Los grandes bancos españoles están poniendo toda la carne en el asador para no quedarse descolgados ante los nuevos competidores.
Los grandes bancos españoles son cada vez más conscientes de que el futuro se lo juegan en el mundo digital. BBVA, Santander o CaixaBank están poniendo toda la carne en el asador para no quedarse descolgados ante los nuevos competidores que entran en distintos segmentos del negocio financiero.
Según reconocía BBVA Research en su última publicación «Situación Banca», de este mes de diciembre, «hipotéticamente, un cliente podría contar con todos los servicios de un banco (ahorro, pagos, préstamos, inversión), uniendo la oferta de las diferentes startup». Conscientes de la gravedad de la amenaza, los bancos están reaccionando.
Las estrategias son diferentes, como señala el citado informe de BBVA. A nivel mundial, existen patrocinios de programas de incubación de Startup financieras, como las que organizan Barclays o Wells Fargo; hay competiciones para que emerjan las mejoras ideas, como el BBVA Open Talent, o laboratorios, como el USB Blockchain Research Lab.
Los bancos protagonizan alianzas estratégicas con empresas fintech, como los acuerdos de BBVA con la especialista en medios de pago Dwolla o de Citi con el líder estadounidense de los préstamos 2p2 Lending Club. Y, a veces, en vez de aliarse con ellas, las compran. BBVA, Santander, American Express, HSBC, entre otros, han creado fondos de Venture Capital para invertir en estas compañías.
Estas son, hasta ahora, los movimientos más importantes realizados por los bancos españoles en este ámbito.
BBVA es sin ninguna duda el banco que desde hace más tiempo hace guiños a la tecnología. Su presidente, Francisco González, lleva años defendiendo que la digitalización es la clave de la supervivencia de la banca y que, en el futuro, sólo seguirán existiendo las entidades que hayan sabido responder a tiempo al desafío digital. El segundo banco español ha realizado varias compras en el mundo digital, algunas directamente, otras a través de su fondo de venture capital BBVA Ventures, creado en 2012 con 100 millones de dólares.
La más reciente es la adquisición del 29,5% de la startup británica Atom, que empezará a operar en 2016 como banco on line. BBVA ha invertido en el proyecto 68 millones de euros. A principio del pasado año, BBVA compró la plataforma de banca digital estadounidense Simple, por 117 millones. Pero no todas las compras son en el extranjero: en España, adquirió a finales de 2014 Madiva Soluciones, especializada en servicios de big data y cloud computing. En total, se calcula que en los últimos cuatro años BBVA ha invertido unos 270 millones en startup tecnológicas, incluyendo las compras de BBVA Ventures.
BBVA también es coprotagonista en varias alianzas en el ámbito fintech. Una de las más llamativas es la que ha creado un grupo de bancos internacionales para explorar las posibilidades de la tecnología Blockchain en su negocio. R3 incluye actualmente unos 30 bancos globales, entre los que están BBVA (que estuvo entre los fundadores en septiembre de este año), Bank of America, Barclays, Goldman Sachs, HSBC, JP Morgan, Morgan Stanley, Société Générale, BNP Paribas, Canadian Imperial Bank of Commerce, ING, Macquarie, UniCredit y Mizhuo Financial.
En Santander la innovación tecnológica ha empezado a tener un puesto central entre las prioridades del grupo desde que Ana Botín llegó a la presidencia, en 2014. La presidenta no pierde ocasión para recordar la importancia de la digitalización como arma para conquistar, retener y fidelizar al cliente.
En una de sus recientes intervenciones, Botín defendió que los bancos ya se están transformando en empresas tecnológicas, algo que se alcanza mediante la transformación interna de la mentalidad y a través de la colaboración con las empresas más innovadoras.
Para realizar estas inversiones, Santander lanzó en 2014 su propio fondo de venture capital, con el que se plantea invertir unos 100 millones de dólares en dos o tres años. Uno de los objetivos de InnoVentures es «invertir hasta diez millones de dólares en la primera fase de una empresa fintech, tomando una participación de entre el 3% y el 15%». También contempla inversiones en empresas que tienen productos que pueden ser útiles para Santander o sus clientes.
Las cinco principales inversiones realizadas hasta ahora han sido en iZettle, especializada en pagos vía móvil y Tablet; MiCheck, para pagos en hostelería; Cyanogen, el sistema operativo de código abierto para móviles; Ripple, dedicado a la tecnología Blockchain y Kabbage, especializada en crédito directo a empresas.
Santander tampoco renuncia al desarrollo interno. Cabe recordar que tiene su propia factoría tecnológica especializada en desarrollo de software bancario, Isban, que da servicio a todos los bancos del grupo.
Además, Santander, junto con CaixaBank y Telefónica, es cofundador de Yaap, dedicada a servicios digitales y, especialmente a pagos y transferencias.
CaixaBank tiene un modelo de aproximación al mundo fintech algo distinto. El banco catalán apuesta principalmente por el desarrollo interno de productos y servicios utilizando las nuevas tecnologías, apoyándose menos en alianzas externas. Desde el banco, explican que «utilizamos todas las herramientas de la sociedad digital, pero en el centro del proceso de innovación no está la tecnología, sino el cliente».
CaixaBank tiene varias sociedades que están dedicadas a la innovación tecnológica. Entre ellas, están e-laCaixa, que se ocupa del desarrollo de la multicanalidad para el grupo; MoneytoPay, para los productos de prepago y CaixaCard, dedicada desarrollar tecnológicamente el negocio de tarjetas del grupo. También es copropietaria, al 49%, de Comercia Global Payments, especializada en servicios de pago electrónicos para comercios.
Con todo, el banco que preside Isidro Fainé, que a menudo es citado por los expertos como uno de los más avanzados tecnológicamente entre los españoles, tampoco renuncia a otras fórmulas de colaboración externa. Su gestora de capital riesgo, Caixa Capital Risc, tiene vehículos especializados en startup, aunque, hasta la fecha, pocas inversiones se dirigen al sector fintech. Destaca la startup financiera gallega Qubitia, que desarrolla una solución software.