Fuente: El Diario
Chilenos se volcaron al uso del dinero en efectivo en medio del escenario de crisis. Comportamiento tradicional de las personas se reforzó a la luz de la situación más restrictiva.
Si antes de la crisis el 83% de la población usaba efectivo, entre enero y junio de este año -en medio de la menor actividad y alza en el desempleo- dicha cifra aumentó a 90%.
La crisis internacional golpeó el nivel de gasto en todas partes del mundo. Y Chile no quedó al margen: el consumo de las personas creció apenas 0,8% en el último trimestre del año pasado (con una caída notoria de 10,1% en la adquisición de bienes durables) y acusó bajas en el primer semestre de 2009.
La contraparte de este menor gasto fue el modo en que se hizo. Atrás pareció quedar el crédito y, fiel a la tradición, los chilenos reforzaron el uso del dinero en efectivo, tal como lo revela la encuesta “PayTrends”, realizada por Gemines Management durante agosto entre 600 hogares de Santiago.
El reinado del dinero en efectivo
Si antes de la crisis el 83% de la población usaba efectivo, entre enero y junio de este año -en medio de la menor actividad y alza en el desempleo- dicha cifra aumentó a 90%, consolidando la primacía histórica de este medio de pago en el país.
Como contraparte, la utilización del resto de las formas de pago retrocedió comparado con lo registrado en los tres semestres móviles previos.
Las mayores bajas relativas se constataron en el uso de las tarjetas de supermercados y grandes tiendas, o sea, en el ámbito de las tarjetas no bancarias. Un 18% y 45% de las personas dijeron recurrir a ellas, respectivamente, lo que implicó un retroceso anual de unos seis puntos.
Las bancarias, a su vez, anotaron una disminución y el porcentaje de personas que las ocupan pasó de 20% a 17% en el lapso de referencia.
Todo un cuadro que involucra montos altos. Los hogares chilenos destinaron unos US$ 96 mil millones a satisfacer sus diferentes necesidades en 2008, lo que implicó realizar sobre 550 millones de operaciones con medios de pago diferentes al efectivo.
Con este último se cancela la mayor cantidad de transacciones, pero éstas -a su vez- son las de menor cuantía (15% del total). En el otro extremo, el cheque -cuyo peso relativo sigue disminuyendo- queda reservado para los pagos de altos montos (67% del total).
¿Cómo prefieren pagar los chilenos?
A la hora de preguntar por las preferencias, la utilización de efectivo también lidera, según la encuesta. El 69% de las personas afirma que es su medio de pago “preferido”, mientras que antes de la agudización de la crisis era el 60%.
La razón de esta alza, explican en Gemines, puede responder a “la percepción de que a través de su uso se evita el cobro de comisiones y eventuales deudas que se asocian al uso de los otros medios de pago”.
Una característica relevante del efectivo es que su utilización es transversal al segmento socioeconómico (GSE) y su uso preferente aumenta inversamente proporcional al nivel de ingreso (61% de preferencia en el ABC1 versus 96% en el D).
Redcompra aparece como el segundo medio de pago de utilización preferida, pero disminuyendo hasta desaparecer en las preferencias del grupo socio económico D, lo que obedece -señala Gemines- a la baja penetración relativa de cuentas vista en este segmento (9%), “requisito básico para generar cambios de hábito hacia medios de pago diferentes al efectivo”.
Las respuestas más frecuentes sobre el no uso de las tarjetas de crédito (43%) son “no me gusta endeudarme” y el “monto de compra es bajo” (35%).
Cuentas corrientes y cuentas vista reflejan hábitos asociados al perfil y grupo socioeconómico dominantes en los mismos: en pagos por Internet, un 48% del primer grupo declara hacer pagos por este medio versus un 18% de los usuarios de las cuentas vista.
Las tarjetas de casas comerciales, por su parte, aparecen como de uso preferente entre los GSE C3 y D.
¿Qué pasa por grupo socioeconómico?
En el caso de las tarjetas bancarias, el 37% del ABC1 las emplea, mientras en el grupo D sólo el 1%.
Con Redcompra la relación es 36% de uso en el segmento más alto y 2% en el más bajo de la muestra. Lo mismo ocurre con el cheque, que es utilizado por el 20% del ABC1 y no tiene uso en el segmento D.
¿Qué compra y con qué paga?
Cuando se analizan los rubros y tipos de establecimiento donde se utilizan los distintos medios de pago, aparece nuevamente el dinero en efectivo como el de uso más frecuente y transversal en todos los rubros, especialmente en aquellos de mayor habitualidad y menor valor promedio de transacción.
Al considerar los otros medios de pago, el cheque mantiene su uso en compras y pagos de valores medios y altos, y mantiene un grupo de usuarios fieles, especialmente en personas de edades medias y mayores y a niveles de personas naturales con giro.
“Electrodomésticos y muebles” junto con “Alimentos y vestuario y calzado” son los rubros que presentan un mayor uso de tarjetas de crédito, en tanto que para las tarjetas de débito las compras en supermercados, grandes tiendas, vestuario y calzado, farmacias y combustibles explican sus principales usos.
Otro elemento que caracteriza el débito, que presenta un crecimiento sostenido desde comienzos de la década tanto a nivel de números de operaciones como de montos (23% y 18%, respectivamente), es su mayor uso relativo entre los jóvenes.
¿Cómo ven los chilenos las tarjetas?
Desde la perspectiva de la calidad de servicio de las tarjetas de crédito, se detectan aspectos en los cuales los emisores cuentan con espacios para mejorar. Si se considera como excelente una evaluación sobre 6 y deficiente un 4 o menos, las notas obtenidas por la mayoría de los emisores bancarios y no bancarios en los aspectos medidos para el factor “Funcionamiento”, son las más altas y oscilan alrededor de 6.
En los aspectos relacionados con “Información, canales de atención y empatía” las evaluaciones están alrededor del 5 para los dos primeros y de 4,5 para el último, el cual contiene aspectos cuyas evaluaciones llegan incluso a la nota 3, reflejando la insatisfacción global de los usuarios -explican en Gemines- con estos aspectos del servicio ofrecido por todos los emisores de las tarjetas, a pesar de que existen unos mejor evaluados que otros. Entre todos los emisores se observa, en un extremo, una calificación de recomendación de 6 y 7 en el 53% de sus clientes; mientras que en el otro, se observa un emisor que obtiene sólo un 8% para este indicador.
Al parecer, dicen en Gemines, estos resultados podrían reflejar -en algún grado- la existencia de factores del actual modelo de servicio que no estimulan y, en ciertos casos, inhiben el uso de las tarjetas de crédito y su preferencia por sobre otros medios de pago, como el efectivo.
En Chile, las tarjetas de crédito (incluido titulares y adicionales) se acercaron a los cinco millones al cierre de 2008, mientras que las de débito superaron los ocho millones. Las de casas comerciales vigentes llegaron a 20 millones y las con operaciones a seis millones.