MyBambu, la fintech tras la inclusión financiera de los inmigrantes vulnerables en Estados Unidos

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MyBambu es líder en la inclusión financiera de los no bancarizados, gracias a sus productos, solo con el ID y sin verificar el estatus migratorio. Ya suman más de medio millón de cuentas abiertas, hacen transacciones a 18 países de latam en 35 minutos desde 85 centavos, y proyectan mover 147 millones de dólares al mes.

El camino que llevó a Val Infante a emprender para democratizar los servicios financieros a comunidades vulnerables inició desde que tenía 10 años. A esa edad llegó como inmigrante con su mamá y hermano a Estados Unidos, desde ese momento empezó a identificar que algo no estaba del todo bien. Hoy, como Chief Operations and Marketing Officer, les cambia la vida a miles de inmigrantes allí.

Val recuerda que con su familia pasaron ‘todo lo que un típico inmígrate vive’, trabajos precarizados, ingresos que apenas les daban para cubrir sus gastos. Seis años después, cuando parecía que la situación mejoraba la vida volvió a cambiarles y se mudaron de nuevo a Colombia.

“Nosotros teníamos una vida acá, pero éramos menores de edad y debíamos irnos con nuestra mamá a Bogotá. Lo intenté un año, pero no me acoplé y me devolví a Estados Unidos. Aceptaba todos los trabajos que me ofrecían porque estaba solo. Entré a estudiar al College, pero sentía que me faltaba algo. Tres años después decidí irme donde mi papá a las Islas Canarias, en España, a trabajar con él en el sector inmobiliario, el negocio no prosperaba y terminé como barman, allí conocí muchas personas, y gracias a mi inglés ‘americanizado’ conecté con un inversionista con el que trabajé tres años, aprendí mucho, y a los 24 años sentí que era momento de regresar a EE. UU para aplicarlo”.

Al llegar empezó a trabajar en el sistema bancario ayudando a crecer financieramente a otros, pero sentía que su lugar estaba donde pudiera ayudar a muchos. Así se mudó a Memphis, donde le surgió la oportunidad de trabajar para el St. Jude Children’s Research Hospital recaudando fondos con los centros de llamadas. En menos de tres años se volvió tan bueno en el apoyo a los equipos de marketing que recaudaban más de 800 millones de dólares al año.

Val recuerda que era más que gratificante ver como su trabajo ayudaba a familias de inmigrantes que llegaban buscando ayuda para el tratamiento de cáncer y otras enfermades para sus niños. En ese momento se vio reflejado en ellos, en familias que buscaban una mejor calidad de vida, pero que muchas veces no era sencillo, y sintió la responsabilidad de ayudar.

“En Memphis me fueron conociendo innovadores como Douglas Quay, quien me trajo a innovar y a crear MyBambu, él me dice que le gusta mucho mi labor en St. Jude, y que quiere que me sume a su idea de sacar una tarjeta de débito para familias de bajos ingresos. Yo me puse a pensar en lo que había vivido y dije, mejor creemos un ecosistema que cubra las verdaderas necesidades de los inmigrantes que no llegan al país con visa de inversionista, sino como pueden. No solo una tarjeta débito, hagamos remesas, recargas de teléfono prepago, incluso yo todavía le envío dinero a mis papás, y también le recargo a mi abuelita”.

Siete años construyendo un sueño

MyBambu inició hace siete años en Memphis, Tennessee, y luego Val regresó a Florida, a West Palm Beach, donde uno de los primeros retos fue recaudar fondos ya que los inversionistas potenciales no le veían valor a la idea, ya que el poder de gasto de los inmigrantes no se veía con un potencial, aunque hoy son una de las poblaciones líderes en consumo en Estados Unidos.

Otro gran reto es que MyBambu es una fintech y necesita un banco sponsor para sus operaciones, allí la mayoría le solicitaba que los clientes cumplieran requisitos que muchos migrantes no regularizados no tienen, como un número ITIN o de Social Security. Después de dos años lograron el respaldo de un banco y lanzaron la campaña a inicios de 2021.

Allí surgió un nuevo reto, que los celulares que usaban sus clientes no soportaban la App, y la prueba del concepto era muy positiva, pero apenas se abría del 5 al 8 % de las cuentas de los que se interesaban, en buena medida por sus dispositivos. Eso los llevó a repensarse la aplicación. Fue un momento complejo, sintieron que era hora de rendirse, para mantenerse redujeron los empleados de 20 a 6, los ejecutivos no se pagaron por meses, vivían de sus tarjetas de crédito.

La junta estaba a punto de cerrar Bambu, pero a Val le parecía ilógico hacerlo con la tecnología ya desarrollada. Pidió un mes para recaudar capital, pero no conocía a nadie que tuviera esa cantidad para volver a empezar el proyecto. Una de las personas de la junta entendió su pasión y lo programó para conocer a algunos de sus amigos, pero todo dependía de Val, de Doug, y de Pedro Infante, el Jefe de Cumplimiento.

“En mes y medio recaudamos cinco millones de dólares y MyBambu resurgió. O eso creíamos, el banco sponsor nos dice que no podemos hacer marketing ni aprobar nuevos productos. Duramos 12 meses de incógnitos porque debíamos adquirir clientes o se acababa el funding. Finalmente conseguimos un nuevo banco, tardamos ocho meses en estructurarnos y en febrero de 2024 empezamos en forma. Ahora abrimos miles de cuentas al mes, y procesamos más de un millón de transiciones en el mismo periodo”.

Algo más importante que el dinero

Para Val lo más importante es ver cómo se han ganado la confianza del mercado hispano, que en realidad le están ayudando, que independiente de su estatus migratorio tienen derecho a acceder a las oportunidades que Estados Unidos ofrece, que su trabajo duro también contribuye a la economía del país, que merecen que los acompañen y recibir educación financiera. Para el emprendedor tener una vida crediticia en EE. UU. lo es todo, y por eso también trabajan en alianzas con entidades financieras que les permitirá ofrecer préstamos con tasas mensuales mínimas, sin cargos de mantenimiento abusivos o fantasma, sin tener que gastar un mínimo de dinero, esto para ser coherentes con su misión de ayudar a las personas.

Val Infante,Chief Operations and Marketing Officer

“Sabemos ese ‘dolor’ que resuelven las remesas, vemos como nuestra competencia cobra 9 dólares por una transacción, o el 5 % por la conversión de tasa, y muchas personas no tienen más opciones, les toca, lo que significa menos dinero para sus familias. Actualmente una persona puede enviar dinero por MyBambu a una cuenta de banco en Colombia desde 0.85 centavos, o para retirarlo en efectivo, y el dinero llega en 35 minutos. Es decir, nuestras tarifas de flat fee están un 300 % abajo del mercado. Al final ganan las familias y nosotros”.

Las entidades los miraban con suspicacia, como si buscaran lavar dinero porque no entendían eso de enviar montos ‘pequeños’ a sus países de origen cada semana. Pero para ciertas familias en Colombia, Nicaragua, Honduras, México, recibir 300 o 50 dólares es fundamental para sobrevivir.

Tal es su compromiso con las personas que se han organizado con iglesias y organizaciones que ayudan a migrantes recién llegados. También le han apostado por la educación financiera de las personas, muchas nunca han estado bancarizadas, no conocen cómo usar una App o una tarjeta débito, están por lanzar un programa de embajadores para que hagan workshops para educar a otros. Y que sientan confianza de que no los ‘delatarán’ con las entidades migratorias.

Val dice que su equipo ha hecho un gran trabajo con las iniciativas de enseñanza como los blogs, y que ya ha dado resultado, antes el 10 % de los depósitos eran digitales, y hoy esa cifra llega al 50 %, lo que demuestra que su público se ha ido acoplando al sistema financiero digital.

Pero MyBambu va más allá. Desde la App se puede comprar el seguro para el carro o el celular, se pueden enviar regalos como comida, farmacia, juguetes y útiles escolares a Cuba, hacer retiros en efectivo sin costo en la red de cajeros automáticos AllPoint, agregar dinero a la cuenta en más de 120,000 puntos como Walgreens, CVS, 7-Eleven, Family Dollar, y pronto podrán recibir el salario dos días hábiles antes en forma de adelanto.

De cara al futuro

En el mediano y largo plazo, MyBambu le apostará a un modelo de tarjeta para migrantes sin ITIN ni Social Security que les ayude a construir un perfil crediticio, para que cuando se regularicen tengan un historial demostrable para dar un score de crédito, lo que habilitaría que les den, por ejemplo, préstamos para vehículos, electrodomésticos, etc. También tendrán opciones para hacer sobregiros de cuenta basados en el historial de la cuenta en MyBambu, ya que reconocen que en ocasiones para un migrante 50 dólares puede ayudarles a llegar a final de semana.

Para seguir con la educación, están desarrollando una Inteligencia Artificial que sea un asistente que les ayude a controlar sus gastos, entender sus finanzas y empoderarlos en cómo usar el dinero. Pronto van a ofrecer hasta 10 % de cashback para incentivar las compras.

“Vamos a liderar el espacio en préstamos en los Estados Unidos para personas sin número de seguridad social ni ITIN. Queremos mejorarle la calidad de vida a los migrantes. En estados Unidos te limita no tener una tarjeta, desde poder movilizarte a las compras del día a hacer un plan a futuro. A final del próximo año buscamos tener más de un millón de clientes en Estados Unidos y expandir nuestros servicios a Latinoamérica. Queremos facilitar la inclusión financiera proporcionando alternativas seguras, sin fronteras, y todo en una sola App”, finaliza Val Infante, Chief Operations and Marketing Officer de MyBambu.

Fuente: Forbes Colombia

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