Fuente: América Retail
Hoy en día vivimos rodeados de Inteligencia Artificial, desde asistentes virtuales que reconocen comandos de voz hasta plataformas basadas en datos, capaces de optimizar la inversión en publicidad de sus usuarios. Dentro de este abanico de productos se esconde un gran potencial para el sector eCommerce.
En este sentido, un estudio reciente realizado por McKinsey estima que el valor potencial que se encierra detrás de la inteligencia artificial en el área de marketing y ventas es de más de 1,5 billones de dólares. Y esto es mucho potencial.
A priori, parece que el big data está reservado solamente para resolver problemas de gran magnitud. Sin embargo, existen innumerables aplicaciones de la inteligencia artificial que permiten automatizar tareas complejas de manera sencilla.
Una de las aplicaciones más usuales es la identificación de clientes potenciales con alta propensión a compra, que permite un retargeting muy cualificado. Este camino hacia la personalización supone una inmensa fuente de ahorro de costes, ya que dirigir este tipo de campañas únicamente a los usuarios con alta propensión de compra puede ser definitivo en la estrategia de pujas.
De la misma manera, los chatbots también permiten reducir costes, ya que eliminan la necesidad de mano de obra y están disponibles las 24 horas del día. Estas herramientas son capaces de entender el lenguaje natural y proveen a los ecommerce de una infraestructura para recrear conversaciones con el fin de interactuar con el usuario. Además, como están basados en inteligencia artificial, aprenden de las interacciones de los usuarios y se actualizan de manera independiente.
Por otro lado, existen plataformas como Gauss AI que, a través del uso de Machine Learning, recomiendan a los usuarios productos relevantes para ellos, ofreciéndoles un servicio personalizado.
En este sentido, resultan clave tanto la información básica sobre el usuario como los datos que se obtienen de su interacción en la web para poder focalizar de una manera eficaz los recursos destinados a las campañas publicitarias. El resultado se traduce en un incremento de ingresos que se cifra en más de un 26% respecto a métodos de marketing tradicional.
Asimismo, la IA permite detectar el uso fraudulento de una web de eCommerce, lo cual puede suponer un inmenso ahorro. Según datos de Ingenico ePayments, el fraude en Internet puede suponer hasta un 3% de la facturación de un ecommerce. A través del análisis de datos como la IP, la cesta del usuario, el tipo de navegación, o el tipo de tarjeta, se pueden identificar patrones comunes en los pedidos y prevenir el fraude.
En definitiva, estas son sólo algunas de las aplicaciones que se utilizan hoy en día, pero hay más, mucho más. El potencial de los datos y su evolución en el comercio electrónico en España es evidente y la llegada de nuevas generaciones como los millenials o la generación Z ponen de manifiesto que el futuro es cada vez más digital.