Fuente: America-Retail
Andrés Moreno es mucho más que Open English. Si bien este emprendedor de origen venezolano se hizo conocido en toda Latinoamérica como el fundador -y protagonista de los avisos comerciales – de la plataforma para aprender inglés, hoy lidera un holding que no solo incluye a Open English, sino también a una universidad online (Next U), una plataforma para niños y una consultora de emprendimiento, entre otras iniciativas. “Creando este holding company queremos ser la empresa educativa número uno de la región”, dice desde Miami el emprendedor, quien visitará Chile esta semana para participar del primer Endeavor Investor Network Summit que se realizará en el país y donde él relatará los pasos que lo llevaron a alcanzar el éxito.
-¿Qué se conjugó para que la compañía pudiera crecer y no desapareciera como tantas otras?
“Voy a dar toda una presentación sobre eso de una hora en Santiago, que se llama las “Siete fases para escalar una empresa”, que van desde cómo elegir una idea que tenga sentido para ti, cómo transformarla en un producto exitoso, cómo elegir el modelo de negocios que se acople a ese producto y a tu vertical, cómo armar equipo, cómo mercadear, levantar capital, etc”.
“Te diría que también hay unos temas personales, que son la pasión y la perseverancia. Como emprendedores latinoamericanos tenemos que ser especialmente apasionados por lo que hacemos, transmitir eso a otras personas que van a trabajar contigo, inversores y a todos los demás. Por otro lado, la perseverancia, porque las cosas -a mí al menos- no me salieron ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera. Salen a la décima, pero salen”.
-Junto con eso, ¿qué tanto pesa el factor suerte?
“Yo no lo asigno tanto a la suerte. Creo que es más relacionado con lo que sea que creas… Dios, la energía, etc. Al final yo creo que cuando uno pone de su parte y hace 100% de lo que uno puede hacer y lo deja todo en la cancha, a mí al menos me han pasado unas historias de sobrevivencia milagrosa como las llaman. Esto cuando ya se pensaba que todo estaba perdido. Creo que el universo, Dios, o como lo veas, te ayuda a complementar lo que te haga falta”.
-Teniendo la experiencia de más de 10 años con Open English, sumado a su rol como director de Endeavor Miami, ¿en qué punto considera que está hoy el emprendimiento en América Latina?
“Cuando comenzamos Open English, no había realmente un ecosistema de emprendimiento de tecnología. Comencé la compañía inicialmente en Venezuela, pero me costó muchísimo trabajo levantar capital, no pude. Había gente, siempre hay personas con dinero, pero no se trata de eso, se trata de individuos o de organizaciones que entreguen apoyo. Un poco la sofisticación y el entendimiento de cómo invertir en una startup, y la verdad es que en América Latina no existían tanto en esa época, así que yo me termino mudando a Silicon Valley, San Francisco, y levanto las primeras rondas de venture investment allá”.
“Ahora veo que hay una gran cantidad de inversores que se han metido al tema de las startups en la región. Es emocionante ver que cada vez hay más capital. Habiendo dicho eso, es un capital todavía pequeño. Es bastante más de lo que había hace 10 años, pero igual es mil veces más difícil ser un emprendedor en América Latina y levantar capital en EE.UU. Todavía no diría que estamos al nivel de lo que son los hubs norteamericanos, pero sí hemos recorrido un trecho muy grande de lo que era hace una década”.
-Conociendo el ecosistema de emprendimiento de EE.UU., ¿cree que hay mucha diferencia en cómo nos enfrentamos los latinoamericanos al tema de levantar capital, emprender o innovar?
“Es difícil generalizar. He conocido unos emprendedores increíbles en América Latina que han tenido experiencia comenzando y fallando en muchos casos, pero surgiendo y creando nuevas empresas alrededor. Están en un nivel de sofisticación y de evolución igual, o muy comparable, a lo que serían emprendedores de la misma talla en Silicon Valley”.
“Creo que está faltando el conocimiento relacionado con cómo levantar capital, qué tipo de capital hace falta en cada fase de crecimiento, cómo juntarte con un fundador, cómo distribuir las acciones, cómo mercadear, cómo llevar las finanzas de la empresa. Yo, por ejemplo, cuando comencé Open English, no tenía idea de nada de esto. Creo que está faltando ese conocimiento todavía para la mayor cantidad de las personas, pero lo bueno es que es un conocimiento que se puede enseñar y no es terriblemente complicado”.
Su vínculo y proyectos en Chile
Fueron tres años los que Andrés Moreno vivió en nuestro país en la década de los 90, debido a que su padre era el director de la oficina de la OEA en Chile. De esa época recuerda los viajes al sur del país, a las Torres del Paine, a la carretera austral, y asegura, entre risas, que aún conserva intacta su imitación del acento chileno.
Pero ese no es su único vínculo con el país, ya que en Chile también cuenta con oficinas de Open English y, además, acaba de cerrar una nueva inversión.
Evitando revelar el nombre, Moreno comenta que su compañía acaba de adquirir una startup chilena que opera y crea aplicaciones móviles educativas para niños de entre tres y ocho años. “Parte de la razón por la que voy es para reunirme con el equipo en persona. Todo el proceso de adquisición tardó como seis meses”, dice.
-¿Qué le parece el ecosistema de innovación chileno?
“Es de los más interesantes en la región. Creo que es donde ha tenido más apoyo central, gubernamental, que ha sido clave. Es donde está más organizado y, de hecho, este equipo (de la empresa que adquirieron) es una mezcla de equipo chileno con equipo venezolano, pues los muchachos venezolanos se vinieron a Chile por el tema de Start-Up Chile”.
“Creo que han hecho un trabajo fenomenal de atraer talento de toda la región. Creo que no son apuestas que se pagan de la noche a la mañana, creo que ese espíritu emprendedor en Chile ha cambiando radicalmente en los últimos 10 años”.
-¿Qué áreas son interesantes hoy para un emprendedor?
“Te diría que hay algunas directrices. Hay que entender que Latinoamérica tiene grandes oportunidades, pero también tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, una oportunidad grande es que tenemos un idioma común en una parte de la región. Eso hace que quizás si tu idea funciona en Chile, quizás también funciona en México o en Colombia, lo cual amplifica el mercado total y la habilidad que tienes de atraer inversión y talento. Por otro lado, inclusive en Brasil, la cultura es bastante parecida”.
“En contraparte, un reto puede ser el tema de infraestructura. Es difícil, por ejemplo, enviar paquetes de manera regional”.
“Las cosas -a mí al menos- no me salieron ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera. Salen a la décima, pero salen””.
“El espíritu emprendedor en Chile a cambiado radicalmente en los últimos 10 años”.