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Según el último reporte de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, al cierre de 2018 el número de tarjetas vigentes de débito llegó a 22,3 millones y las de crédito a 17,8 millones, lo que implica un crecimiento de los últimos cinco años de 35,1% y 171%, respectivamente. Esta realidad tiene directa relación con los avances tecnológicos que la industria financiera experimenta, inserta en una transformación en tres ítems que hoy en día la definen: regulación, tecnología y expectativas de los clientes.
“Si consideramos que las transacciones por tarjeta de crédito llegarán a 55% mundial en 2020 y los pagos móviles llegarán a 148 mil millones de euros en 2021, es claro que los pagos instantáneos serán una prioridad para la industria financiera local, debiendo incorporar en un corto plazo las tecnologías habilitantes para entregar la mejor experiencia a sus usuarios”, sostiene Patricio Vega, especialista en medios de pago de Wordline.
Si bien uno de los principales desafíos tiene que ver con la gran cantidad y variedad de wallets genéricas entregadas a los titulares de tarjetas, hay seis tendencias que todos los actores deberán tener en cuenta en los próximos años:
- Open APIs: para la búsqueda de la agilidad en la integración de sistemas como fintech, disponibilizar estas APIs es fundamental ya que permite en un lenguaje estándar distintos desarrollos que aportan tecnología y soluciones al sistema financiero.
- Wearable & Mobile technologies: los medios de pagos cada vez se están modernizando y buscando economías en su forma de operar, por eso ya existen distintas tecnologías que permiten realizar transacciones sin la necesidad del uso de un plástico, incluso puede ser un anillo, pulsera, etc.
- IoT: o el Internet de las cosas, se refiere a la interacción M2M (máquina a máquina), donde es posible integrar cualquier dispositivo conectado a otro, como por ejemplo realizar la compra del supermercado en un menú del refrigerador, estas y más opciones permitirán las nuevas tecnologías IoT.
- Biometría: para la minimización de los fraudes al sistema financiero y reducir la fricción en las transacciones electrónicas hoy se ha realizado un avance en la seguridad con sistemas de alta confiabilidad, como por ejemplo, lectura de huellas dactilares, faciales e iris.
- Inteligencia Artificial: esto permite una mayor robustez en el manejo y análisis del flujo transaccional en tiempo real. Si bien hoy en día el costo de la inteligencia artificial aún es muy alto, el uso en distintos segmentos irá reduciendo su complejidad por tanto tendría una tendencia a bajar su costo.
- BlockChain o cadena de bloques: es una base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compra venta o cualquier otra transacción. Utiliza claves criptográficas y presenta un modelo de seguridad transaccional que debe ser validados por las distintas máquinas (personas) conectadas a la cadena. Este modelo administra hoy la moneda Bitcoin.
Y al hablar de tendencias no se puede dejar de mencionar a LIBRA de Facebook, la red social que junto con otras grandes empresas como Uber, Lyft, Visa y Mastercard, lanzaron una criptomoneda que busca funcionar como moneda global.
“Tenemos la firme visión de que solo aquellos actores que logren adaptarse a las nuevas tecnologías y logren entender la triada clave de regulación, tecnología y expectativas de clientes podrán ajustarse a las nuevas necesidades del mercado y a las exigencias de los usuarios que entrarán al sistema financiero en los próximos años, que demandan servicios digitales mucho más robustos, transparentes e interoperables”, concluye el ejecutivo.