Fuente: www.itreseller.es
La idea es que, si se puede utilizar el chat automático para aclarar dudas, también se podría utilizar para hacer la compra y gestionar el pago. Esto se consigue realizando una consulta sobre un determinado producto y el programa respondería ofreciendo la opción de realizar una transacción rápida.
Si 2017 fue el año de la extensión de la inteligencia artificial para ahorrar costes y ganar en agilidad, 2018 ha marcado el punto de partida de la utilización de la misma para realizar operaciones económicas. Así lo indica Universal Pay, que apunta cómo pueden utilizarse los chatbots para vender.
Un chatbot es un programa informático que se activa por defecto cuando una persona entra en una web, adoptando la forma de un asistente, de manera que parecerá que estás dialogando con un empleado de la compañía. Concebidos para dar respuesta a preguntas predeterminadas y ahorrar tiempo y costes –se calcula que este mecanismo ahorra un 20% de las consultas de atención al cliente–, una de las ventajas de los chatbots es que se puede personalizar el nivel de complejidad e introducir más respuestas, de manera que, si se puede utilizar para aclarar dudas, también se podría utilizar para hacer la compra y gestionar el pago. Para ello, la solución que se impone es la integración de funciones para que, de esta forma, se pueda realizar directamente la operación.