Del e-learning al aprendizaje colaborativo: el caso del SMI y la revolución de la educación online

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Por Clarisa Herrera

Daniel Dron.

Daniel Dron.

Quizás muchos hayan escuchado acerca de las grandes transformaciones que se ha gestado en la educación a partir de las tecnologías pero un error bastante común es pensar que educación online es igual a e-learning. Lo que están gestando las plataformas apuntadas a aprendizajes colaborativos es una revolución social, en red, del propio conocimiento.

Si la misma capacidad de atención se fragmenta en el mundo online en millones de partes y la cantidad de información que debemos incorporar para mantenernos competitivos en el mercado de trabajo crece exponencialmente, desarrollar el talento digital es un necesidad de personas, empresas, entidades educativas y gobiernos.

El aprendizaje colaborativo nace como respuesta a un nuevo contexto sociocultural, el aprendizaje en red. Una plataforma de E-Learning tradicional genera una experiencia de aprendizaje que replica la forma en que aprendemos en el mundo off-line. Por un lado está el profesor, quien tiene el saber y del otro lado está la persona que aprende, hay una interacción pero no se genera una experiencia social. “La gran diferencia con una plataforma de E-Learning tradicional tiene que ver con que en el caso de las plataformas de aprendizaje colaborativa todos estudiamos y todos aprendemos pero también todos enseñamos” explica el argentino Daniel Dron, CEO de SMI (Social Media Institute) que recientemente firmó un acuerdo con la Universidad del Pacífico de Chile para ofrecer formación online en nuevas profesiones digitales, acuerdo al que se sumaron IAB y Trabajando.com con el objetivo de acortar la brecha entre oferta y demanda de talentos digitales.

En el aprendizaje colaborativo el profesor deja de ser “esa figura magistral” y se convierte en un facilitador que permite que el conocimiento se distribuya colaborativamente. “No sólo es el conocimiento que el profesor tiene para dar sino el conocimiento que traen los alumnos para poder compartirlo con el resto” rescata Dron.

Del off al on

Después de haber ganado el premio a la innovación de la Universidad Católica en Chile, el equipo liderado por Dron decidió quedarse en ese país para capitalizar no sólo el premio económico sino todo el capital social. “Estamos muy contentos porque Chile está muy bien. Hay un escenario muy interesante para desarrollar la empresa y estamos expandiéndonos a todo el resto de la región” comenta.

El modelo inicial del SMI mudó, pivoteó o iteró a un modelo totalmente on-line. “Tuvimos la posibilidad de estar cuarenta días en Silicon Valley y poder ahí cotejar el modelo con mentores de primerísimo nivel y poder perfeccionarlo de la mejor manera. Gracias a esa modificación ya facturamos 400 mil dólares en esta primera etapa” comenta.

La plataforma de formación en tiempo real que propone SMI está basada en comunidades de aprendizaje colaborativas que integran todo el ecosistema de tecnologías de Google con Google Plus como escenario de conversación y con los ejes puestos en inteligencia colectiva y construcción de capital social.

aprendizaje-colaborativoLos pilares del modelo de negocios

Yendo de lo conceptual a lo concreto, en el modelo de negocios de SMI cada cliente tiene acceso a un marketplace de expertos digitales y a través de ellos, eligen cursos que les permiten certificarse con el SMI y con el aval de universidades y empresas socias que los avalan.

“Cada cliente tiene acceso 7×24 a nuestra plataforma durante todo el programa o el durante el tiempo contratado. Todas las clases en vivo generan una gran conversación que queda grabada y documentada en tiempo real en sus foros correspondientes dentro de la misma plataforma. En estos foros están accesibles los materiales, los vídeos, los desafíos o exámenes. A partir de este momento son nuestros mentores quienes toman la posta de esta conversación y la continúan dinamizando dando un soporte personalizado y 7×24 a los clientes. Tenemos varias comunidades de aprendizaje colaborativas corriendo en paralelo donde habitan audiencias con intereses comunes a una temática en particular” explica.

El modelo de negocios es Freemium, con una cantidad limitada de cursos y conferencias que damos gratis con invitados que son referentes a la industria.

“De esta manera se contactan a través de nuestro canal de difusión con todo nuestro mercado. Eso nos permite ir generando alianzas locales para poder tener avales que le den cada vez más valor a nuestra certificación. De esa forma estamos firmando acuerdos con distintas organizaciones internacionales que nos están reconociendo como formadores expertos en nuestras temáticas de interés.” relata.

Dron cuenta que trabajan con dos tipos de mercados. En B2C cuentan con profesionales de diferentes características.

“En una comunidad de aprendizaje pueden convivir, como sucede en nuestras comunidades de aprendizaje, un director de comunicación de America On-line o de Televisa de México con un estudiante de la Universidad de Chile. Entonces ahí se genera una experiencia de aprendizaje donde el cliente o el alumno trae cantidad de conocimiento y lo comparte con el resto sin jerarquías. Me parece que eso es un tema central” enfatiza.

El hecho de trabajar con comunidades de aprendizaje simultáneamente les permite agrupar a los clientes por temas de interés.

“Al mismo tiempo nos permite crear ante una empresa una comunidad de aprendizaje específicamente para agrupar a sus empleados o a su cadena de valor. En ese caso le enseñamos a las empresas cómo un ejecutivo de cuenta o un ejecutivo comercial se puede convertir o reinventar en un influenciador digital. La influencia digital es para mí hoy el tema más importante en la agenda de las organizaciones en los próximos diez años. En el sentido en el que quienes no logren construir una influencia digital y no entiendan cómo diseñar y gestionar comunidades virtuales de millones de personas que consumen de maneras distintas” rescata.

Por último, en terreno B2B trabajan por ejemplo con la Universidad del Pacífico de Chile, con INCUBAUC (que es la incubadora de la Universidad Católica), IAB Chile, comScore y con Trabajando.com están puntualmente creando la primera plataforma de empleo de perfiles digitales certificados en Latinoamérica:

“Hay mucha confusión con respecto a cómo los RRHH evalúan los perfiles digitales y sus competencias. Las empresas no saben cómo evaluar ni saben qué roles y funciones cumplen. En ese contexto también el SMI es un observatorio de talentos que permite detectar a los mejores perfiles y lo estamos poniendo a la disposición del mercado para que puedan ser detectables rápidamente” concluye.

Fuente: Pulso Social.

jtraverso

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Juan Pablo Traverso, Ingeniero Civil Industrial y MBE de la Universidad de Chile.

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