A comienzos de 2013, el chileno Daniel Undurraga y el sueco Oskar Hjertonsson se encontraban en una posición complicada. Algunos meses antes habían dejado sus puestos en Groupon Chile (la filial de la empresa de cupones que ellos mismos establecieron en el país y Latinoamérica en 2011) y habían emigrado a San Francisco, EE.UU., para trabajar en Scout, un emprendimiento en el que habían invertido.
La experiencia no fue tan buena como esperaban y a los seis meses ya estaban fuera, buscando ideas para su siguiente proyecto. Una frustración común por la falta de una herramienta de administración de fotos online los impulsó a crear «Seahorse», una aplicación para iOS y Android que aunque sigue en beta, ya tiene 80 mil usuarios.
Una de las características más particulares de «Seahorse» es que es un proyecto que divide su producción entre Santiago y San Francisco, con cuatro desarrolladores en cada ciudad y otra persona en Australia. Todos los miembros del equipo de desarrollo son chilenos.
«En Chile hay muy buenos developers que no saben qué hacer allá. Es fácil buscarlos y armar un buen equipo. Este equipo vale mucho más acá que allá», cuenta Undurraga a Emol durante una conversación en la ciudad californiana, agregando que «en Chile tienen pocas opciones, los sueldos son malos, está todo medio mal hecho. No hay lugares para decir ‘qué ganas de trabajar ahí’. Nosotros ofrecemos algo muy atractivo para el developer chileno».
¿Por qué no contratar «mano de obra» estadounidense? Undurraga afirma saber sus limitaciones, indicando que «como Seahorse acá hay 5 mil start ups, con gente de más pedigree que yo porque trabajó en Apple o Google o son amigos de no sé quién». La situación se vuelve más fácil una vez pasada la etapa temprana, cuando ya se ha levantado financiamiento, ya que los desarrolladores buscan en general «algo más establecido».
Un entorno paciente
Para Undurraga, la decisión de partir de Chile surgió al notar que seguir en el rubro de internet en el país sería difícil. «Había tratado con otra empresa (Needish) y no resultó. Con Groupon nos fue bien porque fue un caso particular de una empresa gringa que va a todo el mundo con un modelo de negocios. Si quería seguir me tenía que venir para acá», lugar donde según el propio Undurraga «han pasado cosas increíbles y es más probable que vuelvan a pasar». Eso hace que el alto costo de la vida (tanto personal como para el negocio) valga la pena.
El mismo entorno de emprendimiento del valle californiano también hace que los inversionistas operen de forma distinta: saben cómo es el mercado y lo que requiere armar un buen producto. «Instagram se demoró 18 meses en lanzar. Eso es gastar mucha plata, es una dinámica distinta de inversión. Acá se entiende esa diferencia, que demorarte un año es normal».
En ese sentido, el acceso a inversionistas es más sencillo, según Undurraga. «Si demuestras que tu producto está bien hecho te van a presentar a las personas correctas. No es como en Chile, donde si no eres primo o amigo de un gerente, no lo vas a conocer. El modelo de inversión es distinto», y agrega que «las empresas chilenas lo quieren todo para ellas, no les interesa ayudar a los start ups. Aquí son más inteligentes, hay historias de éxito. Un Steve Jobs y un Mark Zuckerberg que se hicieron millonarios a los 20. Acá cuando tienes una idea a los 20 no te miran como si estuviera loco, en Chile sí».
Por ahora Seahorse está preparando una nueva versión, que llegará a iOS y Android durante las próximas semanas, sumando una opción de línea de tiempo, un mapa para ver el contenido según locación y un sistema que permite ver las imágenes sacadas en un mismo día hace un año o más. Para su creador, el objetivo de la aplicación es ser «una forma de ver fotos que de otra manera no verías nunca».
El modelo de negocio de Seahorse está basado en el pagar por más almacenamiento para subir las fotos en alta resolución, aunque en el futuro se podrían incluir algunas funciones «Premium» en el pago, como la opción de respaldar videos.
Fuente: Emol.
