regulatorio es un campo de pruebas para la experimentación con modelos de negocio novedosos que aún no cuentan con un marco regulatorio claro. Estos instrumentos regulatorios, que ya se han puesto en marcha con éxito en países como Reino Unido, permiten llevar a cabo pruebas con nuevas tecnologías que aún no cuentan con una legislación propia de manera supervisada por las autoridades regulatorias.
La propuesta de creación de un espacio de pruebas de este tipo para el ámbito ‘fintech’ en España surgió en 2018 como parte de un Anteproyecto de Ley para la transformación digital del sistema financiero. La iniciativa contó desde el inicio con un amplio apoyo de la industria, tanto bancaria como ‘fintech’ e ‘insurtech’. Finalmente se materializó en un proyecto de ley que este mes ha sido aprobado por unanimidad en el Congreso de los Diputados. “Aunque el proyecto debe pasar ahora al Senado para su debate y votación, sin duda este avance representa un importante paso adelante muy esperado”, afirma Lucía Pachecho, del equipo de Regulación de BBVA. En caso de enmiendas, el proyecto debería volver a pasar por el Congreso para su aprobación definitiva. Y en caso negativo quedaría aprobado definitivamente.
Beneficios para los usuarios
Con este paso se acelera la llegada de esta nueva herramienta, que podría empezar a funcionar antes de que acabe el año. A falta de su materialización definitiva, la noticia ha sido de nuevo acogida positivamente por la industria financiera, que ve en esta herramienta un catalizador de la innovación en el sector. Facilitar la experimentación segura con nuevas propuestas de negocio de base tecnológica traería grandes beneficios para los usuarios, que ganarían acceso a un mayor abanico de productos y servicios. “Se trata de una herramienta clave para las autoridades financieras ante el nuevo entorno digital. Al dotar a las autoridades de visibilidad directa sobre las fases tempranas de desarrollo de proyectos innovadores, el ‘sandbox’ va a acelerar el proceso de aprendizaje de los reguladores y los supervisores, facilitando la adaptación del marco regulatorio a la nueva era digital”, añade la experta del equipo de Regulación de BBVA.
Este proyecto contribuye también a situar a España a la vanguardia de la Unión Europea en la definición de entornos favorecedores de la innovación en el ámbito ‘fintech’. “Y puede contribuir a posicionar al país como un centro de innovación y atracción de talento a nivel global”, señala Pacheco.
Proyectos basados en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el ‘big data’ y ‘blockchain’, así como modelos de negocio innovadores que proponen nuevas formas de relación entre el cliente y la empresa, podrán beneficiarse de este nuevo paraguas regulatorio. El ‘sandbox’ ofrecería así un terreno de pruebas en el que, temporalmente y bajo una cuidadosa supervisión, las empresas pueden realizar pruebas reales con estos proyectos. En un entorno controlado, pero sujetos a cierta flexibilidad regulatoria antes de lanzarlos al mercado.
¿Cómo funcionará?
“Una vez conocemos las tecnologías y qué se puede hacer con ellas, uno de los obstáculos a solventar es la viabilidad de su uso desde el punto de vista del regulador. Por eso estamos muy expectantes ante la creación de este ‘sandbox’, que nos ayudaría a probar nuevas soluciones o propuestas para los clientes”, añade Pedro Muñoz, responsable de Open Innovation en España.
El ‘sandbox’ español depende de la Secretaría General del Tesoro. Esta será la institución responsable de poner en marcha un sistema para recibir las solicitudes de las empresas que quieran presentar sus proyectos cuando la ley tenga una aprobación definitiva a finales de este año. Una vez recibidas las candidaturas, los tres órganos supervisores involucrados en el ‘sandbox’ –el Banco de España, la CNMV y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGS)–, serán los encargados de su estudio y evaluación, individualmente o en conjunto, en función de la naturaleza de cada propuesta.
A continuación, se prevé que los supervisores tendrán un plazo de un mes para evaluar la inclusión de cada proyecto en el ‘sandbox’. Para ello estudiarán si cada propuesta cumple con los criterios establecidos: que se trate de un proyecto de innovación tecnológica aplicable al sistema financiero, que esté lo suficientemente avanzado para poderse probar con clientes reales y que aporte un valor añadido, como la reducción de costes o la mejora de la eficiencia.
Pruebas controladas
Cuando se apruebe la entrada del proyecto en el ‘sandbox’, el supervisor y la empresa que lo haya propuesto acordarán el protocolo para la puesta en marcha de las pruebas. Estos protocolos serán específicos para cada proyecto y en ellos se establecerán las normas y condiciones por las cuales se regirá el proyecto. Incluirán aspectos prácticos como el número de clientes que podrán participar en el piloto y los plazos durante los cuales se llevará a cabo, entre otros. También deberán detallar cómo se pasará del espacio controlado de pruebas al régimen ordinario de actividad una vez finalice la fase de pruebas.
Para asegurar el correcto desarrollo de la fase de pruebas, las autoridades designarán a uno o varios monitores. Estos realizarán un seguimiento de las pruebas para recabar la información necesaria y realizar las inspecciones que convengan. Una vez finalizadas, si se considera que el proyecto ha sido exitoso, se iniciará la transición del proyecto hacia el régimen ordinario de actividad, según lo acordado en el protocolo.
El espacio de pruebas español también funcionará por cohortes, al igual que el de Reino Unido. De esta manera, se abrirán dos convocatorias cada año para que las empresas puedan presentar proyectos innovadores. El ‘sandbox’ británico, pionero en la creación de este modelo de innovación financiera a través de la Financial Conduct Authority (FCA), lleva operativo desde 2017. Desde entonces ya han pasado por él 140 proyectos a través de seis rondas, o cohortes. La FCA estima que en este tiempo, el ‘sandbox’ ha permitido agilizar los procesos de autorización de nuevos proyectos y ha servido para facilitar los modelos de colaboración entre bancos y ‘fintechs’.