Fuente: elpais.com
El dinero de plástico se utilizó en España por primera vez en 1954. Y nunca, en estos 55 años de historia, el total de lo pagado a golpe de tarjeta había bajado, según explican los expertos del sector financiero. Hasta ahora. Los pagos efectuados a crédito o débito se contrajeron en el último trimestre de 2008 y los primeros dos meses de 2009, al ritmo paralelo de la contracción del consumo en los españoles, según constata el balance del Banco de España y los datos de las entidades.
Los españoles ya no viven tan abonados al crédito como en el ciclo de bonanza económica y ni siquiera la caída de los préstamos al consumo -bajaron en el último trimestre un 37%, hasta los 13.982 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España– ha provocado un efecto sustitución y ha llevado a tirar de la VISA o Mastercard de turno.
Cuando al inicio de 2008 la psicosis de crisis ya campaba entre los españoles, el importe de las operaciones seguía creciendo a todo gas, pero en el cuarto trimestre del año se produjo un cambio radical, con una bajada del 2,99% en los importes de compra, frente al crecimiento del 6,6% del trimestre anterior, aunque el número de operaciones avanza un 2,54% (ver cuadro).
«Es la primera vez que se produce un decremento de su uso«, explican fuentes del BBVA, y añaden: «La caída de ha producido en la segunda mitad del año 2008 y especialmente en el último trimestre, confirmándose esta situación en el arranque de 2009«. Y desde el Santander apuntan que «el uso de la tarjeta no se modera, pero sí los gastos que se canalizan a través de ella«.
Hay pocos termómetros como el trajín de la tarjeta de crédito para detectar el estado de ánimo de la economía y, por este baremo, el gran parón, el punto de inflexión en el consumo de los españoles se produjo en noviembre. Albert Figueras, el director de medios de pago del Banco Sabadell, no da crédito a lo que ocurrió aquel mes: «Fue el punto de inflexión, ahí se produjo el miedo, el pánico, y tuvimos una bajada del importe pagado con tarjeta del 12%«. Coincide precisamente con lo que en su día señalaron los comerciantes, que lo consideraron un mes negro, o el presidente del grupo químico Ercros, Antoni Zabalza, para quien «en noviembre, este país sencillamente se paralizó«.
En lo que va de año, el Sabadell también registra bajadas de entre el 7% y el 8%. Para Caixa Catalunya, ha bajado un 5% y para Caixa Terrassa otro tanto. «Yo no recuerdo históricamente ninguna caída, éste era un negocio en crecimiento«, destaca Pere Català, directivo de esta caja. La Caixa se limita a señalar que la facturación de las tarjetas en 2008 alcanzó 17.784 millones, un 5,1% más respecto a 2007.
El miedo -o la prudencia- ha llevado a que en los primeros meses del 2009 se produzca «un aumento en las compras con tarjetas de débito» y, sin embargo, «una disminución en la utilización de las tarjetas de crédito y pago fin de mes«, explican fuentes del Banco Popular.
Pese al retroceso, las entidades han elevado un 3,6% en lo que va de año las comisiones que cobran a sus clientes por las tarjetas de débito, hasta situar su importe en 15,71 euros anuales, y un 1,6% lo que cobran por las crédito, hasta los 31,75 euros al año, informa Europa Press. El importe que pagan de media por el mantenimiento es el más elevado desde 2005.
La mayor parte de entidades sostiene que no ha habido un mayor uso de la tarjeta como sustituto del dinero. No obstante, el Sabadell sí detecta que el pago fraccionado con tarjeta ha subido entre un 10% y un 15% desde que comenzó el año. Las tarjetas revolving, que son las que permiten el pago aplazado mediante cuotas mensuales -muy parecido al crédito-, tampoco ha sufrido subidas o tropiezos importantes como consecuencia de la crisis. Para Caja Madrid, este medio de pago «ha seguido creciendo, aunque a un ritmo inferior al de años anteriores«.
Lo que sí ha subido es el número de los llamados «descubiertos«, es decir, esos pagos que llegan a la cuenta y no encuentran fondos suficientes para cobrar. David Grieta, subdirector de Caixa Manresa, destaca que la mora de las tarjetas de crédito ya suele ser tradicionalmente uno o dos puntos más elevada que la hipotecaria, y por ello se le suele aplicar un tipo de interés más elevado. El BBVA constata este aumento de la morosidad, al igual de Caja Madrid, aunque no concretan datos.
Las retiradas de efectivo también se arrugan. En 2008, los importes retirados de los cajeros automáticos subieron un 2,30% (frente al avance del 5,52% de 2007), aunque, bajando al detalle, el aumento del último trimestre quedó en un irrisorio 0,28%.
Figueras llama la atención sobre la bajada de las retiradas de efectivo de las tarjetas extranjeras, es decir, de los turistas, que ha sido del 20%. El motivo es la bajada del turismo, «pero también que éstos gastan menos cuando están aquí«. El desánimo del consumo no es exclusivo de España.