Startups: estos son los inversionistas cada vez más relevantes del ecosistema peruano

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El financiamiento de capital de riesgo en startups da señales de recuperación en Perú. ¿Quiénes son los inversionistas que se consolidan en este momento en el ecosistema?

El ‘invierno’ está comenzando a ceder en el ecosistema de startups en Perú. Esa es la percepción general de los expertos, después de un magro 2022, en el que la inversión en capital riesgo en startups se contrajo de manera interanual un 30% (contra un 2021 excepcionalmente bueno); y un 2023, cuyo desempeño está en cálculo y análisis aún, según informó la Asociación de Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (Pecap) al cierre de este artículo. Según la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo & Capital Privado (LAVCA), el año pa- sado la inversión presemilla, semilla y temprana en startups cayó a US$ 35,4 millones de US$ 43,5 millones en 2022.

Aun así, en esta ‘media estación’ en el financiamiento, comienzan a adquirir un mayor protagonismo nuevos y no tan nuevos financiadores que hasta ahora participaban en el negocio desde la vereda de enfrente.

En un escenario de acceso a liquidez cada vez más retador, han comenzado a aparecer los denominados Micro VC (fondos de Venture Capital de tickets ‘pequeños’), que son una evolución de las redes de inversionistas ángeles, que abren sus propios fondos, según Carlos Rodrich, director del Centro de Innovación y Emprendimiento Hub UDEP. El ejecutivo explica que, a nivel local, se trata particularmente de tres casos: Ema Ventures, Qapu Ventures y Worthit, también mencionados por otros especialistas del ecosistema.

Tanto Qapu Ventures como Ema Ventures fueron fundados por la ingeniera Gabriela Vera en 2023 y 2024, respectivamente. El primero está enfocado en inversión semilla y presemilla y ha realizado 11 inversiones a la fecha, cuenta Vera. Ema Ventures, por su parte, busca empoderar equipos diversos en género, geografía, etnia y edad, entre otras variables, y en octubre cerrará la primera parte del levantamiento de un fondo de US$ 15 millones a cuatro años. “Mientras hacía deployment [despliegue, en español] y como ángel inversionista, me di cuenta de que era más propensa a trabajar con equipos diferentes, de backgrounds distintos”, dice Vera sobre esta segunda apuesta, que lanzó el mismo Día Internacional de la Mujer. Este año han financiado dos startups en etapa temprana y planean cerrar con hasta ocho. “Más de la mitad del fondo está enfocado a acompañar a los que tengan mejor performance en el portafolio”, acota.

Detrás de Worthit está Jaime Sotomayor, el ex director de Wayra, el Corporate VC de Telefónica. En su blog, Sotomayor detalla la propuesta: se trata de un fondo (Worthit Fund I) de US$ 500.000 a 10 años, que realizará cuatro llamadas cada dos y buscará desinvertir al octavo, para generar re- tornos. Buscan invertir en 15 startups de software como servicio de empresa a empresa (y ya lo han hecho en Foccuz).

Hay más. La red de inversionistas ángeles del PAD “está inspirándose” en una universidad española para crear su propio fondo. De esta manera, se invierte “sin buscar inversionistas”, repara Rodrich. También está en ese camino la aceleradora UTEC Ventures, donde prefieren mantener la reserva sobre el proceso.

Ligas alternativas

En el escenario, aparece un nuevo potencial financiador: la cooperación internacional, asegura Jenny Ruiz, directora ejecutiva de Pecap, quien resalta que justamente la asociación que lidera fue impulsada por la Cooperación Suiza.


“La cooperación se ha dado cuenta de que, a veces, esos recursos son un esfuerzo [puntual] y luego no se sostienen”, dice al respecto José García Hertz, CEO de Winnipeg Capital, quien desliza que hay acercamientos con la cooperación japonesa y coreana. Sin embargo, el ejecutivo repara que, para que la cooperación internacional asuma un rol activo como inversionista de capital de riesgo, debería crearse un mecanismo de retribución acorde a sus metas sobre cómo canalizar los retornos. “Hay que encontrar la forma en que se puedan integrar a un modelo más privado como el nuestro”, reflexiona.

Otro jugador que se perfila en la región y que el ecosistema peruano puede aprovechar es Scalex, el mercado de financiamiento bursátil para empresas de Nuam Exchange, el holding que integra las bolsas de Santiago, Lima y Colombia.

Creado en 2021, Scalex permite levantar capital a scaleups con 3 años de antigüedad y tasas de crecimiento sostenidas en ventas o staff, hasta por US$ 4 millones. Pueden ser chilenas y, desde octubre pasado, también extranjeras, de mercados reconocidos por el regulador local, la Comisión del Mercado Financiero (CMF). A la fecha, Scalex ha apalancado un total de 5 scaleups por US$ 13 millones y este año esperan realizar de 3 a 4 colocaciones más, anota Jaime Herrera, líder de Scalex, que también permite listar a empresas grandes (con ventas de hasta US$ 37 millones).

El ejecutivo destaca como ventaja del mercado que, al estar regulado y ser transparente y profesional, permite agilizar el levantamiento de capital y la venta de participaciones (sin esperar la llegada de inversionistas privados externos interesados), además de visibilizar la marca a nivel regional. ¿Qué tipo de inversionistas participan? Son personas naturales y jurídicas de Chile o el exterior, que deben ser reconocidos como inversionistas “calificados”, es decir que poseen activos por más de US$ 3,7 millones, inversiones por US$ 80 mil y transacciones bursátiles por US$ 40 mil. “Es un tema que está en desarrollo, pero está muy avanzado”, comenta.

Oportunidades y retos a la vista

Otro jugador financiador de startups prometedor son los VC Corporativos. Para Adolfo Vinatea, CEO de Krealo, el Corporate VC del Grupo Credicorp, las corporaciones están participando cada vez más en las inversiones de venture capital en la región andina. En Perú, no ve que el sector esté aún invirtiendo y tomando “acciones y posiciones activas” en startups al mismo ritmo que Colombia y Chile, según señala. Pero percibe potencial, sobre todo en medio de una coyuntura retadora de fundraising para el ecosistema, en la que observa que existe una competencia global por el capital, que actualmente persigue las mayores rentabilidades en Asia y Norteamérica; y en la que hay fondos que ya están invertidos y están a la espera de retornos para volver a realizar colocaciones. “[…] las corporaciones a veces son ajenas a los vaivenes del fundraising. […] pueden tener miradas mucho más de largo plazo; no tienen que hacer necesariamente exit de sus inversiones”, dice.

En ese sentido, el ejecutivo percibe un crecimiento del Corporate VC en Perú, donde empiezan a consolidarse algunos como Hermes, RPP y Jockey Plaza, además de Wayra.

La presencia de los family offices también podría tener un rol más protagónico en el VC peruano. “Las familias participan de dos maneras: en el nivel institucional, donde pueden hacer fon- dos de VC; pero también muchas personas han sido inversionistas ángeles. Eso es muy común en Chile y Colombia”, analiza Vinatea.

En general, las fuentes consultadas esperan que este año haya una reactivación de las colocaciones en VC respecto al 2023. Al respecto, Luis Narro, inversionista en Alaya Capital, sostiene que “hay mucho capital fresco que tiene que ser invertido en los próximos años”. “Estos fondos, si bien estaban operativos el año pasado, han estado bastante cuidadosos en no hacer tantas inversiones”, comenta. De hecho, la mayoría coincide en que los inversionistas son mucho más cautelosos a la hora de revisar los fundamentos del negocio y que ya no están detrás de “la” startup que se perfile como el próximo unicornio, sino de “camellos”, capaces de soportar tiempos de crisis, dice Rodrich. “Es un momento en el que el más resiliente gana”, resume Vera.

COFIDE: MÁS FONDOS PARA FONDOS EN 2024

El Banco de Desarrollo del Perú (Cofide) es un jugador relevante en el ecosistema emprendedor y expertos consultados esperan que siga desempeñando dicho rol promotor y consolidador. En efecto, a través del Fondo de Capital para Emprendimientos Innovadores (FCEI), ha financiado hasta ahora a tres fondos por un total de US$ 10 millones: Salkantay Ventures, con US$ 4 millones; Alaya Capital, con US$ 3 millones; y Alive Ventures, con US$ 3 millones. Con este capital, se han financiado 30 startups con presencia local y regional, que en 2023 generaron ingresos por US$ 158 millones: el 50% de dichas ventas fueron de startups peruanas o con operaciones en Perú. Dicho financiamiento permite a los fondos captar mayores sumas de otros bancos de desarrollo. “La inversión del FCEI fue realmente catalítica para Salkantay”, dice Lucía Montalvo, partner en Salkantay Ventures, quien cuenta que, tras el también conocido como “fondo de fondos”, consiguieron capital de otros bancos de desarrollo como el Dutch Good Growth Fund (de Holanda), Bancóldex (el Banco de Desarrollo de Colombia) y el laboratorio de innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab). Para fines de este año, el FCEI tiene como meta formalizar la inversión en dos fondos adicionales por un monto aproximado de US$ 5 millones”, anuncia Jorge Velarde, presidente del directorio de Cofide. Agrega que están a la par buscando el ingreso de nuevos inversionistas al fondo para incrementar los montos. Entre ellos está el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), que formalizaría su ingreso con US$ 5 millones para venture capital, anota Velarde.

Fuente: Forbes Perú

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