Durante décadas, los bancos han tenido el control del negocio de los servicios financieros, pero el mercado cuenta con nuevos actores y las preferencias de los consumidores cambian a un ritmo cada vez mayor. Además, surgen nuevas corrientes de opinión que sitúan a la tecnología en el centro de un discurso alternativo al sistema financiero tradicional.
La (nueva) banca de la generación Millennial
Según un estudio realizado por Accenture entre casi 4000 clientes de bancos minoristas de EEUU y Canadá, titulado ‘La disrupción digital en la banca’, los consumidores son ahora más proclives que nunca a considerar la opción de recurrir a bancos sin sucursales y a proveedores bancarios no tradicionales que se integren mejor con los estilos de vida móvil de los consumidores ‘nativos digitales’.
Las principales conclusiones del estudio fueron que el 27% de los consumidores considerarían la opción de pasarse a un banco digital si abandonaran su banco actual, y el 49% estaría dispuesto a pasarse a alguna de las empresas de las que ya es consumidor (Paypal, Google, Amazon, Apple o T-Mobile entre ellas), aunque no ofrezca servicios bancarios a día a día de hoy. Los porcentajes varían enormemente por edades, ascendiendo al 39% y al 77% -respectivamente- en el caso de la generación millennial.
El propio jefe de marketing de Wells Fargo explicaba el año pasado en una conferencia que “Históricamente, cuando nos preguntaban quiénes eran nuestros competidores, contestábamos que Chase o Bank of America… hoy, contestamos que Google o Amazon“. Los analistas de Accenture señalan que el consumidor del mañana tendrá una percepción muy diferente de lo que puede (y tiene que) ser un banco, unas perspectivas que pueden tener graves repercusiones para la banca tradicional si no son capaces de adaptarse a este escenario.
“Las tecnologías digitales están difuminando los límites entre los sectores de la industria“, afirmaba Juan Pedro Moreno, director gerente de Banco Global de Accenture. “Los bancos tendrán que ir más allá de su papel tradicional de facilitadores de las transacciones financieras para pasar a desempeñar un papel más profundo en la vida de sus clientes aplicando las tecnologías digitales de manera innovadora y ofreciendo asesoramiento”.
Un enfoque alternativo para unas finanzas descentralizadas
El periodista Jurg Müller lanzó recientemente su libro ‘The End of Banking‘, en el que abordaba el impacto de las tecnologías distribuidas sobre la banca tradicional. Müller, que escribió su libro bajo el pseudónimo de ‘Jonathan McMillan’, impartió por primera vez una conferencia con su nombre real a comienzos de este mes, en los encuentros Somero 2015 realizados en Gijón.
En su obra repasa cómo su uso permitió la creación de ‘imperios bancarios opacos’ que hundieron el sistema financiero en 2008, y cómo esas tecnologías deberían usarse ahora no para reforzar la banca tradicional, como en el pasado, sino para convertirla en algo obsoleto ofreciendo un sistema “más descentralizado, estable y transparente”. Llega a afirmar que “el 80% de las cosas de la banca pueden resolverse con una app”. Según Müller, en un sistema en el que puede unir por vías digitales a quien presta dinero con aquél que lo solicita, los bancos dejan de ser necesarios, y pueden establecerse “unas finanzas ciudadanas, sin mediadores y con menos costes sociales”.