Cuando se trabaja en el diseño de un software, con frecuencia se toma a esta etapa como una parte natural del proceso de desarrollo. Sin embargo, no todos los profesionales tienen en cuenta las mejores prácticas para que la Experiencia de Usuario (UX) sea óptima. En este sentido, es necesario adoptar un enfoque más táctico, considerando que podemos mejorar incrementalmente la experiencia observando cómo interactúan los usuarios finales con nuestras creaciones, ya sean aplicaciones móviles, website o cualquier otro canal digital.
Si bien lo dicho hasta ahora parece sencillo de implementar, lo cierto es que hay errores que habitualmente cometen los diseñadores al momento de construir interfaces y su relación con su funcionalidad. A continuación, se enumeran los errores más comunes, los cuales pueden afectar negativamente a la experiencia del usuario con sus aplicaciones:
- Confundir UX con UI: Aunque ambas siglas son parecidas y se relacionan, se trata de términos distintos: la primera tiene que ver con la forma en que el usuario interactúa con la interfaz desde una visión holística. En tanto, la UI (interfaz de usuario) está más vinculada con los elementos que hay en pantalla para efectuar una acción. En definitiva, UX requiere el dominio de muchas disciplinas para garantizar una buena experiencia del usuario, interactuando con la plataforma.
- Diseñar para uno mismo: El diseñador debe tener la capacidad de extraerse de sí mismo para diseñar pensando en los usuarios finales que utilizarán el sistema y no en sus gustos y apreciaciones personales ya que, en definitiva, el objetivo de su trabajo es crear una experiencia inolvidable en los usuarios, para eso es importante poder ponerse en el lugar de ellos para identificar cómo lograr un gran diseño.
- Pedir demasiado: En muchas interfaces se observa que, en el afán de recopilar información sobre el usuario para conocerlo mejor, se le solicite demasiados datos, pero las personas están cansadas de completar formularios. Y peor si deben hacerlo desde las diminutas pantallas de los celulares. En síntesis: Lo ideal es solicitar los datos indispensables que necesitamos para conocer el perfil del usuario. Ni más, ni menos.
- No dar importancia a los contenidos: Los textos son fundamentales. Deben ofrecer información oportuna y precisa. Además, se deben ajustar al tamaño de la pantalla: es imposible leer varios párrafos en un display de 4,4 pulgadas. Por eso hay que trabajar interdisciplinariamente para saber qué se quiere comunicar y cómo se logrará esto. Vale aclarar que no solo estamos hablando de texto, sino también de imágenes, videos y audios. En definitiva, UX implica también planear el diseño de la información.
- No probar: Es imposible predecir cuán buena es la plataforma hasta que no la están utilizando los usuarios para los cuales ha sido creada. Por este motivo, es crucial realizar mediciones y pruebas con usuarios reales antes de lanzar el sistema al mercado.
En síntesis, se trata de mantener la mente abierta, pensando en el objetivo de la plataforma y, al mismo tiempo, poniéndose en los zapatos de los usuarios. El desafío no es simple, pero se puede llegar a la meta. Para eso, contamos con varias etapas de “ensayo y error” para que cuando la plataforma sea lanzada al mundo, los márgenes de sorpresas sean mínimos. Así y todo, nada está perdido. De hecho, siempre habrá que hacer revisiones y nuevas versiones de nuestras creaciones.