Fuente: retina.elpais
Los poderes económicos, con la Reserva Federal a la cabeza, le están enseñando los colmillos a Facebook. El motivo es Libra, una moneda digital capaz de alterar las políticas económicas globales y los equilibrios de poder en la economía digital.
¿Le ha sorprendido que una empresa como Facebook se prepare para lanzar una criptomoneda, algo que en su concepción es profundamente antisistema?
Era lógico que esto acabase pasando. En el momento de auge de las ICO, por 2017, se hablaba de las big tech como gigantes dormidos, pero estaban haciendo sus deberes, con secretismo. Libra es el primero, pero estoy convencido de que Google y Amazon darán un paso parecido; en el caso de Amazon tiene aún más sentido crear su propia moneda digital.
¿Y cree que realmente puede cambiar la evolución de blockchain, bitcoin…?
Creo que, después de tanto ruido, el momento histórico es ahora. Ha empezado la guerra por el control del dinero entre los Estados y las grandes corporaciones. De hecho, Facebook cada vez adopta más roles de Estado, como cuando cancela una cuenta por “comportamientos inapropiados”. Y para la banca comercial puede ser un problema. La ofensiva de las criptomonedas ya no es solo cosa de unos ciberpunks pirados.
Tras el anuncio de Libra, la cotización de bitcoin aumentó. ¿No son competencia?
Libra es más amenaza para el sistema monetario actual que para bitcoin. De alguna forma, legitima a bitcoin.
¿Cuáles son las principales diferencias entre Libra y bitcoin?
Bitcoin no necesita permisos y es inmune a la censura, mientras que Facebook te puede confiscar el dinero. Los usuarios controlan bitcoin; un consorcio con sede en Suiza, en el que Facebook dice ser solo uno más, controla Libra. Desde un punto de vista técnico, Libra es, en parte, lo que se denomina una stable coin: hay unos activos financieros que la respaldan, y que a su vez generan un beneficio. Pero la cotización de Libra no se estabilizará con algoritmos, como con otras stable coins.
¿Cree que Libra cuajará?
La confianza de los ciudadanos en la banca es baja pero la confianza en Facebook es aún menor. Y, sin embargo, creo que la gente está dispuesta a operar con su moneda digital. La diferencia es que no hay una obligación, como con la banca, sino una conveniencia.