En el movido mundo de la innovación, estas instituciones son pilares esenciales para el florecimiento de empresas de base tecnológica a nivel mundial. Por eso, les preguntamos a distintos representantes del sector cómo estas iniciativas están dando forma al futuro empresarial en Chile y más allá, y cuáles son -para ellos- las más reconocidas. Estas fueron las elegidas.
En tiempos de innovación y emprendimiento, las aceleradoras se han transformado en un pilar fundamental para el desarrollo de startups en todo el mundo. No solo ofreciendo financiamiento inicial, sino también cumpliendo un rol clave al entregar orientación estratégica, redes de contacto y valiosos recursos que, de no existir, harían el camino más lento y difícil.
El impacto de estas instituciones va más allá de las fronteras nacionales, impulsando y catalizando el desarrollo de sectores en ocasiones no tan avanzados.
Hablamos con algunos de los principales representantes del sector para que eligieran cuáles eran las mejores alternativas locales para dar los primeros pasos. ¿Cuáles son las aceleradoras de mayor relevancia en el país y por qué?
Pero antes, revisemos algunos casos internacionales. Uno de los tantos ejemplos claros de la influencia de las aceleradoras es el de AirBnB. Originalmente respaldada por YCombinator en 2009, fue una muestra de cómo el apoyo de estas entidades puede propulsar estos proyectos hacía los buenos resultados. DropBox, Reddit, entre otras, son también productos derivados de programas de aceleración, por lo que los rubros que pueden cubrir son variados.
Fuera de Chile, algunas de las principales aceleradoras, como Techstars y 500Startups, han ganado renombre internacional por su capacidad para identificar y potenciar empresas prometedoras, ofreciendo más que simplemente financiamiento. Entregan acceso a una red global de mentores, inversores y recursos para así contribuir al crecimiento sostenible.
Si bien estas firmas internacionales desempeñan un rol importante, la relevancia de contar con opciones locales no debe dejarse de lado. De hecho, es común que haya proyectos que pasen por una aceleradora chilena, pero luego sigan sus pasos por alguna de estas impulsoras extranjeras.
Start-Up Chile es un ejemplo destacado en el territorio local, ya que atrae no solo a emprendedores nacionales, sino también a aquellos de países vecinos como Perú, Argentina o España, entre otros. La capacidad para impulsar la innovación y colaboración regional es patente. Pero también hay otras alternativas, como Platanus Ventures, Endeavor, ProChile, UDD Ventures o Aster.
La selección local
Chile es un player relevante; de eso no hay dudas. Destaca en el escenario global de startups y el éxito se atribuye al ecosistema conformado por las aceleradoras locales. Start-Up Chile, por ejemplo, ha contribuido no solo a la creación de nuevas empresas, sino también a la diversificación y sofisticación del sector.
Esta y otras firmas han consolidado su rol de impulsores clave para el crecimiento. La cabida de ciertos sectores específicos como las nuevas energías, tecnología limpia o biotecnología han ayudado a que además sean polos de exploración y de levantamiento de iniciativas que tengan potencial de exportación.
La lista de encuestados está conformada por: Xepelin, Buk, Palpa, SoyMomo, Políglota, Infocheck, Bifidice, Kapibara, BraveUp, AInwater, Binario Tech, Biome Resources, BH Compliance, BeeReaders, Beeflu, Videsk, MediSmart, Lank, Saluta, Stasher, EatNova, InFood Protein y Yaku. Otros consultados, como AlGramo o NotCo, no contestaron a este medio.
Cada uno de los requeridos respondió a cuáles son las tres entidades del mundo de las aceleradoras de negocios, incubadoras universitarias, asociaciones, etc., que consideran más importantes para el país.
Acá los elegidos:
Start-Up Chile: 16 votos
“Corfo ha jugado un rol fundamental desde el inicio del concepto de startup; específicamente con Startup Chile, que se inició hace más de una década y significó una innovación principalmente empujada por el gobierno. Creo que fue de las primeras, si no la primera que se dio en Latinoamérica con esa energía y fuerza”, destaca Nicolás de Camino, cofundador de Xepelin. El ejecutivo destaca que fue desde ahí que se comenzó a instalar el concepto en el país.
Una década después, cercano a 2019, dice, “pasó a ser algo que la mayoría de los chilenos entienden y que hoy día todos quieren, o gran parte de las generaciones más jóvenes quieren ser parte de ello. Quizá fue la chispita que ayudó a acelerar a que después entraran decenas de privados y otras organizaciones, los fondos, por supuesto las startups y los emprendedores: jugó un rol crucial, diría yo”, añade.
Hoy día, apunta, como las buenas iniciativas de Corfo, “donde no entran los capitales privados, empiezan a entrar primero estos capitales del gobierno, un poco subsidiando y dando inicio a la industria”.
“Entienden, no sé si a propósito o sin querer, muy bien lo que necesitamos los emprendedores, que es el capital, las conexiones y un espacio de trabajo: las startups no necesitan pseudo gurús o una tonelada de mentores que nunca han emprendido”, complementa Aníbal Madrid, fundador de SoyMomo. Al final del día, señala, un emprendedor tecnológico necesita tener suficiente dinero para “respirar un rato y poder crear un producto”.
Fuente: La Tercera