Banqueros de América Latina y expertos en seguridad bancaria coincidieron hoy en la necesidad de que tanto empleados y clientes de bancos, como fiscales, jueces, investigadores y legisladores estén más formados en la prevención, combate y castigo del fraude financiero.
«Si en los 80 los jóvenes buscaban recibos en cubos de basura de restaurantes y en los 90 se falsificaban tarjetas, ahora es todo mucho más difícil. Se lidia con alta tecnología, transferencias electrónicas y pagos por móviles», explicó hoy el vicepresidente de Seguridad Global de American Express para América Latina y Caribe, Rick Cases.
A esta sofisticación se suma que «una de las idiosincrasias de la seguridad bancaria en Latinoamérica es esa viveza y creatividad del latino, que en ocasiones no está sólo canalizada para hacer cosas positivas», según reconoció a Efe Miguel Angel Carlos, presidente de «Celaes 2011».
«Celaes» es una conferencia anual que organizada la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) y la Asociación de Banqueros Internacionales de Florida (FIBA), y que está considerada la cita regional más importante del sector.
Con 40 conferenciantes y expertos en seguridad bancaria, desde hoy se reflexiona en Miami sobre métodos para prevenir el fraude bancario y para mejorar la seguridad de las operaciones en América Latina en todos los aspectos.
Diversos ponentes coincidieron hoy en que las compras por teléfonos o internet son las áreas donde más crece el fraude financiero, lo que supone un reto para la migración de la banca latina hacia los servicios electrónicos.
Las transacciones electrónicas por el momento sólo suponen el 30 % de las transacciones que se realizan en la región, mientras que el resto se siguen llevando a cabo en sucursales.
Miguel Angel Carlos explicó a Efe que la banca en Latinoamérica aún es un mercado «poco maduro», tanto a nivel de entidades financieras como de clientes, por lo que está creciendo muy rápidamente, lo que a su vez dificulta la consolidación de los métodos de control del fraude.
«A las organizaciones nos corresponde establecer los mecanismos de control interno y capacitación, y eso hará que ya no sea tan importante qué tan creativo o pícaro sea el trabajador», apuntó el también director de Prevención y Seguridad Corporativa del Banco Santander en México.
Además del propio sector, «es muy importante que se haga ‘lobby’ para reclamar sentencias ejemplarizantes para quienes cometen este tipo de fraudes y para reforzar la legislación de la región», apuntó la directora regional de protección de activos de Walmart para América Latina, Odalys Fajardo.
«Tenemos la responsabilidad de influir en los gobernantes para que definan bien este tipo de delitos, se impongan sentencias más estrictas y haya más comunicación, porque a veces los delincuentes se benefician de la falta de diálogo» entre las fuerzas del orden, defendió Fajardo, quien trabajó durante años para la CIA y el Ejército estadounidense.
En ese sentido, el agente del Servicio Secreto estadounidense Robert Villanueva afirmó que «el ‘cibercrimen’ es el tipo de criminalidad más prolífico de cara al futuro» y advirtió que, al contrario que en el pasado, quienes lo comenten son gente altamente cualificada y que no sabe de fronteras.
«Es gente que viaja por todo el mundo, especialmente donde no se está muy familiarizado con el ‘cibercrimen'», explicó Villanueva, quien coincidió con otros expertos en que las autoridades judiciales y legislativas deben estar lo más al día posible para combatir a gente que -en palabras de Cases- «puede no tener el graduado escolar pero son grandes expertos informáticos».
Fuente: EFE