Matías Echeverría, CEO y cofundador de Housepricing
En estos tiempos donde la tecnología ocupa un lugar importante en nuestro día a día sorprende que muchos bancos aún gestionen sus carteras hipotecarias con datos obsoletos. Sí, en pleno 2025, todavía hay instituciones que no saben cuánto valen realmente los activos que respaldan sus créditos. Y no estamos hablando de un pequeño error administrativo. Estamos hablando de una falla estructural que pone en riesgo la calidad de miles de decisiones estratégicas, una tan importante y decisiva en la vida de las personas como la compra de una vivienda.
La relación Loan to Value (LTV), que mide cuánto se prestó en relación al valor de la propiedad, es un indicador clave en la gestión de riesgos. Pero ¿qué pasa cuando el valor de esas propiedades cambia y el banco no lo sabe? Exacto: el LTV se convierte en una ilusión y para la banca un problema de números.
Durante mucho tiempo acercarse al valor de una cartera de propiedades era lento, caro y engorroso ya que era casi imposible pensar en tasar miles de inmuebles sin movilizar un verdadero ejército de peritos. Pero los tiempos cambiaron. Hoy existen soluciones tecnológicas que consideran incluso Inteligencia Artificial y que logran hacer ese trabajo en segundos y al decir segundos no exageramos.
HousePricing.cl, por ejemplo, logró revalorizar una cartera de 12.000 propiedades de un banco chileno -Banco Falabella- en cuestión de minutos, lo que permitió además una visibilidad completa del riesgo real, decisiones más informadas y una operación mucho más eficiente.
¿Y cuál es el verdadero valor de esto? Ocurre que el precio de las propiedades no es estático. En comunas como Providencia o Santiago Centro, el valor por metro cuadrado puede variar entre un 8% a un 10% o incluso más cada año. Trabajar con tasaciones de hace tres años es tan poco eficiente como usar mapas del siglo XIX para navegar por la ciudad. Demás está decir que consecuencias puede tener esto para los involucrados, tanto a quien otorga el crédito como quien lo recibe: Directo en su bolsillo.
La banca no puede darse ese lujo. Menos aun cuando hablamos de refinanciamientos, crisis económicas o clientes en situación vulnerable. No se trata solo de eficiencia operativa. Se trata de responsabilidad.
Automatizar la valorización de propiedades ya no es una ventaja competitiva. Es una necesidad básica. Y, seamos honestos, si tu banco aún no lo hace, no es por falta de tecnología. Es por falta de decisión ya que las herramientas están a la mano y no requieren una gran inversión. De hecho, es rentable incluso desde el corto plazo.
Y considerando este escenario no queda más que preguntarse: ¿Seguirán los bancos operando a ciegas o se atreverá a ver con claridad y subirse realmente al mundo de la tecnología?