El sector ‘fintech’ es uno de los más maduros en el panorama de la innovación tecnológica con un valor de 324.000 millones de dólares previsto para 2026. Este fenómeno abre la puerta a una segunda generación de compañías de este ámbito, caracterizadas por colaborar con entidades bancarias impulsadas por tendencias digitales como la banca abierta o por ofrecer soluciones de pagos financieros a empresas que buscan integrar estos servicios.
Solicitar un préstamo en pocos minutos, saldar cuentas con un solo clic o monitorizar inversiones en tiempo real. Son solo algunos ejemplos de los numerosos servicios posibles gracias a las ‘fintech’, un sector de startups maduro que engloba una amplia gama de modelos de negocios, como pagos digitales, préstamos, hipotecas, gestión de grandes patrimonios o criptomonedas.
La inversión global en las ‘fintech’ demuestra la buena salud del sector, que crece un 25% cada año en todo el mundo y espera alcanzar un valor de 324.000 millones de dólares (300.000 millones de euros) en 2026, según el estudio ‘Global Fintech Market Research Report’. Este impulso también se explica por un panorama favorable para su crecimiento, como el ‘open banking’, las nuevas normativas financieras o las soluciones de pago B2B. Todos estos elementos tienen algo en común: sirven como combustible para activar el motor del panorama ‘fintech’.
El impacto fintech en España y América Latina
En el caso de España, según el estudio ‘FinTech Global Vision 2023’ de Finnovating, plataforma que conecta a corporaciones con empresas tecnológicas, es el tercer país de Europa con más empresas ‘fintech’ (y el sexto en el mundo), con un total de 664. «España tiene un sistema financiero muy potente y consolidado. Somos líderes mundiales en banca minorista y esto invita a que muchas personas con gran talento funden sus compañías. Asimismo, España tiene una gran afinidad con América Latina y esto está generando un gran flujo de emprendedores entre ambas regiones», explica Rodrigo García de la Cruz, CEO y fundador de Finnovating. De hecho, según un informe elaborado por IE University, el 76% de las empresas españolas aumentará sus inversiones en América Latina en 2023.
Una de las razones para hacerlo es que el mercado ‘fintech’ en América Latina también demuestra tener buena salud: la región ha pasado de tener 1.160 compañías en 2018 a 2.500 solo tres años después. Además, presenta un crecimiento económico anual sostenido de un 37%, según los datos proporcionados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La organización destaca que «las plataformas ‘fintech’ son una solución potencial a los retos de inclusión financiera que enfrenta la región». Muestra de ello es que un 36% de las startups ‘fintech’ presentan soluciones para incluir a segmentos de la población excluida del sistema financiero formal, con Venezuela y Paraguay como los dos países más destacados en este ámbito.
No son los únicos en la región donde las finanzas tecnológicas destacan. Otro de ellos es Brasil, con empresas unicornio como la plataforma de pagos EBANX y el banco digital Neon, en el que BBVA invirtió 300 millones de dólares. O México, donde la inversión en este ámbito ha ganado terreno, en parte debido a que en esta región solo un 47% de la población adulta está bancarizada. Esto ha motivado la aparición de compañías como el unicornio Stori, que promueve la inclusión digital, o la plataforma de crédito inmediato Finvero.
Por otro lado, la entrada de la banca en estos modelos de negocio ‘fintech’ también han colaborado a dinamizar el sector. Según el estudio ‘Finnovista Fintech Radar México’, publicado por la consultora mexicana Finnovista, el 57% de estas compañías afirman que colaboran con alguna entidad financiera tradicional y el 21% están interesadas en hacerlo. «Estamos convencidos de que la disrupción de los servicios financieros tradicionales seguirá siendo la mayor oportunidad de transformación digital de la región y el ‘fintech’ será la categoría de inversión en capital riesgo de mayor importancia«, destaca Fermín Bueno, cofundador de Finnovista.
Un mundo de posibilidades gracias al open banking
El impacto del sector ‘fintech’ ha sido posible gracias a la aparición de modelos que han cambiado el paradigma en el ámbito financiero. Uno de ellos es el ‘open banking’ (banca abierta, en castellano), una de las principales tendencias tecnológicas ya en 2022 de acuerdo con BBVA Spark. Gracias a ella, los clientes pueden intercambiar su información financiera con otras empresas, siempre y cuando concedan permiso, para simplificar las gestiones y la colaboración entre plataformas.
«Tenemos que entender que la relación con los clientes ha cambiado. BBVA cuenta con equipos de ‘open banking’ que desarrollan API para impulsar nuevas oportunidades de negocio«, afirmó Roberto Albaladejo, responsable de BBVA Spark, durante South Summit 2023. La integración de servicios se alza así como una oportunidad para buscar soluciones innovadoras que respondan a las necesidades de los usuarios.
En este sentido, sobresalen soluciones como la compañía Belvo, que actúa como intermediario tecnológico entre las aplicaciones financieras y el banco o las instituciones donde se alojan los datos de los clientes en algunos países de América Latina para, de esta forma, garantizar que el proceso se realiza de forma segura. Otro ejemplo es la startup brasileña Tino, un método de pago entre comerciantes y proveedores que permite elegir el plan que más se adapta a cada negocio.
Normativa que allana el camino a las fintech
Esta relación entre actores del mundo financiero y el ‘open banking’ no sería posible sin una normativa apropiada, que favorezca la colaboración entre diferentes plataformas. Contar con unas regulaciones más flexibles permite allanar el camino para que las ‘fintech’ ofrezcan servicios más integrados y accesibles.
La Comisión Europea propone estandarizar las aplicaciones financieras, para simplificar la experiencia del cliente y facilitar el flujo de datos financieros.
Concretamente, la normativa europea ha seguido avanzando en la implementación de su estrategia digital para las finanzas. Existen reglas como la Directiva de Servicios de Pagos PSD3, presentada por la Comisión Europea en junio de 2023, que propone medidas para que todas las aplicaciones financieras se parezcan entre sí para simplificar la experiencia del cliente en los servicios y facilitar el flujo de datos financieros. «Mejorará la banca abierta respecto a las interfaces y el acceso a los datos; reforzará el poder de las autoridades nacionales competentes; mejorará la disponibilidad del efectivo y fusionará los marcos legales del dinero electrónico y los sistemas de pago», se puede leer en el documento publicado por el organismo.
Por otro lado, el Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos (MiCA) busca proteger a consumidores e inversores en el intercambio de monedas digitales y el próximo Reglamento de Inteligencia Artificial aborda cuestiones éticas y retos de la aplicación de esta tecnología en diferentes sectores. «Estamos trabajando en una dirección muy adecuada y yo creo que Europa ahí es líder a nivel mundial», subraya Rodrigo García de la Cruz, de Finnovating.
En América Latina, al no existir un marco económico común, la regulación financiera depende de cada país. No obstante, la tendencia generalizada es avanzar hacia una normativa que apueste por las finanzas abiertas. Uno de los casos más recientes es el de Chile, que en enero de 2023 promovió la ley ‘fintech’ para establecer un marco general en la prestación de servicios financieros en el ámbito tecnológico. Con ello se suma a otras regiones como México, que en 2018 estableció una norma para regular las instituciones de tecnología financiera. O Colombia, que en 2022 publicó un real decreto para regular y proteger las operaciones relacionadas con las finanzas colaborativas.
La era de los pagos B2B
Las regulaciones actuales promueven diversas soluciones relacionadas con el sector ‘fintech’, aunque las más destacadas se refieren a un modelo en concreto: el ‘business to business’ (B2B). A diferencia de otros tipos de negocio, este se centra en las transacciones de productos o servicios entre empresas. «Durante un tiempo, los inversores se han centrado principalmente en apostar por soluciones basadas en el modelo ‘business-to-consumer’ (B2C), que atienden y siguen atendiendo necesidades importantes. No obstante, se está produciendo una transición hacia soluciones ‘business to business’ (B2B), donde hay una gran oportunidad para desarrollar productos ‘fintech’ que aborden los desafíos de las pequeñas y medianas empresas», apunta Fermín Bueno, de Finnovista.
Uno de los principales enfoques del ‘fintech’ es proporcionar comodidad en los pagos digitales, lo que ha provocado que sea el área del sector más atractiva para los inversores: en 2022 fue el apartado que más inversión global atrajo, con más de 20.800 millones de dólares, según un informe de CB Insights.
El South Summit 2023 mostró el interés por el ámbito de las transacciones: la compañía valenciana Uelz, que permite a los negocios automatizar y gestionar cobros recurrentes, se alzó como gran ganadora del encuentro. Con esta plataforma, los negocios pueden ofrecer diversos métodos de cobro a sus clientes y tener un control completo sobre su estado. «El proceso de cobro a los clientes tiene un gran impacto en todo el proceso de facturación de una compañía. De él dependen incluso factores como el de la recuperación de ingresos para un negocio, porque si los pagos fallan o no se ha automatizado nada, probablemente la compañía pierda parte de su ingreso recurrente», destaca Maria Luke, cofundadora y CEO de Uelz.
Otro referente en el ámbito de los pagos es Openpay, empresa de pagos digitales del Grupo BBVA, que permite a los negocios integrar diferentes modelos de pago para sus ventas y ya ha procesado unas 360 millones de transacciones en América Latina. También está Payflow, presente en el BBVA Open Summit 2023, que permite a los empleados acceder de manera instantánea a su salario en cualquier momento del mes, e incluso adelantar sus pagos extras si así lo desean. O la ‘fintech’ española Boopos, que ofrece préstamos ágiles para la adquisición de empresas basándose en el modelo ‘revenue-based financing’ (préstamos basados en ingresos), el cual da la opción a los clientes de devolver un préstamo como un porcentaje de sus ingresos. Es una de las compañías financiadas a través de BBVA Spark, la iniciativa del banco para ayudar al crecimiento de las empresas innovadoras.
Además de las empresas, también crecen los diferentes modelos de pago que se adaptan a los diferentes perfiles de consumidores. Una de esas fórmulas es ‘Buy Now, Pay Later’ (compra ahora, paga después), que permite fraccionar un importe en varias cuotas.
En definitiva, la tecnología y las finanzas van de la mano, y esta estrecha relación impulsa el desarrollo de diversas soluciones innovadoras. Porque, como afirma María Luke, fundadora de Uelz, «construir puentes entre ambos mundos es beneficioso para todos».
Fuente: BBVA