En Colombia se aprueban alrededor de 3.336 tarjetas por día, lo cual ha llevado a que en el último año hayan ingresado al mercado 1,22 millones de nuevos plásticos. Estas cifras evidencian la batalla existente entre los bancos por ganar terreno en un negocio que crece a tasas del 22,6 por ciento anual en facturación (compras y avances en efectivo) y 15,5 por ciento en colocaciones de tarjetas.
El nuevo boom del llamado dinero plástico trae a la memoria lo ocurrido dos décadas atrás, cuando a las casas y oficinas de las personas llegaban tarjetas de crédito sin que se hubiesen solicitado.
Algo de eso puede estar pasando ahora. Pero banqueros y analistas coinciden en que la experiencia del pasado dejó una gran enseñanza a las entidades, que ahora son muy rigurosas al otorgar crédito vía tarjetas, pues no quieren tener niveles de morosidad del 15 por ciento o más, como sucedió en esa época.
De acuerdo con el experto en banca de la Universidad de los Andes, Alfredo Barragán, este boom se debe, en gran medida, a que hay muchos más emisores en el país, algunos con políticas y estrategias muy agresivas en materia de colocación de plásticos, como es el caso de Carrefour, Alkosto, HomeCenter, Falabella y La Polar, entre otros.
«Los comercios, además de emitir tarjetas propias, las diseñan según el perfil de sus clientes, los atan a promociones y descuentos, generando una necesidad de consumo entre las personas que cada día compran más al debe», dice.
Entre septiembre del 2010 e igual mes del 2011, Falabella (hoy con banco propio) registró un crecimiento de 43,6 por ciento en colocación de tarjetas; Colpatria, que asumióla de Codensa, ganó 10 por ciento, y Tuya S.A. (antes Sufinanciamiento) obtuvo un alza de 16,7 por ciento.
Pero los bancos saben que hay para dónde crecer. Según la vicepresidenta de Distribución y Ventas del BCS, Esperanza Pérez, «en Colombia el número de tarjeta de crédito por persona todavía es muy bajo comparado con lo que se ve en otros países».
Para ella, podrían existir tres veces más tarjetas de las que circulan hoy si se tiene en cuenta la población económicamente activa del país. Chile, por ejemplo, tiene unas 10 millones con la mitad de la población que cuenta Colombia.
Según la Superfinanciera, a septiembre circulaban 9,1 millones de tarjetas de crédito, de las cuales 1,4 millones estaban bloqueadas, la mayoría por mora en el pago de sus cuotas.
Hay quienes se preguntan si no hay un exagerado optimismo tanto de los bancos emisores de tarjetas como de los usuarios. Los primeros, por ofrecer plásticos, muchas veces sin verificar la capacidad de endeudamiento de las personas; y de los segundos, por utilizar en exceso sus tarjetas.
Fuente: El Tiempo, Colombia