Fuente: www.ambito.com
ENTREVISTA CON EL CEO Y FUNDADOR ALEJANDRO MUSZAK
Con Pronto lidera el mercado de créditos online para gastos de emergencia. Ahora lanza Welp, para llegar a un sector más calificado. Además, ofrecerá una tarjeta de crédito y desembarcará en España.
Wenance, la mayor fintech argentina de préstamos de consumo, lanzará una nueva marca para competir en una franja más calificada de clientes, extenderá sus servicios a España y lanzará una tarjeta de crédito. Para conseguir fondeo saldrá con un nuevo fideicomiso público por $200 millones en los próximos días. En una charla con Ámbito Financiero , Alejandro Muszak (CEO y fundador de Wenance) reveló que no descarta cambiar el modelo fintech por el de banco digital para sumar nuevos servicios y captar depósitos.
Periodísta: ¿Cómo arrancó Wenance y dónde está ahora?
Alejandro Muszak: En 2014 armamos Wenance en base a modelos de Europa sobre crédito digital para mercado subprime que adaptamos al mercado local. Nuestro primer producto fuerte es Presto, que apunta a solucionar contingencias de corto plazo, de bajo monto. Para gente que tiene trabajo y recibo de sueldo, pero no está acostumbrada a operar con el banco. Y empezamos a crecer al 15% mensual compuesto durante cuatro años y medio. Ahora llegamos a una cartera activa de préstamos de $1.200 millones, que representan un 30% del total del crédito digital que se otorga en el país. Y estamos generando 10.000 créditos por mes. Somos primeros lejos, en un mercado donde también tallan jugadores importantes como Afluenta, Vivus y Moni. Si fuéramos un banco estaríamos en el pelotón de la mitad para arriba en cantidad de clientes y administración de activos.
P: ¿Ese mercado de contingencias no está saturado de oferta?
A.M.: En estos años vimos también otro tipo de gente con otra necesidad, no de emergencia sino que vincula el crédito con el deseo, con lo sustentable, con la reforma de casa, cambio de auto, y requiere montos más grandes. Es un cliente más estable. Y decidimos para ese segmento lanzar desde septiembre un nuevo producto que se llama Welp. Vamos a salir a competir al mercado del retailer. En el mapa fintech hoy el 90% de oferta de crédito se concentra en tickets de monto bajo y corto plazo. Creemos que ahora hay que presentar batalla en un segmento superior, para competir con un mundo financiero que todavía depende del retail, de locales físicos, de un papel, que hoy atienden empresas como Efectivo Sí, Cordial, Card Shop, Cencosud, tarjeta Carrefour, Musimundo, etc.
P: ¿El riesgo de incobrabilidad lo compensan con tasas más altas?
A.M.: Hay que saber medir los riesgos. Nuestro scoring de clientes es muy bueno. Pero tenemos una base tradicional y conservadora en cuanto a la originación de los créditos. En nuestra base de clientes todos tienen cuenta bancaria y empleo formal, por ahora es condición imprescindible para calificar. Pero lo innovador es que no te jugamos la vida por un Veraz o un Nosis. Depende mucho de cómo te comportes con nosotros. Es lo que llamamos scoring comportamental. Tiene más preponderancia lo que haces vos con nosotros que tus antecedentes. Si sos buen pagador te premiamos con mejores tasas, mayor monto o más plazo.
P: ¿Cuál es el plan de Wenance para mediano y largo plazo?
A.M.: Planeamos lanzar una tarjeta de crédito prepaga, enfocada al público que no tiene banco. Hay varios competidores que ya ofrecen algo así. Pero estamos preparado para ser los mejores. Se lanzará en el primer trimestre del año próximo. Estamos armando una alianza con Mastercard. Es un mercado interesante al cual se puede agregar valor. No vamos a estar donde no podamos agregar valor para la gente. Yo no agrego valor si le doy su quinta tarjeta de crédito a quien ya está bancarizado. Yo quiero ser la primera tarjeta del que realmente la necesita. Va a valorar el esfuerzo y nos lo va a retribuir con buen pago. Así se genera un círculo virtuoso de confianza. Además, buscamos incorporarle otros productos al cliente que llega a nosotros por un crédito. Sabemos que todos quieren más servicios, cambiar dólares, comprar una letra, transferir plata al hijo en vacaciones.
P: ¿Pero todo eso no los llevará a funcionar como un banco?
A.M.: Vamos camino a eso, a través de diferentes plataformas queremos dar servicios que si un día los ves unidos resultarían los de un banco. Ser un banco no lo descarto, es parte del camino. Tiene que ver con nuestra mirada de ser parte de la sociedad. Creo que el fintech tiene que estar adentro del sistema y no afuera. Cada empresa va a tener que darse cuenta dónde quiere estar. En Europa ya empezaron a regular mercado fintech. Si somos inteligentes tenemos que tener la mirada de autocontrol y pensar si el servicio que damos sirve o no a la gente. Esto naturalmente va a llevar hacia una banca digital. Nosotros empezamos ese camino y aún veo mucha informalidad en otros jugadores fintech.
P: ¿No cree que los bancos ofrecen una dosis de confianza que las fintech aún no tienen?
A.M.: En la crisis de 2001 los bancos más regulados del sistema dejaron a la gente a pie. Sin embargo la gente volvió a confiar. En España pasó igual tras la crisis de 2008. Pero el fenómeno fintech en Europa ahora mete cuña y dice somos más confiables que la banca tradicional. En Argentina se renovó más rápido la confianza en los bancos porque el argentino es bastante tradicional para las inversiones. Las opciones parecen ser el pozo de ladrillos, colchón o el banco. Y volvemos al banco, el mal necesario. Nosotros hoy somos complementarios del banco. Tenemos ejemplos muy buenos donde estamos dando servicios digitales a entidades regionales dando nosotros los créditos que ellos no pueden o no quieren atender. En Europa hay experiencias interesantes de bancos que son puramente digitales. En Inglaterra está Atom Bank y en Alemania está N° 26. Andan bien, pero no tienen 10 millones de clientes. Tienen entre 300.000 y 400.000. Pican en punta pero luego necesitan consolidación. La gente necesita confiar. No es lo mismo pedir un crédito que hacer un depósito.
P: ¿Es un problema el fondeo?
A.M.: La forma ms barata es captar depósitos. Por esto también sirve ser un banco. Hoy la mayoría de las fintech tiene su crecimiento atornillado por falta de fondeo. Nosotros estamos sólidos. Fuimos primeros en salir al mercado de capitales el año pasado con un fideicomiso financiero por 100 millones de pesos. Y ahora salimos a fin de julio con una segunda serie del doble, pasamos a $200 millones. En un contexto que es un desastre, con empresas conocidas que fueron a default, malas tasas, incertidumbre cambiaria. Pero mantenemos nuestro plan porque el primer mandato es crecer aunque no sea la opción más eficiente. Obviamente que el costo financiero te sube. Vamos a estar 20% puntos arriba sobre las tasas de referencia. El último fue el de Moni que colocó 80 millones al 46%. Nosotros habíamos colocado en diciembre al 25%. Por debajo de las Lebac que era de 28%. Pero bueno, la rueda tiene que seguir.
P: ¿Qué otras opciones de financiamiento manejan?
A.M.: Nos presentamos ante fondos de inversión de Estados Unidos dedicados a empresas como la nuestra, fintech que apuntan al mercado de crédito subprime. Y logramos una inversión de 10 millones de dólares y otra de 38 millones a un plazo de tres años. Ahora hay otro inversor que cada seis meses viene al país y pregunta cómo van los planes.
P: ¿Cómo es el plan de expansión geográfica?
A.M.: Estamos en Uruguay. Abrimos España en octubre. Y ya tenemos autorización de los bancos centrales de México y Perú para operar. Vamos a llevar Welp, que es una marca más regional. Y estamos en conversaciones con un banco brasileño para operar con ellos a partir del año que viene. Ahora estoy viajando a Europa del este y la India, mercado donde hay todo por hacer, sobre todo en India.
P: ¿Cómo impacta la transformación digital en las finanzas?
A.M.: El mundo va hacia bancos que se están volviendo digitales y fintech que se están volviendo bancos. En algún momento esos dos mundos se van a entrecruzar fuertemente. Y la banca tradicional, con sucursales y atención muy personalizada, quedará sólo para gente muy rica que exige el contacto presencial. El resto irá por lo digital. El problema para acelerar la transformación digital es que a la banca le va muy bien con el modelo tradicional. Para qué cambiar, si durante 70 o 100 años siempre hiciste lo mismo y te fue bien. También hay incentivos de parte del Estado. Herramientas como las Lebac y los bonos llevan a que el banco tome la decisión más lógica: tener un solo deudor que es el Estado antes que tener infinidad de pequeños clientes que generan problemas y requieren gestiones. Las altas tasas que paga hoy el Estado a un banco le rinden más que prestarle a un cliente. Esto termina matando la inclusión financiera