Fuente: iProUp
El comercio electrónico y los pagos digitales son la punta de lanza de la transformación de las finanzas que está irrumpiendo con fuerza en Latinoamérica.
De hecho, el ecommerce pasó de ser un mercado de 126 millones de personas en 2016 a 156 millones de personas en 2019, lapso en el que las la facturación creció de u$s40.000 millones a u$s80.000 millones.
Según Kiki del Valle, vicepresidente senior de Alianzas Digitales en América Latina y el Caribe (LAC) en Mastercard, el 20% del volumen de compras es digital y las transacciones en línea están creciendo 2,5 veces más que los pagos en la tienda.
Por ello, para este año esperan que este año 3.300 millones de personas compren online en el todo el mundo. Además, el 64% de los usuarios latinoamericanos prefieren a la banca digital sobre los públicos porque desean que todo sea online e instantáneo.
«Los consumidores de ALC (América Latina y Caribe) son móviles y buscan una experiencia fluida y sin fricciones al pagar sus compras. Siempre buscarán conveniencia. Y no importa si esta conveniencia proviene de pagar a través de su teléfono móvil o su reloj. Si se van de casa para correr, es posible que no quieran traer sus teléfonos consigo», aseguró a AméricaEconomía.
De acuerdo con la ejecutiva, cuando aparecieron las fintech muchos «temían que interrumpirían el modelo comercial tradicional de servicios financieros», pero ahora están naciendo «nuevos modelos de negocios y la transformación de los tradicionales».
«En el caso de los pagos, si bien pueden estar construyendo plataformas innovadoras que brindan experiencias sin fricciones, la realidad es que muchas de estas plataformas dependen de la infraestructura existente para procesar los pagos. Hoy en día, hay muchos ejemplos en los que las empresas de tecnología financiera y los bancos tradicionales / compañías de servicios financieros están colaborando y construyendo asociaciones que benefician a ambas partes», completó.
Del Valle aseguró que para Mastercard estas nuevas financieras digitales son cruciales en su estrategia porque «ofrecen nuevas propuestas de valor innovadoras, permiten la personalización individual, la relevancia y ofrecen una experiencia de usuario sobresaliente».
También señaló que «alrededor del 80% de la población latinoamericana todavía usa efectivo y carece de los instrumentos para participar en la economía de pagos electrónicos», por lo que «es natural que la mayoría de las fintech concentren su atención en esta oportunidad».
La directiva citó un estudio reciente de AMI (Americas Market Intelligence) que indica que «en mercados latinoamericanos como Brasil, los canales de banca digital representan más del 50% de todas las transacciones bancarias, lo que demuestra la adopción entusiasta de la banca en línea y móvil por parte de los consumidores en general».
Por último, Del Valle afirmó que según un estudio que Mastercard encargó a AMI (America Market Intelligence) se detectaron las siguientes tendencias en la industria financiera:
1) Expandiéndose más allá de la banca: los consumidores están interactuando directamente con las marcas más que nunca. Por lo tanto, los bancos están pasando de los servicios financieros al comercio, el transporte y las redes sociales.
2) Aprovechando la IA para crear una experiencia digital más humanizada: los bancos comenzaron a replicar el servicio personalizado digitalmente, utilizando herramientas como chatbots y asistentes virtuales para abrir cuentas, administrar aplicaciones de tarjetas de crédito y anticipar las necesidades de los consumidores.
3) Pasando de omnicanal a unicanal: los consumidores quieren simplicidad y tienen una tolerancia cada vez menor por la necesidad de cambiar entre canales para la banca diaria. Las aplicaciones bancarias potentes y todo en uno son la tendencia.
4) Nuevas estrategias de monetización: las tarifas como fuente de ingresos se están agotando y los bancos deben compensar la diferencia en otros lugares. El flujo de ingresos más importante será la monetización de los datos del cliente.
5) Fomento de la confianza del consumidor: en todo el mundo, la confianza es lo más importante para los consumidores mayores de 35 años, y para los consumidores más jóvenes esto es evidente. La confianza y la seguridad continuarán siendo la base sobre la que descansa la industria bancaria y lo que los nuevos jugadores necesitan construir.