Nada volverá a ser lo mismo en las relaciones con su banco o caja de ahorros, después de la crisis de desconfianza que acecha, todavía, a todo el sector. Y quien más lo va a notar va a ser precisamente usted, como cliente de cualquier entidad financiera: puede salir reforzado de las turbulencias que acechan al mercado.
El actual modelo de negocio ya no sirve: después de lo que ha sucedido, el cliente buscará más confianza, productos más simples y cierta seguridad a la hora de operar con su entidad. La banca, por su parte, pondrá sobre la mesa más productos a plazo fijo, cercanía y su reputación.
No se extrañe si nota que, a partir de ahora, le llegan menos ofertas de préstamos, tanto personales como hipotecarios. «Por mucha liquidez que vuelva a haber en el mercado, hay operaciones financieras que nunca se van a volver a dar», señaló Héctor Florez, socio del departamento financiero de la consultora Deloitte, en su reciente intervención en las Jornadas para Profesionales de Borsadiner.
Préstamos más rígidos
Será difícil volver a ver la concesión de un préstamo hipotecario cuyo importe supere el 80% del valor de tasación de una vivienda. Y también será un «rara habis» una hipoteca cuya cuota mensual supere el 35% de los ingresos que obtenga una familia. Dos condiciones que, hasta hace pocos meses, los bancos flexibilizaban al máximo: han concedido créditos al 100% con endeudamientos cercanos al 50%.
Además, la oficina de toda la vida, el trato con los empleados y la cercanía son valores en auge. Volverá el modelo tradicional. «Quienes no tengan oficinas casi no van a poder competir», aseguran desde Deloitte. Las oficinas de Internet o refinanciadores de deuda lo tendrán algo más difícil.
Se puede llegar al «negocio de relación»: no se trata tanto de una afluencia masiva de clientes a las sucursales, sino de una mayor implicación del banco a través del teléfono o el correo electrónico.
Los expertos consideran que la banca aumentará el margen de intermediación (esto es, la diferencia entre los intereses a los que cobra los créditos y a los que ofrece los depósitos). Para ello, «se fomentarán muchos más productos de ahorro», según Florez, socio de Deloitte. Contará, por tanto, con un amplio abanico de depósitos, imposiciones y cuentas, que a usted le ofrecen rendimientos, y al banco, liquidez.
Más «guerra» de depósitos
Aunque en las últimas semanas, la «guerra de los depósitos» se ha recrudecido, los analistas consideran que esta «batalla» será aún mayor. «Si en los últimos años los bancos se han diferenciado unos de otros por hipotecas atractivas», opina Florez, «a partir de ahora lo harán con productos de ahorro». El cliente deberá saber diferenciar estas ofertas, analizar la rentabilidad final, leer la letra pequeña de los contratos y, sobre todo, tener en cuenta la retención fiscal que se les aplica a la hora de calcular el rendimiento que puede obtener.
La banca ha basado una buena parte de su crecimiento en ingresos variables, como las comisiones. La tendencia «lógica», según apuntan los expertos, sería la de reducir estas tarifas para no depender tanto de ellas, aunque aumenten otros precios, como los intereses de los préstamos. No será una reducción drástica, pero sí más adecuada a los servicios que ofrecen a los consumidores.