Las soluciones de tecnologías de la información (TI) están revolucionando la forma en que las empresas gestionan sus operaciones, abriendo nuevas posibilidades para impulsar la sostenibilidad. A nivel global, ya se observan sus impactos positivos, y Chile no es la excepción. Las empresas que adoptan estas tecnologías experimentan cambios significativos en la eficiencia operativa y en la reducción de su huella ambiental.
Principalmente, hay cuatro formas en las que las soluciones TI están impulsando la sostenibilidad de los negocios. Primero, en el monitoreo y trazabilidad del ciclo de vida. Las plataformas digitales permiten rastrear y gestionar el ciclo completo de un producto, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final. Esto no solo mejora la transparencia en la cadena de suministro, sino también facilita la identificación de oportunidades para reducir el desperdicio y optimizar procesos productivos. El resultado es una operación más eficiente y alineada con los principios de la economía circular.
En segundo lugar, se encuentra la optimización de recursos. A través de soluciones basadas en inteligencia artificial y análisis de datos, las empresas pueden predecir y gestionar la generación de residuos, lo que las lleva a diseñar estrategias preventivas para minimizar su impacto ambiental. Esto se traduce en una reducción de costos y una mejor utilización de los recursos disponibles.
Tercero, los modelos de economía circular. Las tecnologías emergentes están permitiendo la creación de modelos de negocio basados en la economía circular, donde los residuos son transformados en insumos para nuevos productos. Esto no solo reduce la dependencia de materias primas vírgenes, sino que convierte a las empresas en actores clave para la sustentabilidad a largo plazo.
Finalmente, está el impacto cuantificable. Gracias a estas soluciones, es posible calcular indicadores clave como la huella de carbono, la huella hídrica o el consumo energético de los productos y procesos. De esta forma, las empresas pueden monitorear su impacto ambiental de manera precisa y ajustar sus estrategias para cumplir con las regulaciones y metas de sostenibilidad.
En Chile, el uso de soluciones TI para la sostenibilidad ha ganado fuerza en los últimos años, sobre todo impulsado por la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que obliga a las empresas a gestionar los residuos generados por sus productos. A pesar de los avances, persisten algunos desafíos que impiden una adopción más generalizada de estas soluciones. Una de ellas es la brecha tecnológica. Aunque las grandes empresas ya están implementando tecnologías avanzadas para la sostenibilidad, muchas pymes aún enfrentan barreras significativas, como los altos costos de adopción y la falta de infraestructura adecuada. Esta disparidad tecnológica limita el alcance de los beneficios de la economía circular a nivel nacional.
Otro desafío se encuentra en la cultura organizacional. La falta de capacitación en el uso de herramientas digitales sigue siendo uno de los principales obstáculos para muchas empresas chilenas, que necesitan desarrollar las competencias internas necesarias para aprovechar al máximo estas tecnologías. Así también, uno de los grandes desafíos técnicos es la integración de las diversas plataformas utilizadas en la cadena de valor. Para que las soluciones TI funcionen de manera efectiva y promuevan la sostenibilidad, es fundamental que exista interoperabilidad entre los sistemas de distintos actores de la cadena de suministro. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que facilita el flujo de información, clave para una economía circular.
Finalmente, si bien la Ley REP es un paso significativo hacia la gestión responsable de los residuos, se requiere un mayor apoyo desde el ámbito público para promover la adopción de soluciones tecnológicas que fomenten la sostenibilidad. Políticas que incentiven la digitalización y la innovación serán cruciales para avanzar en esta materia.
Como país tenemos una gran oportunidad en el uso de la tecnología para fomentar la sostenibilidad. Por eso, es fundamental avanzar hoy en su impulso.
Fuente: Forbes Chile