Cloud computing es un término que ha existido durante muchos años: todos hemos oído hablar de cómo cambiará la forma en que operan las empresas y sería difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar de él.
Pero, ¿por qué es ahora el momento en que realmente se hará realidad en el sector de los servicios financieros?
Volvamos a lo básico: “cloud” o “cloud computing” en informática se refiere a una colección de servidores, almacenamiento, aplicaciones y otra infraestructura informática bajo demanda que reside en centros de datos en todo el mundo y es accesible a través de Internet. Estos recursos brindan a las empresas la potencia informática que necesitan sin necesidad de comprar, instalar, mantener y actualizar servidores físicos locales o ejecutar aplicaciones de software en sus propias computadoras.
En algunos sectores, debido a que estos servicios no cuentan con servidores físicos en las instalaciones, la computación en la nube no se ha considerado como una solución “suficientemente segura” para industrias como la financiera, pero ¿realmente es así? La idea de la nube como algo etéreo y no seguro ha causado preocupación en la industria bancaria y financiera, y también en los legisladores en México. Abordemos esas preocupaciones directamente.
Tradicionalmente, se ha asumido que los riesgos de seguridad relacionados con la tecnología de la información pueden controlarse mejor de manera interna que por las empresas que ofrecen servicios de computación en la nube; sin embargo, la realidad es diferente: estas empresas, que tienen una inversión permanente en mejoras de seguridad, son resistentes y pueden ofrecer posturas de seguridad más sólidas que las instituciones financieras tradicionales.
Los beneficios de la computación en la nube se pueden resumir en tres aspectos principales: la expansión a nuevos mercados, el control de calidad en los servicios (o compliance) y la seguridad.
La computación en la nube representa un cambio de paradigma en el almacenamiento y acceso a la información digital, pero también un pilar en la competitividad. Aquellas instituciones que decidan optar por los servicios en la nube garantizarán una mejor y mayor oferta, cobertura y seguridad para sus usuarios y para ellos mismos.
Expansión a nuevos mercados: el sector no bancarizado
El informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) “Cloud computing para el sector financiero: oportunidades para México” apunta a datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que menciona que solo el 68% de la población mexicana cuenta con un producto financiero. Esto deja fuera a tres de cada 10 mexicanos, en promedio.
El uso de la nube puede hacer que los servicios financieros sean más asequibles y accesibles para los usuarios, reduciendo los costos tradicionales y brindando el poder de procesamiento para realizar controles de identificación más efectivos en nuevos clientes, reduciendo el fraude y aumentando la demanda y el uso de servicios financieros, y por lo tanto, el crecimiento de este sector.
En pocas palabras, las innovaciones tecnológicas en los servicios en la nube pueden ampliar la cobertura de las instituciones financieras de todo el país, y así permitirles ofrecer servicios más sencillos y accesibles para los mexicanos que hoy se encuentran fuera del sistema financiero o de la banca “tradicional”.
Compliance: El marco legal mexicano en fintech
Las empresas ahora están obligadas a almacenar y procesar datos de formas nunca antes imaginadas, y el sistema financiero mexicano, así como sus instituciones (tanto públicas como privadas) deben priorizar la tecnología en sus procesos e innovaciones, tanto para garantizar un mejor acceso a los usuarios, como así como experiencia de usuario y seguridad, aumentando la oferta y cobertura.
De acuerdo con el IMCO, México se encuentra en un momento clave para desarrollar e implementar medidas que incentiven el desarrollo de servicios de computación en la nube para servicios financieros, y aunque en México existe desde 2018 la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (más conocida como Ley Fintech, que busca regular los servicios financieros que brindan las instituciones de tecnología financiera).
Sin embargo, de acuerdo con el análisis del IMCO, la regulación legal vigente en México no es amigable para las instituciones de tecnología financiera, especialmente las pequeñas y medianas (conocidas como startups), las cuales al contar con menos recursos para cumplir con los requerimientos regulatorios, tienen un acceso más limitado a servicios como la nube, que tienen el potencial de hacerlos más competitivos. Por ello, es necesario flexibilizar la normativa vigente y mantenerla actualizada con los constantes cambios que se viven en la tecnología.
La nube también tiene un papel clave que desempeñar en el crecimiento del comercio. Es necesario impulsar mecanismos de regulación entre el sector financiero y los proveedores de servicios en la nube, tanto en el derecho mexicano como en el derecho internacional, anticipándose a la importancia que tienen los avances tecnológicos en tratados internacionales, como el TLCAN, que dedica un capítulo completo a regular aspectos relacionados con el acceso de las instituciones financieras y sus proveedores transfronterizos a los mercados de los países de América del Norte, así como los lineamientos que deben seguir las autoridades financieras de cada país, así como los mecanismos legales cuando se trata de controversias legales.
La seguridad como aspecto clave en la nube para las empresas fintech
Otro aspecto principal en el que los servicios en la nube son un gran aliado es la seguridad: la tecnología en la nube puede y debe estar respaldada por herramientas avanzadas de seguridad y protección frente a las ciberamenazas.
Según los datos del informe SOTI (State Of The Internet) “Enemigo a las puertas: análisis de ataques a empresas de servicios financieros”, los ataques a las aplicaciones web y API de servicios financieros van en aumento, lo que indica un interés y crecimiento continuos por parte de este sector y sus clientes En 2022 hubo 3.5 veces más ataques contra aplicaciones de servicios financieros y API en el mundo. Esto representa el mayor aumento interanual de ataques contra cualquier vector, a excepción de las apuestas.
El proveedor de alojamiento en la nube compra, aloja y mantiene el hardware y el software necesarios en sus propias instalaciones. Esto significa que las actualizaciones de seguridad están en constante mantenimiento y optimización, disponiendo de áreas específicas para ello. De esta forma, los usuarios de los servicios evitan los gastos de capital y los problemas y debilidades relacionados con el mantenimiento que tendrían si desarrollaran el servicio localmente.
Debemos mirar a los servicios en la nube como un aliado que pueda ofrecer a las empresas fintech un camino rápido y accesible hacia la digitalización y, con su uso, aumentar la inclusión financiera en el país, haciendo que estos servicios sean más accesibles para todos.