Fuente: La Tercera
En los últimos años Chile ha vivido un fenómeno migratorio nunca antes visto en la historia. Si en 2006 la población extranjera llegaba a más de 154 mil personas, lo que equivalía al 1% del total, al cierre de 2018 la población extranjera totalizó más de 1,25 millón de personas, es decir, un 6,6% del total de habitantes del país.
Gran parte de este schock migratario está impulsado por la masiva llegada de venezolanos, ya que actualmente hay cerca de 400 mil personas de esa nacionalidad residiendo en el país, lo que corresponde al 30% del total de migrantes, al tiempo que Chile es el tercer país de la región con la mayor cantidad de venezolanos.
En ese contexto, un grupo de emprendedores detectó que los migrantes recién llegados venían con diversas necesidades de financiamiento, por lo que decidieron crear una entidad financiera enfocada 100% en la población extranjera. Tras analizar la idea por más de un año, hace poco más de 10 meses comenzaron a operar Migrante Sociedad Financiera, la cual tiene en el centro de su funcionamiento el componente tecnológico y la inclusión financiera.
Sus actuales socios son Salvador Porta, empresario venezolano, Diego Fleischmann, exsocio de AVLA, Sebastián Ayub, CEO de BST Corp, Ignacio Canals, exsocio de Lemontech, Felipe Novoa, con experiencia en banca de inversión, y Benjamín Izikson, exgerente de finanzas de AVLA.
‘Hoy día el enfoque está en atender a venezolanos con niveles de estudios técnico profesionales, ya que es nuestra primera entrada a este negocio y aprovechamos el conocimiento que tiene nuestro socio venezolano Salvador Porta sobre esta comunidad’, explica Benjamín Izikson, gerente general de Migrante.
En ese sentido, Diego Fleischmann, director ejecutivo de la FinTech, indica que entre sus productos destacan tres créditos que ofrecen a sus clientes. Uno de ellos es un préstamo para garantía de arriendo, que se ha cursado a cerca de 1.000 familias.
La otra área son los créditos de consumo, los que destinan al equipamiento de hogares, a realizar mudanzas y revalidar títulos profesionales, con el fin de que se puedan integrar con una mejor calidad de vida, remarca Fleischmann.
Y hace poco comenzaron a ofrecer créditos automotrices y de motos para ayudar a los venezolanos a conseguir una segunda fuente de trabajo, como el servicio de transporte compartido y el reparto a domicilio.
De este modo, ya han cursado alrededor de 2.000 operaciones que han implicado unos $1.700 millones de financiamiento.
La tasa y el fondeo
La mayor parte de los clientes han llegado a través de las alianzas comerciales que tienen con instituciones que apuntan a un público objetivo similar, explica Ignacio Canals. Por ejemplo, todos los edificios destinados a la renta residencial, mercado conocido como multifamily, están atendiendo grandes volúmenes de venezolanos, por lo que cuando necesitan dinero para la garantía los derivan a Migrante.
Una segunda vía a través de la que captan clientes es mediante los canales digitales, donde las redes sociales les permiten llegar de manera directa y segmentada al público que buscan. A ello se suma el boca a boca que se genera entre los migrantes.
Para poder acceder a sus productos, en Migrante establecen como requisitos tener un aval, que en general es otro venezolano, que sea técnico profesional y que tenga un trabajo estable.
Junto con ello, Sebastián Ayub enfatiza que ‘un migrante no se comporta igual que un residente en ninguna parte del mundo, lo que requiere una especialización relevante. Segundo, hemos tenido que entender la cultura venezolana para poder realmente dar una solución a lo que ellos necesitan’.
A partir de ello han ido invirtiendo en equipos de riesgos especializados y en algoritmos para ir definiendo los modelos de riesgos de sus clientes, lo cual aún está en proceso, dado que no existe un punto de referencia. Por ello, remarcan que están una etapa de capital de riesgo, de invertir en ese riesgo sin saber todas las consecuencias que podrían tener.
Con todo, Izikson destaca que ‘en términos del costo financiero para el cliente, estamos en torno a 25-35% más barato que su acceso al financiamiento actual, que es el retail financiero’. Así, cobran una tasa de interés mensual promedio cercana al 2%, donde destacan que ellos no realizan cobros adicionales, como sí, aseguran, realiza el retail financiero a través del cobro de un costo de administración, de comisiones, seguros, etc. En esa línea, afirman que la Carga Anual Equivalente (CAE) de Migrante fluctúa entre 24% y 30%.
Sobre cómo se fondea la firma, Ayub detalla que lo hacen ‘con capital propio de los socios porque creemos que los niveles de riesgo cuando no son determinados implica que hay que invertir fuertemente en capital más que en capital más deuda, así que ha sido un esfuerzo muy importante desde el punto de vista societario’.
Por ahora no han recurrido a deuda ni al ingreso de nuevos socios a la propiedad.
Lo que viene
Los socios de Migrante anticipan que, si bien partieron enfocados en los venezolanos, la idea es ir atendiendo a toda la gama de extranjeros que hay en Chile, al tiempo que irán diversificando su oferta de productos conforme a las necesidades que vayan expresando los clientes.
También aspiran a seguir creciendo, pues proyectan llegar a las 4.000 operaciones a fin de año y entre 10.000 y 15.000 en 2019, mientras que en términos de montos estiman que cerrarán 2019 con $4.000 millones financiados y 2020 en unos $15.000 millones.
‘Cuando tengamos probados y bien definidos los niveles de riesgos y vayamos creciendo, probablemente, buscaremos financiamiento más allá del capital propio’, revela Fleischmann, y agrega que posiblemente en el mediano plazo podría incorporase algún socio, pero por ahora no lo ven necesario.
Junto con ello, Izikson enfatiza que a mediano plazo apuntan a ser ‘un banco para los migrantes’, lo que se daría a través de dos dimensiones. Una de ellas es tener una oferta integral de productos financieros, que debería ser apoyada por los cambios regulatorios que vienen en materia FinTech.
Y la otra es tener presencia regional, ya que la migración es un fenómeno mundial. En ese escenario, los socios aseguran que en América Latina no han encontrado alguna firma como Migrante, por lo que están dando el primer paso en Chile para más adelante llevar este modelo a países como Perú, Colombia, México e incluso España.