Por Roberto Valderrama, director comercial de VeriTran en Chile
El plebiscito de 1989, en nuestro país, aseguraba el regreso a la democracia y abría las puertas para una nueva sociedad, incluso desde el aspecto financiero y comercial. En ese momento imperaba el efectivo y las tarjetas de crédito eran de uso exclusivo para aventajados clientes bancarios, un grupo muy reducido que no representaba la realidad chilena.
En este contexto, la industria bancaria decidió generar un cambio en el paradigma económico y creó Transbank, entidad compuesta por ocho bancos y que se encargaría de la administración de los plásticos y de procesar los pagos que se generarían en el comercio.
Así nació el reconocido y local “Modelo de 3 partes”, cuyos actores son el comercio, el adquirente y el banco, y en donde la función de adquirencia (afiliación de comercios a la red de aceptación de tarjetas) se le otorgó a Transbank, para que los consumidores pudieran operar con tarjetas de débito y crédito en comercios adheridos. En este modelo, Transbank es el único que ofrece los servicios de pago con tarjeta a los comercios.
Durante estas tres décadas la población chilena ha vivido grandes transformaciones respecto a su experiencia de compra y la tecnología ha irrumpido en la industria bancaria, especialmente en los últimos cinco años, generando una nueva forma de relacionamiento con los clientes. Entonces ¿será éste el momento indicado para modernizar el sistema de pagos en nuestro país?
Hace unos meses el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dio el puntapié inicial para este gran cambio y anunció que el Gobierno potenciará el ingreso de nuevos actores al sistema de medios de pago en Chile, especialmente para fomentar la competencia en el mercado, promover la innovación tecnológica en las transacciones comerciales y avanzar en el desarrollo de la economía digital.
De esta forma, se sumará otro actor en este nuevo sistema de pagos que se denominará “Modelo de 4 Partes”, con la incorporación de las marcas de tarjetas de débito y crédito -Visa, Mastercard y American Express-. Con esta modalidad el comercio podrá elegir la empresa adquirente con la que deseen operar; así, con más participantes, habrá más competencia.
Éste es un cambio muy positivo y esperado por mucho tiempo, ya que no sólo beneficiará al comercio con una clara disminución de las comisiones por transacción, sino que permitirá generar mayor innovación con nuevas formas de pago. Los clientes también serán beneficiados porque tendrán a su disposición una variedad de medios para realizar sus transacciones, entre ellos, los smartphones, que ya son utilizados como billeteras digitales a nivel mundial. ¿Por qué no?
Las plataformas de pagos digitales son cada vez más habituales en nuestro país, alineándose a las expectativas del consumidor moderno. El uso de los dispositivos móviles en el comercio es el próximo paso en las nuevas formas de pago, ya que no está limitado simplemente a las compras online, sino que también pueden usarse para pagar en puntos de venta físicos a través de contactless (pago sin contacto), código numérico, de barras, QR e, incluso, usando tarjetas virtuales con datos dinámicos, que se usan para sustituir a las tarjetas físicas tradicionales.
De acuerdo al Banco Central, luego de este cambio normativo se han anunciado diversas iniciativas innovadoras en este mercado –nuevas herramientas de pago, nuevos emisores de tarjetas y desarrollo de redes de adquirencia, entre otras-, lo que demuestra el interés que existe en el mundo financiero, en el comercio y también de los desarrolladores; no obstante, la implementación del Modelo de 4 Partes todavía está en gestación. Y, aun así, ya es una revolución y se está marcando un hito en Chile.