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La transformación digital de las empresas ha dejado de ser una alternativa. “Ésta se ha convertido en una condición para seguir operando de manera competitiva”, aseguró Lina Angelov, directora del área Global Strategy Group de KPMG en México.
De acuerdo con la especialista, la compra mediante medios digitales en México ha crecido 33% en los últimos seis años y a finales del año pasado ésta alcanzó un valor cercano a los 7 mil millones de dólares, rubro que se estima crecerá dos veces su valor hacia finales de 2022. “Estos números demuestran que apenas hay tiempo para concretar la transformación digital de los modelos de negocios de las compañías”.
Destacó en entrevista con Excélsior que la mayoría de las organizaciones comienzan este proceso a través de proyectos individuales, que generalmente están desconectados de la estrategia de negocio, por lo que muchas veces no suelen lograr los objetivos planteados durante el inicio de los mismos. “Aunque, en algunos casos, también pueden funcionar para dar los primeros pasos, se encuentra lejos de lo que podría considerarse una estrategia de transformación digital”.
Explicó que este proceso debe tomar en cuenta que los clientes buscan productos y servicios personalizados, “por lo que la oferta que hacen las empresas debe evolucionar para satisfacer esta exigencia de forma inmediata; además, hay que asegurar experiencias únicas y excepcionales a lo largo de las múltiples interacciones que se tienen con ellos”.
Detalló que actualmente 89% de las organizaciones esperan competir con un modelo de negocio centrado en el cliente, sin embargo, tan solo 11% tiene un plan estratégico para lograrlo, a pesar de que las estrategias en este rubro se han vuelto un imperativo en la mayoría de las industrias.
HOJA DE RUTA
La experta destacó que para lograr una verdadera transformación digital se requiere entender qué es lo que significa esto para cada organización, debido a que ciertas tecnologías de la información no necesariamente causan el mismo impacto en todas las industrias.
Esto ayudará a entender qué es lo que necesitamos y diseñar un traje a la medida”. Explicó que luego se requiere entender lo que necesita el cliente y ofrecerle mayor valor agregado. “Este punto también permitirá trazar el plan de transformación”. En su opinión, es necesario que las empresas sean flexibles, además de que no tengan temor a los riesgos.
“Adaptar los modelos de negocio no es sencillo, sobre todo en las empresas tradicionales, pero vale la pena porque en un lapso de 3 o 5 años podrían quedarse sin la posibilidad de seguir compitiendo”. Apuntó que la inversión de este tipo de transformaciones podría ser un freno para las empresas, sobre todo las de pequeño y mediano tamaño, pero el retorno es casi inmediato.
Estamos en un contexto en el que las empresas se ven cada vez más presionadas para competir digitalmente y el mercado y los modelos de negocio establecidos desde hace mucho tiempo se ven afectados por las nuevas empresas que nacieron ya como entidades digitales, por lo que los resultados son de corto plazo”. Destacó que hay poco tiempo y las condiciones del mercado cambian cada minuto.
“Si las organizaciones no se adaptan a un modelo de negocio que esté en sincronía con el futuro digital siguiendo estas acciones, entre otras, podrían quedar rezagadas o incluso ver comprometida su permanencia en el mercado”.