Fuente: iProUp
Luego de un cierre de año a pura subida, el mercado de las criptomonedas está lo suficientemente maduro para pasar a la fase dos: cómo utilizar esas monedas en la vida real, más allá de la especulación. Y en el horizonte aparece una app argentina, Lemon Cash, que lanza un plástico prepago con un interesante programa de fidelización y prepara un fuerte roadmap de servicios financieros.
Esta billetera digital, nacida en San Martín de los Andes, recientemente recibió una inyección de un millón de dólares en una ronda liderada por Draper–Cygnus, el brazo local del inversor cripto-friendly Tim Draper y comandado en la Argentina por Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Fintech.
La aplicación hasta ahora proponía una forma fácil de utilizar criptoactivos: a través de una cuenta multimoneda, con la posibilidad de intercambiar fondos en pesos, bitcoin, ethers y hasta Tether, una divisa del tipo stablecoin pues tiene valor fijo, en este caso, guarda paridad con el dólar.
Así, esta billetera (no es un banco, pues no tiene licencia del BCRA) busca expandir sus servicios a toda la Argentina, una revolución que comenzó en ciudades más pequeñas del país, pero promete llevar nuevas oportunidades al resto de Latinoamérica.
Tarjeta y algo más
«Nos aprobaron la primera tarjeta de color negro que no es para clientes ‘black’, sino para todos», afirma Borja Martel, cofundador de Lemon Cash junto a Marcelo Cavazzoli y Alan Boryszanski
La firma lanzó una lista de espera de 500 personas para ser los primeros en acceder a Lemon Cash Card, una tarjeta prepaga cuyo límite es el saldo (en pesos o criptomonedas) de la app y permite comprar en cualquier tienda, física o virtual, que acepten a la marca de los dos círculos.
«Funcionará como la tarjeta de Binance, Crypto o Gemini. Te resta el saldo de la billetera y le abona al comercio. Es la primera de Latinoamérica fuera de Brasil«, agrega Martel.
Martel asegura que además el usuario podrá fijar de qué cuenta saldrán los saldos. «Desde el panel de administración vas a poder elegir el orden: pesos o cripto. Y dentro de cripto, Bitcoin, Ether o Tether», remarca el ejecutivo, quien se entusiasma con su programa de fidelización, distinta a la de cualquier banco o fintech.
«La tarjeta es gratis: no tiene gastos de mantenimiento y encima te vamos a pagar por usarla. Tenemos un programa de cashback (reintegros) en el que te devolvemos en Bitcoin hasta el 1% de lo que gastes», revela.
De esta forma, la empresa resignará la comisión que cobra de los comercios en su rol de emisor para reinvertirlo en –como dice Martel– «ampliar el ecosistema de Lemon Cash».
«Las otras tarjetas te dan millas o puntos. Nosotros, Bitcoin. Te damos la libertad para que los ahorres o los gastes en lo que quieras, en lugar de tener que ir a un web y fijarte por cuál producto los podés canjear», dispara el ejecutivo.
Según Martel, el plástico también permitirá extraer pesos desde cualquier cajero, por lo que posibilitará cambiar en el momento Bitcoin, Ether o Tether a valor blue (cercano a los $160). Así, se facilitará aún más el cashout de criptomonedas.
Los fondos de la app también se pueden utilizar para comprar con QR en una red de negocios en varias ciudades del país. «Menos el transporte público, en San Martín de los Andes podés pagar de todo, hasta la panadería«, dispara el emprendedor.
El dato lo ratifica Ignacio Plaza, número uno de Draper-Cygnus. «Es una idea que a nosotros nos encanta. Empezar por los pueblos remotos, donde la gente está más desatendida en lo financiero», señala el ejecutivo quien confirma que Lemon Cash concretó el martes el US$1 millón de la ronda anunciada hace dos meses.
Y señala: «Tienen más de 800 comercios. Estuve en San Martín de los Andes la primera semana del año y pagué en todos lados con la app. Todo es instantáneo y muy conveniente: la gente la ha aceptado«.