Por Juan Bello, VP Customer Solutions LatAm de GlobalLogic
La relación entre las personas y la banca cambió. Actualmente los clientes viven en un mundo conectado, cambiante y que exige respuestas rápidas. Una revolución que generó una distancia entre ambos actores, ya que el mundo financiero se aprecia como anticuado al momento de realizar trámites administrativos.
Es que cada vez que una persona realiza un negocio crítico y que involucre algún riesgo, busca la forma más segura y fácil para que esa experiencia sea completamente satisfactoria. Sin embargo, estamos viendo que la banca está iniciando un proceso de adopción de tecnologías que buscan mejorar este sistema y que tiene estrictamente relación con la movilidad, me refiero al eBanking.
De esta forma, las aplicaciones móviles se convertirán en una herramienta primordial al implementar estrategias digitales y que lleven a simplificar los diversos procesos transaccionales que se realizan. Casos como el de BCI se replican cada vez en la región, llevando la billetera directamente a los dispositivos móviles, para así mantener una conexión 24/7 con las personas.
En un mercado cada vez más competitivo, son precisamente los clientes el factor de cambio para desarrollar sistemas como estos. Por eso, adquieren una real importancia dos variables relacionadas, la experiencia y la seguridad.
La primera tiene que ver con las personas y el contacto que tendrá la entidad con ellos. Es bajo este concepto el cual se basará todo lineamiento y el que los diferenciará del resto de las instituciones. Respecto a la segunda, todo servicio que implique transacciones de dinero desde dispositivos móviles, requerirá de un sistema protegido y robusto para que las personas puedan confiar en la plataforma digital. Casos como el de homebanking, que tuvo un proceso lento en adopción, es aceptado hoy en día por sus métodos antiespías, antirrobos y fáciles de utilizar.
Ahora, si bien estas dos características son esenciales al llevar a cabo una estrategia de eBanking, recomendamos analizar cuidadosamente los pasos a seguir. Es que el migrar hacia la era digital implica escoger un servidor, una herramienta de la Tercera Plataforma, desarrollar e invertir en dicha estrategia. Un proceso lento, que implica cambios al interior de las compañías, pero que a largo plazo asegurará una mayor cuota de mercado y beneficios para las instituciones que las realicen.
En tanto los bancos continúen con el desarrollo y la implementación de aplicaciones específicas, todo indica que en los próximos años la banca móvil crecerá a pasos agigantados. Estos sistemas podrán integrarse a los pagos móviles, que prometen reemplazar las tarjetas por el celular y permitir transacciones más efectivas y seguras. Por lo que en un futuro no muy lejano, toda actividad financiera podría estar centralizada en un dispositivo de bolsillo y basada en un toque táctil en pantalla.
