La empresa está acusada de incumplimiento y estafa por unos 3.000 inversores que depositaron sus ahorros en fideicomisos privados por más de 60 millones de dólares.
La fintech Wenance firmó en los últimos seis meses 14 cheques que fueron rechazados por falta de fondos. Está acusada de usura y estafa y a su CEO, Alejandro Muszak, le embargaron su Ferrari. Como efecto contagio, la crisis de la tecnológica se extendió hacia Uruguay, donde la compañía también deberá enfrentar a la justicia.
Wenance estructuraba fideicomisos privados para financiar los préstamos que otorgaba. Con la promesa de buenas rentabilidades, la empresa había captado a empresarios, abogados, contadores y comerciantes como clientes.
Pero de un día para el otro, Wenance dejó de pagar dividendos, según la denuncia que presentaron los inversores a la Fiscalía uruguaya este miércoles y de la que informó El País. Los inversores sostienen que sufrieron la pérdida de USD 7,5 millones, una cifra a la que se le suma la de otro grupo de denunciantes, que ronda los USD 1,5 millones.
“Se trata de un caso histórico. Algo parecido a los reclamos colectivos judiciales americanos. Es histórico por la cantidad de personas y por el monto. Estamos denunciando un faltante de USD 10 millones”, dijo Andrés Ojeada, abogado de los denunciantes, a El País.
Al CEO de Wenance, Alejandro Muszak, le embargaron su Ferrari
La denuncia asegura que la empresa se apropió del dinero de los 300 ahorristas uruguayos. La fintech argentina se presentó ante ellos como una empresa confiable, con 20 años de experiencia, presencia en cinco países y varios millones de dólares de inversiones en el mundo. De un momento para otro, sin embargo, se quedaron con el dinero.
Los inversionistas entregaron sus ahorros para nutrir los microcréditos que la empresa entregaba a clientes que captaba a través de la plataforma financiera Welp. Wenance les hizo firmar un mandato a los uruguayos que aseguraba que ellos administraban y cobraban en su nombre.
La fintech y los inversores habitualmente fijaban una fecha de devolución del capital invertido y cada uno tenía su propia cartera de microcréditos, desde donde salían sus ganancias. La tasa que cobraban se generaba según el interés del préstamos que otorgaban.
Ese fue el funcionamiento habitual hasta el pasado 24 de julio cuando los inversionistas recibieron una comunicación desde Wenance. “Nos vemos obligados a suspender los pagos de los servicios de interés y capital ya pactados en el tiempo acordado”, decía el texto que recibieron los inversionistas. La compañía no profundizaba en los detalles y solo establecía: “Los hechos sucedidos en nuestra filial de Argentina que son de público conocimiento”.
Unos días antes, Infobae informó que la Justicia tiene en la mira a Wenance y que su CEO había sido imputado por estafas reiteradas y otros delitos.
En el escrito presentado en la Fiscalía los abogados recuerdan el caso de la filial argentina y mencionan que sus directores están siendo embargados e investigados penalmente, tras haber dejado “un tendal de víctimas”.
“Se han apropiado de nuestros ahorros, en millones de dólares, los cuales de alguna manera desviaron de su destino original, haciéndolos así desaparecer de nuestra esfera de control. La situación es grave y requiere medidas urentes”, dice el documento.
Uno de los capítulos de la denuncia se titula “La Operativa de Micropréstamos”, que informa que a través de Welp se otorgaban préstamos en Uruguay que iban desde 5.000 pesos uruguayos (USD 131) a un máximo de 250.000 pesos uruguayos (uno USD 6.500). El plazo mínimo para efectuar el pago era de 13 meses y un máximo de 36 en cuotas mensuales, iguales y consecutivas.
La tasa de morosidad oscilaba entre un 8% y un 10% y Wenance aseguraba que se trataba de un negocio seguro.
Fuente: infobae