La IA va más allá de la capacidad humana para resolver problemas complejos, por lo que se espera un gran crecimiento de este mercado.
La implementación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) ofrece a las empresas el poder desarrollar proyectos que repercutan positivamente en el día a día de la sociedad.
Así, en el año 2021 se invirtieron cerca de 100.000 millones de dólares en IA a nivel mundial según el fondo de inversión Brain VC, lo que demuestra su gran potencial y crecimiento. Esta tecnología puede aplicarse a sectores como el industrial, retail, el sector sanitario o el sector medioambiental.
Entre las startups que se sirven de esta tecnología está EarthPulse, que busca democratizar la analítica de datos satelitales y facilitar su uso en industrias donde su aplicación marque la diferencia.
Mediante radares y cámaras visibles y térmicas de los satélites de observación de la tierra, estos recogen fotos que permiten medir múltiples parámetros que contribuyen a una gestión de riesgos más completa y flexible, adaptada al dinamismo de cada empresa.
Gracias a la Inteligencia Artificial, facilitan que esa información recogida sea accesible, fácil de entender y útil como herramienta estratégica en la gestión y toma de decisiones empresariales.
Por su parte, la herramienta de software Voicit permite generar resúmenes automáticos de las reuniones. Al convertir de voz a texto las intervenciones de los participantes, se procesa toda la información mediante Inteligencia Artificial para crear un resumen automático personalizado en base a las indicaciones del usuario. Así, crea resúmenes de cada reunión sin guardar la conversación y transcribiendo únicamente lo que se considera necesario.
Otra de las startups que apuestan por esta tecnología es KeyZell, una startup biotecnológica que ha desarrollado un innovador sistema de IA que pretende ser el futuro de la medicina de precisión en oncología, llamado KEYZELL OPS (Oncology [Ui1] Precision System). Actualmente sólo está disponible para cáncer de pulmón y mama pero promete ser una herramienta clave en la lucha contra el cáncer, ya que es capaz de recomendar a los profesionales médicos los tratamientos más adecuados teniendo en cuenta las características individuales de cada paciente y su tipo de cáncer.
La herramienta ayuda a los oncólogos a tomar decisiones más precisas permitiendo una medicina personalizada, logrando reducir la reincidencia, la sobremedicación, el tiempo de hospitalización, los costes de los tratamientos, y, sobre todo, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Por último, Barbara IoT apuesta por la Inteligencia Artificial distribuida para conectar diferentes sensores industriales sin depender de la nube. Su tecnología permite conectar de manera segura unos sensores que generan miles de datos por segundo, para poder hacer un mantenimiento predictivo en tiempo real ahorrando grandes costes de infraestructura. Además, facilita el intercambio seguro de datos mediante la encriptación y soberanía, de manera que las fábricas y los proveedores de servicio de mantenimiento pueden evitar cualquier riesgo de fuga de información u otros incidentes de ciberseguridad.
Estos ejemplos muestran cómo la IA va más allá de la capacidad humana para resolver problemas complejos. Por eso, la implementación de tecnologías como la Inteligencia Artificial augura un gran crecimiento y desarrollo de proyectos sólidos en un mercado cada vez más competitivo y que sin duda, traerán grandes avances de los que se beneficiará toda la sociedad.