Fuente: www.eleconomista.es
La fuerte irrupción del bitcoin en los mercados ha puesto en alerta a los grandes bancos centrales del mundo. Los ‘señores del dinero’ advierten sobre los peligros de este activo digital a los inversores, un mensaje de precaución que también puede esconder el miedo de estos institutos monetarios a que el bitcoin pueda reemplazar al dinero de curso legal y reducir el poder de los bancos centrales. Sin esto ocurriese, dado que la oferta del bitcoin tiene techo, su precio tendría tendría que dispararse.
No obstante, por ahora son pocos los que creen que el bitcoin sea capaz de arrebatar al euro o al dólar su trono en la Eurozona o EEUU, pero el debate ya está abierto. Desde Commerzbank destacan que «es muy poco probable que el bitcoin gane terreno entre consumidores y empresas como medio de pago».
«Este escenario es poco probable por los efectos económicos de red y la postura hostil de gobiernos y bancos centrales. Al menos, en los países desarrollado será difícil lograr que la demanda de bitcoin sea estable, y sin duda continuará siendo una montaña rusa», destaca el banco alemán en una comentario sobre esta criptodivisa.
El precio del bitcoin se dispararía
Desde este banco calculan que con la oferta limitada de 21 millones de bitcoin (esa cantidad es lo máximo que se puede ‘minar’), el precio de esta divisa tendría que ascender a 257.000 dólares o 218.000 euros si todos los agentes de Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido (los países del G7) lo usasen para sus transacciones. El bitcoin se mueve en la jornada presente por encima de los 16.500 dólares por unidad.
Este cálculo se ha realizado sumando la cantidad de dinero emitido por los bancos centrales de estos países, dividido entre los 21 millones de bitcoins disponibles, suponiendo que algún día se llegasen a minar todos.
El dinero del banco central es el término técnico del Bundesbank utilizado para referirse al dinero que sólo puede ser creado por un banco central. El dinero del banco central comprende las monedas y los billetes que el banco central pone en circulación, así como los depósitos a la vista mantenidos por terceros en el banco central (reservas). Los depósitos a la vista que mantienen los bancos comerciales con el banco central son particularmente importantes en este contexto. Aunque se hable con frecuencia de que los bancos centrales proporcionan liquidez o reducen la liquidez a los bancos comerciales, en realidad esto se refiere a la provisión o disminución del dinero del banco central, destaca el Bundesbank o banco central de Alemania.
Aclarado este aspecto técnico, es muy poco probable que el bitcoin se imponga al dinero de curso legal. «La gente en los países desarrollados no cambiarían al dinero privado aunque la inflación subiese al 5 o 10%».
El efecto red o netword effect impide la expansión del bitcoin como medio de pago: «Si todo el mundo en la divisa oficial (por ejemplo euros), el primero que intenta pagar con una nueva opción encontrará poca aceptación a la hora de pagar».
El efecto red
«Este efecto red es el mayor desincentivo para que la gente cambie hacia el dinero privado aunque suba la inflación. Esto muestra por qué en los años 70, con la inflación en niveles muy elevados, la gente no comenzó a pagar con monedas de oro u otros tipos de pagos con dinero privado. Sólo ante una inflación galopante, como la vivienda en Alemania en los años 20 o la que vive hoy Venezuela, hacia que la gente cambie la divisa oficial por otras», destacan los expertos de Commerzbank.
Para que el bitcoin desplace al dinero oficial tiene que ser aceptado como medio de pago o medición del valor por los agentes económicos para sus intercambios y además cumple con la función de ser unidad de cuenta y depósito de valor. El dinero oficial es a día de hoy en los países desarrollados unidad de cuenta, lo que permite fijar los precios de los bienes y servicios, algo que el bitcoin no es.
También es sin duda un medio de pago, ya que es aceptado por todas las personas para pagar la compra y venta de los bienes y servicios. Y, por último, es depósito de valor, lo que quiere decir que conserva su valor en el tiempo, pues tiene la capacidad de comprar bienes y servicios en el futuro.
Bajo este contexto, las opciones son prácticamente nulas para que el bitcoin se imponga como medio de pago. Sin embargo, desde el banco germano creen que no sería una opción tan descabellada para los países que han perdido el control sobre los precios y que han depauperado su divisa.
«El dinero privado con un volumen limitado probablemente evitaría burbujas peligrosas en los mercados financieros e inmobiliario, al menos serían menos frecuentes que con el dinero oficial», explican los expertos del banco.