Hay muchas empresas tradicionales que, aunque aún siguen funcionando en el mercado offline, también han desarrollado el modelo digital. Y es que, con el auge de las redes sociales y el e-commerce se establecen nuevos puntos de contacto con los clientes, que implican para la compañía una mayor velocidad de respuesta, más agilidad en la gestión y una óptima facilidad en el uso de los canales digitales que propone para que los clientes estén satisfechos. En este sentido, aunque son muchas las industrias que están en esta situación, la banca y el retail son buenos ejemplos.
En este contexto surge el concepto de TI de dos velocidades (del inglés two-speed IT), que tiene que ver con la planificación estratégica que debe realizar el departamento de TI para que determinados proyectos puedan ser implementados más rápido que otros, y para que los sistemas nuevos se integren con los más antiguos, que suelen ser el corazón de la empresa.
Principales desafíos
El modelo de negocio digital permite la creación y comercialización de productos y servicios a un ritmo mucho más rápido comparado con el modelo offline. Por otra parte, también implica manejar la omnicanalidad sin fisuras. Por ejemplo, muchos compradores utilizan sus smartphones para reservar un producto, pero prefieren retirarlo en una tienda.
En tercer lugar, las empresas deben utilizar grandes volúmenes de datos y soluciones de análisis avanzados para comprender mejor el comportamiento del cliente. Por ejemplo, para entender sus hábitos de compra y, así, mejorar la experiencia del cliente. Por supuesto, todo esto con el objetivo de aumentar las ventas.
Adicionalmente, necesitan mejorar sus capacidades vinculadas con la automatización de las operaciones y la digitalización de los procesos de negocio. Esto es importante, ya que permite agilizar los tiempos de respuesta de cara al cliente ya sea antes, durante o después de la transacción. Otro dato muy importante: puertas adentro de la organización, posibilita la redefinición de procesos de negocio, lo que lleva a que se pueda elevar la productividad y reducir los costos, entre otros beneficios.
Ante estos desafíos, una arquitectura de TI de dos velocidades ayuda a las empresas a desarrollar las capacidades ya mencionadas, mientras que los sistemas implementados antes de este nuevo paradigma siguen funcionando a un ritmo más lento. En síntesis, two-speed IT tiene que ver con la creación de sistemas modernos que se adapten a las necesidades actuales del negocio sobre sistemas antiguos que representan los fundamentos del mismo. En definitiva, son muchas las empresas que necesitan una arquitectura de TI que pueda operar a diferentes velocidades.
A diferencia de las empresas que nacen como firmas digitales, las tradicionales cuentan con una infraestructura TI que no pueden tirar a la basura. Por eso, deben construir una arquitectura diseñada para la empresa digital en base a lo que ya tienen. Además, ya está claro que la transformación de una compañía hacia lo digital es un proceso continuo. Frente a este panorama, una opción válida son las metodologías ágiles ya que, básicamente, permiten que un producto vaya evolucionando al ritmo del contexto. En definitiva, estamos hablando de métodos basados en el desarrollo incremental. Bajo esta filosofía, los requerimientos y soluciones avanzan por medio de la colaboración de equipos multifuncionales.
Una de las metodologías ágiles que más se utiliza a la hora de hablar de two-speed IT es Lean, que se caracteriza por aportar valor al tiempo que elimina las cargas de trabajo. Al respecto, algunos principios de las tecnologías ágiles son: contar con equipos experimentados en lugar de simplemente individuos muy calificados, optar por dar respuesta inmediata ante un cambio, en vez de seguir un plan pre-pautado, trabajar con flexibilidad, pero bajo normas y buenas prácticas que deben ser cumplidas. Por otra parte, cuando se trabaja con Lean, se tiene en cuenta que los recursos son limitados y se intenta que cada desarrollo esté documentado al máximo, de manera simple y asequible.
Bajo este escenario también muchas organizaciones trabajan con microservicios. Se trata, en pocas palabras, de una aproximación de desarrollo para construir una aplicación como un conjunto de servicios pequeños. Dicho en otras palabras: la idea es trabajar bajo pequeños módulos de funcionalidad de tal suerte que sea más fácil adaptarse de acuerdo a cómo vayan soplando los vientos.
En definitiva, se trata de aprovechar la tecnología ya instalada y sumarle nuevas soluciones de una manera estratégica en base al modelo de negocio digital de la organización para que ambas funcionen de manera integrada.