Según el ministro de Planificación, Felipe Kast, los costos de intermediación financiera y de transporte de los beneficiarios significan unos US$ 200 millones. El Ministerio del Trabajo estudia fórmulas para simplificar el sistema.
En el objetivo de eliminar la extrema pobreza durante este gobierno, el Ejecutivo está estudiando varios ajustes. Uno de ellos es el alto costo que tiene la transferencia de subsidios a las familias más pobres del país.
En este punto, el ministro de Planificación (Mideplan), Felipe Kast, estimó un gasto de alrededor de US$ 70 millones anuales que reciben los bancos por pagar estos subsidios, utilizando sus canales de distribución a lo largo del país.
Según Kast, no es el único gasto prescindible en la cadena hacia las familias con menores ingresos. El pago de locomoción, junto con la pérdida de tiempo para las personas que deben movilizarse hacia las distintas sucursales para retirar los dineros, suman una cifra que casi duplica el costo de la intermediación financiera. En total, la estimación es de US$ 200 millones entre pagos a los bancos y gastos de movilización de los beneficiados; lo que el ministro llama «costo social» de pago de subsidios.
En opinión del ministro, esta situación debe ser corregida, pues podría ser determinante si se pretende llevar el nivel de ingresos de estas familias a salir de su condición. Según sus cálculos, la brecha entre la línea de extrema pobreza y los ingresos de quienes se encuentran en esa condición es de US$ 185 millones: es decir, US$ 15 millones menos que los gastos de intermediación y transporte.
«El costo más grande es cuando haces un pago presencial, por lo tanto, podrías bajar mucho los costos si hicieras los pagos asociados a una cuenta depositaria que tuviese cero costo para el usuario y que no lo obligara a tener que ir a buscar los subsidios todos los meses, sino que lo pudiera retirar con su tarjeta y en un lugar más cómodo», explica Kast.
En este sentido, Kast comenta que el ministerio del Trabajo está revisando la situación y negociando con actores del sistema financiero que estén disponibles para ofrecer medios de pago que simplifiquen el proceso. «Estamos tratando de optimizar este tema y que les lleguen los pagos en forma simple», agrega.
Kast reconoce que la cifra no es completamente traspasable y, por ende, no es la única solución para eliminar la extrema pobreza. Sin embargo, «permite tener una idea de que se puede mejorar mucho la gestión social». BancoEstado es candidato a organizar el sistema, aunque Kast no descarta que pueda ser otro banco. De hecho, una posibilidad es que el sistema de pagos sea licitado, lo que podría ocurrir en 2011.
En todo caso, admite que no todo el costo podrá reducirse, pues algunos contratos provienen de la adminsitración anterior e implican gastos de arrastre para los próximos años.
Fuente:diario.latercera.com