Fuente: www.revistabyte.es
Big Data es una realidad que ha cambiado drásticamente el modo de hacer las cosas de los consumidores, los ciudadanos y las organizaciones. No es solo que haya ahora más datos (que los hay), es que con las redes sociales, los dispositivos móviles, y la sensorización de coches, fábricas, e infraestructuras, los datos nacen ya digitalizados, reemplazando a la tecnología como el activo más crítico de las organizaciones.
De hecho, el 84% del valor de las empresas del S&P 500 viene generado por activos intangibles, y el secreto es que han sabido convertir los datos en información válida para innovar y diferenciarse de sus competidores. No obstante, aun conociendo el valor que aportan, la mayor parte de las organizaciones solo utiliza el 15% de los datos.
Aunque muchas organizaciones ya han empezado a definir una estrategia de Big Data y Analytics, las tecnologías son robustas y ya existen muchas experiencias de éxito, la realidad demuestra que aún son muy bajos los ratios de inversión y ejecución.
Contar con plataformas de Big Data robustas, escalables, con capacidades de Machine Learning y, fácilmente integrables en el entorno de los sistemas y aplicaciones existentes, es clave, pero no suficiente
El aprovechamiento máximo del valor de los datos en las organizaciones es uno de los elementos clave de la transformación digital. Big Data en el Cloud son tendencias muy claras, que ayudan a TI a ofrecer al negocio soluciones más innovadoras y más baratas, optimizando la infraestructura y pagando solo por lo que se necesita -menor TCO.
Contar con plataformas de Big Data robustas, escalables, con capacidades de Machine Learning y, fácilmente integrables en el entorno de los sistemas y aplicaciones existentes, es clave, pero no suficiente. Además se debe contar con el apoyo de la dirección para impulsar algunos cambios organizativos clave como incorporar nuevos perfiles tales como los Chief Data Officers o científicos de datos; equipos mixtos de tecnología y negocio, e incluso mezclar profesionales senior con perfiles jóvenes que aportan ideas innovadoras.
Todos los sectores están implantando estrategias de Big Data pero existen algunos, más avanzados, que ya han experimentado los beneficios del uso de estas tecnologías. Es el caso de las empresas de telecomunicaciones o de las entidades financieras. Existen empresas que, como Telefónica, han obtenido grandes beneficios con tecnología Big Data, analizando el uso y consumo de TV por familia, para alimentar su recomendador de televisión en tiempo real. Así ha elevado el volumen de clientes que visualizan el contenido recomendado y, en consecuencia, el consumo y los ingresos.
También el CERN (Consejo Europeo de investigación nuclear) ha monitorizado su instrumento científico principal, el acelerador de partículas, que mide 27 kilómetros y está dotado de millones de sensores con Big Data. Con ella, diagnostican fallos y prevén potenciales problemas para hacer un mantenimiento predictivo del instrumento, evitando así las paradas del acelerador que conlleva un coste altísimo.
En general, Big Data proporciona a las empresas grandes posibilidades de monetizar sus datos, hacer un marketing más eficaz, generar servicios más relevantes y personalizados para los clientes, mejorar la calidad de estos servicios, minimizar costes de mantenimiento de activos o, investigación y prevenir el fraude. El cliente, por su parte, optimizará su experiencia como consumidor, gracias a la mejora de la calidad y personalización de los servicios y, a una oferta más relevante que se adecua mejor a sus gustos o preferencias.
Desafíos del Big Data
Big Data ha generado una proliferación de tecnologías que resuelven aspectos específicos, haciendo los sistemas complejos de gestionar, con dudas en la escalabilidad y sin el nivel de seguridad adecuado sobre todos los datos. En los próximos años, será clave elegir una plataforma con características empresariales, que proporcione capacidades completas de gestión y análisis de los datos, y que integre el conocimiento obtenido en los procesos operacionales, en la escala necesaria.
Otros retos del Big Data serán la privacidad, la confidencialidad y los riesgos de seguridad cibernética. Es preciso proteger suficientemente los datos para evitar que sean vulnerables a ataques cibernéticos, y no puedan utilizarse para perfilar personas o venderse a terceros. Finalmente es necesario hacer la plataforma Big Data más accesible a los usuarios de negocio, algo que ha mejorado con el auge de las plataformas analíticas auto-servicio pero hay que avanzar más allá porque los usuarios de negocio quieren reducir el tiempo y la complejidad de preparar los datos para el análisis, lo que es especialmente importante cuando tratamos una amplia variedad de tipos y formatos de datos.