Dos barreras hacían que las TI, paradójicamente, en lugar de ser sinónimo de innovación para las empresas se convirtieran, en la práctica, en un verdadero lastre o en un freno para el cambio.
El primer obstáculo se presentaba al incorporar nuevas tecnologías; junto con obtenerse los beneficios propios de su implementación, las organizaciones debían prepararse para enfrentar nuevos retos en la gestión y seguridad de su infraestructura de TI, lo que redundaba en nuevos costos y la obligación de incorporar cada vez más recursos humanos a esa labor.
Por otro lado, los proveedores de TI establecían contratos que fijaban plazos precisos para la renovación de licencias de software y la obsolescencia de sus soluciones de hardware; quedando, en consecuencia, la organización “atada” a operar con ellas en dichos períodos de tiempo, independiente de sus necesidades, imprevistos de mercado, es decir, lejos de sus reales ciclos de negocios y con muy poca capacidad para reaccionar.
Hoy, con el advenimiento y posterior consolidación del Cloud Computing, dichas barreras están quedando en el pasado, a partir de lo que hoy conocemos como “XaaS” (X as a Service) o “Todo como un Servicio”, una “megatendencia” que representa un paso evolutivo en la industria de las TI y en cómo se relacionan hoy las empresas con las propias TI.
A nivel de la industria, XaaS significa el paso de un modelo centrado en la venta de hardware y software a un modelo centrado en los servicios, los que se expanden día a día, y a gran velocidad, hacia nuevas áreas de TI e incluso a procesos de negocios completos.
Para las empresas esta tendencia significa mayor libertad para encontrar y definir qué TI es necesaria para el negocio en distintos escenarios, sin tener que afrontar los temores o incertidumbres asociadas a las altas inversiones de las soluciones on-premise.
No cabe duda de que entre los acrónimos que engloba XaaS el más reconocido hoy es SaaS (Software as a Service), que en pocos años ha variado radicalmente el panorama asociado al mundo del software, aunque al principio se orientó solamente a ciertas áreas hoy ya vemos que incluso se comienza a consolidar en aplicaciones de misión crítica. Una situación similar ocurre con IaaS o Infraestructura como Servicio, que permite a muchas empresas acceder a avanzadas capacidades de cómputo y procesamiento de datos que hasta hace poco eran virtualmente imposibles para ellas en términos de presupuesto.
Actualmente es cada vez más común que se hable también de Plataforma como Servicio (PaaS) y que incluso la tercerización se extienda a la seguridad (SECaaS) o la recuperación de desastres (DRaaS), que permiten resguardar los datos y aplicaciones críticas o restablecer la continuidad operativa del negocio a la mayor velocidad posible.
Del mismo modo, asoman cada vez con mayor fuerza el MaaS (Management as a Service), una opción para gestionar entornos de TI, y CaaS o Comunicaciones como Servicio, que facilitan el disponer de manera más expedita de información en cualquier dispositivo, momento y lugar, entre otras posibilidades.
En este grupo emergente también está ganando terreno la tercerización de servicios de TI que buscan llevar a la nube áreas específicas de empresas, o parte de sus procesos de negocios y que se agrupan en lo que se denomina BaaS (Business as a Service).
De tal forma que cuando hablamos de XaaS nos referimos a una gran transformación respecto de cómo capitalizar mejor las oportunidades que otorgan hoy las TI. Especialmente valiosas son tales oportunidades cuando están en total sintonía con las actuales necesidades de las organizaciones, marcadas por una creciente presión competitiva, o bien por contextos económicos menos favorables, en donde la agilidad para reaccionar y la capacidad para agregar valor al negocio resultan cruciales.
El próximo 8 de septiembre en el 7º Foro Level 3 en Santiago, analizaremos cómo XaaS o “Todo como un Servicio” es, entonces, sinónimo de un rápido time-to-market de las soluciones de TI, de costos flexibles, mayor escalabilidad y elasticidad superior, en definitiva, ya no existen excusas ni ningún lastre para innovar.