Chat GPT tiene a penas un año de vida, pero ha crecido de forma exponencial en número de usuarios. Juan Pablo Sáez da a conocer los factores por los que existe la falsa idea de que se está estancando.
El 30 de noviembre Chat GPT cumplió su primer año de vida. La fecha es todo un hito, porque la inteligencia artificial (IA) pasó de ser un concepto lejano a transformarse en una herramienta que cualquier persona pudo empezar a utilizar para obtener información y respuestas instantáneas sobre una infinidad de temas. Fue tal la revolución, que tan sólo a 5 días de su lanzamiento, la aplicación de chatbot alcanzó el millón de usuarios. A modo de referencia, a Netflix le tomó 3,5 años lograr la misma hazaña.
Hoy, Chat GPT cuenta con 175 billones de parámetros y recibe hasta 10 millones de solicitudes diarias. Y pese al boom inicial de esta y otros programas de IA como los asistentes de voz, llamados telefónicos, audios, etc., ese fervor del comienzo parece haber dado paso a una especie de meseta en el avance de las nuevas tecnologías, donde la percepción general es que desde noviembre de 2022 hasta ahora, no ha ocurrido gran cosa.
Nada más lejos de la realidad, porque desde que surgió Chat GPT, han seguido lanzándose versiones actualizadas de distintos motores de IA mucho más poderosos que el original. De hecho, podríamos decir que el coeficiente intelectual aumenta potencialmente en cada software que se ofrece en el mercado. ¿Por qué existe entonces esta falsa idea de estancamiento? Son varios los factores y vale la pena analizar cada uno de ellos.
El primero tiene que ver con la naturaleza misma del proceso tecnológico. Como en cualquier evolución rápida y vertiginosa, hay periodos en los que esta innovación se va estabilizando porque en paralelo, los investigadores trabajan en el nuevo boom que se viene, que puede ser un producto o servicio mucho más poderoso del que está disponible actualmente.
Otra razón tiene que ver con los diferentes desafíos que se van generando, que en el caso de la IA, apuntan a temas éticos, técnicos y culturales. En relación a los últimos, las personas se van adaptando a las distintas herramientas de IA presentes en el mercado de una forma que antes era impensada. Aquí es donde hay que tener cuidado y usarlas con mucha responsabilidad y altura de miras. Por una parte, significan una gran ayuda al hacer más eficiente el tiempo, pero deben ser usadas de manera inteligente y teniendo claro que pueden perjudicar en edades críticas. Los niños, por ejemplo, tienen que aprender y pensar antes por ellos mismos, y luego recurrir a la IA como un complemento o apoyo.
En cuanto a la ética, el desarrollo de la IA va de la mano con nuevos retos, ya que a medida que se trabaja con una mayor cantidad de información y apreciación de distintos modelos, surgen también los muros relacionados a la protección y privacidad de los datos de las personas. Unir el avance tecnológico con las normas respectivas es un proceso que demora y no ocurre de un día para otro, requiere de periodos de ajuste y también es necesario considerar las realidades que se viven en cada país.
Es normal que el increíble auge de la inteligencia artificial dé paso a periodos de supuesto estancamiento, que en realidad son fases en las que se van afinando y refinando los sistemas actuales. Porque es un hecho que herramientas de IA como Chat GPT ahora son mejor utilizadas e integradas en comparación a un año atrás. Por eso, estos tiempos más ‘lentos’ son ideales para establecer mejoras continuas y normalizar su uso no sólo desde un punto de vista tecnológico, también comunicacional, en lo referente a la sensibilización de la sociedad, etc.
Cada nueva versión aumenta potencialmente la capacidad de un sistema inmenso y que no tiene límites, por lo que no me sorprendería escuchar anuncios significativos durante el año próximo y los que vienen después. Aprovechemos entonces este aparente estancamiento como un periodo que es parte de un ciclo y que nos puede servir para reflexionar sobre el alcance de la IA y consolidar su uso de diferentes maneras que nos permitan cumplir con nuestras tareas de forma cada vez más eficaz y eficiente.
Fuente: Forbes Chile